UD ALMERÍA

El Almería que sucumbió a la presión en las grandes oportunidades

Sergio Arribas se echa las manos a la cabeza en el duelo contra el Alavés.

Sergio Arribas se echa las manos a la cabeza en el duelo contra el Alavés. / Javier Alonso (Almería)

En un curso futbolístico en la que la victoria se ha convertido en la kryptonita del conjunto rojiblanco, la oportunidad de conseguir los tres puntos se ha repetido en muchas ocasiones, aunque todas con el mismo final. El pitido del árbitro ha supuesto durante 27 jornadas ligueras una bala perdida en el cartucho.

Si nos vamos al mes de septiembre, tras tres encuentros disputados, el encuentro contra un Celta en estado de euforia por su aniversario, pero con muestras evidentes de falta de contundencia en ambas áreas, se convirtió en la primera batalla en la que una victoria podría haberlo cambiado todo. A escasas horas del cierre de mercado y con el fichaje de César Montes todavía por cerrarse, el equipo de Vicente Moreno igualó un 0-2 y tuvo dos ocasiones claras para remontar la contienda en las botas de Sergio Arribas e Ibrahima Koné.

Swedberg acabó de enterrar a aquel equipo con un gol sobre la bocina para comenzar un camino por el desierto que acabó con el despido del técnico valenciano. En el primer día en el banquillo de Alberto Lasarte, el Granada visitó Almería en lo que era el día D a la hora H. Después de ponerse 3-0 al descanso, los aficionados creyeron que aquel día la victoria por fin iba a llegar después de cinco meses. Sin embargo, todo lo malo acabó ocurriendo con la igualada del Granada y la lesión de Luis Suárez.

Días después, Ibrahima Koné también cayó lesionado y Gaizka Garitano asumió el cargo de entrenador rojiblanco. Con el nuevo técnico, la misión era voltear una situación que todavía era reconducible. En su primer día en el Power Horse Stadium, Las Palmas de García Pimienta visitó el feudo indálico en otra jornada propicia para vencer. Sin embargo, los canarios se llevaron el triunfo con un gol en el descuento de Sory Kaba, inédito hasta ese momento como goleador con los amarillos.

Varios futbolistas rojiblancos desolados tras caer contra Las Palmas. Varios futbolistas rojiblancos desolados tras caer contra Las Palmas.

Varios futbolistas rojiblancos desolados tras caer contra Las Palmas. / Javier Alonso (Almería)

El devenir del equipo no mejoró y el Mallorca, con altibajos durante todo el curso, viajó hasta tierras almerienses para otro duelo que fue catalogado como una final. En una de las peores actuaciones de toda la campaña, un irrisorio empate a cero fue el marcador final de un conjunto que se jugó mucha aquella tarde de diciembre.

Con la entrada del año, y después de completar grandes actuaciones contra equipos como Barça, Girona o Real Madrid, el Alavés era el siguiente rival. Era la supuesta víctima de la primera victoria de un equipo que estaba en el mejor momento de la temporada. Un pletórico Samu Omorodion acabó hundiendo a un plantel cuyas opciones de veían reducidas prácticamente a un milagro.

Sin embargo, Vigo significó la puntilla para un equipo que mordió el polvo en Balaídos. En la enésima ocasión en la que los titulares coparon con elocuentes términos como final o última bala nada acabó cambiando. El gol de Mingueza acabó con las mínimas opciones de los indálicos, en una temporada en la que la presión antes de los duelos cruciales se convirtió en el peor compañero de viaje del que va camino de finalizar como uno de los peores equipos de la máxima categoría.

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