CELTA DE VIGO 1-0 UD ALMERÍA | LA CRÓNICA

El Celta certifica la defunción del Almería en Balaídos (1-0)

Jonathan Viera intenta marcharse de Óscar Mingueza. Jonathan Viera intenta marcharse de Óscar Mingueza.

Jonathan Viera intenta marcharse de Óscar Mingueza. / Salvador Sas/EFE (Vigo)

Escrito por

Aarón Martínez

A la treinta tampoco llegó la vencida. El Almería pierde en Balaídos en un encuentro que fue catalogado como final y fue jugado como un encuentro de colegio. Un nuevo ejemplo de incompetencia de un conjunto que se sitúa a quince puntos de la salvación y con la calculadora en mano para ver en la jornada en la que se confirma el descenso de categoría.

La apuesta de Garitano fue mantener el mismo once en su visita a Vigo con la continuidad de un equipo que empató contra el Atlético de Madrid, con Luka Romero como gran esperanza de los unionistas. En el lado local, Rafa Benítez contaba con dos bajas vertebrales como Iago Aspas, faro y seña de los gallegos, y Renato Tapia, ancla en el sistema celeste. La entrada de Mingueza y Bamba en los costados y Douvikas como referencia junto con Larsen eran las novedades del Celta.

El clima invernal hizo acto de presencia en el feudo del norte de España con una llovizna que marcó el transcurso del duelo. El nerviosismo pareció atenazar a los rojiblancos con varios errores en los primeros minutos del encuentro. El cuadro local apretó empujado con el apoyo del graderío vigués. Starfelt pudo adelantar a los suyos con un cabezazo rematado en el segundo palo tras una falta lateral botada por Fran Beltrán.

Lucas Robertone pugna un esférico con Óscar Mingueza. Lucas Robertone pugna un esférico con Óscar Mingueza.

Lucas Robertone pugna un esférico con Óscar Mingueza. / Salvador Sas/EFE (Vigo)

El plantel indálico se mantuvo los primeros minutos en campo propio con dos líneas de cuatro bastante juntas y Choco Lozano y Jonathan Viera buscando tímidamente la presión sobre la defensa rival. El partido se fue equilibrando con el paso de los minutos y el efecto efervescente de un Celta que se fue apagando por las dificultades que tenía para romper el sistema defensivo almeriense. Desde el balón parado era la única forma de dañar a los pupilos de Garitano. Fran Beltrán buscó el gol olímpico desde el sector izquierdo, pero Luis Maximiano sacó los puños a pasear.

No obstante, era difícil mantener durante noventa minutos la seriedad en defensa. Después de un saque de esquina botado en corto, el balón le llegó a Mingueza cerca del balcón del área. El canterano barcelonista, con un medido balón colgado para Luca de la Torre, dejaba solo al estadounidense, que cedió el primer gol del partido a Jonathan Bamba.

La euforia local invadió Balaídos, y solo un milagro podía salvar al Almería de encajar nuevamente fuera casa, como ha sucedido desde el regreso a Primera División en 2022. Finalmente, llegó en forma de VAR. Sánchez Martínez anuló la jugada por un fuera de juego previo antes de que el esférico le llegase a Fran Beltrán.

Jonathan Viera, sin la brillantez de antaño, siguió demostrando destellos de calidad, como un pase a Langa que dejó todo el carril para el lateral y que no acabó de encontrar a ningún compañero en el centro. El propio lateral fue el protagonista de la más clara del Almería con golpeo potente que se estrelló con el palo de la meta de Guaita. En el rechace, el propio mozambiqueño pudo embocar nuevamente a gol, pero su segundo tiro se marchó por encima del larguero.

Unai Núñez busca el despeje en área local en una de las pocas acciones ofensivas de los rojiblancos. Unai Núñez busca el despeje en área local en una de las pocas acciones ofensivas de los rojiblancos.

Unai Núñez busca el despeje en área local en una de las pocas acciones ofensivas de los rojiblancos. / Salvador Sas/EFE (Vigo)

El primer tiempo acabó desvaneciéndose después de un incidente entre Mingueza y Radovanovic y, sobre todo, un tremendo golpe de Marc Pubill a Luka Romero en el que le propinó una patada en la cara al argentino. El joven futbolista tuvo que marcharse retirado en camilla con collarín. Leo Baptistao entró en su lugar en ese costado derecho. Antes de finalizar el primer acto, los celtistas tuvieron la ocasión más clara de los primeros 45 minutos. Douvikas remató una falta lateral y Luis Maximiano voló para salvar los muebles una vez más.

Los locales metieron una marcha más en el comienzo de la segunda mitad en los primeros quince minutos con varias ocasiones sin demasiado peligro. Los celestes volvieron a buscar el gol desde el balón parado, con otro buen centro de Fran Beltrán a la testa de Starfelt. También aparecieron en escena Bamba o Douvikas, pero ninguno pudo acabar finalizando el área rival.

El partido cambió cuando se llegó a la hora de esta cita liguera. La lluvia apretó mucho más en el momento en el que Bruno Langa efectuó una dura entrada a Bamba por la que vio la tarjeta roja. Una acción que cambió el devenir del enfrentamiento, con un Celta que, contra uno menos y el ruido de viento desde las gradas, tuvo que asumir riesgos en ataque.

Mingueza hunde a los almerienses

Una precipitación que tuvo premio. Manu Sánchez se libró de dos rivales con mucha facilidad y cedió para Mingueza en línea de tres cuartos, que fusiló desde treinta metros al guardameta visitante. Un gol que supuso una bombona de oxígeno para los locales y el billete definitivo para los rojiblancos a Segunda División. No quedó ahí la cosa, ya que Larsen estuvo a punto de marcar el segundo unas acciones después, pero Maximiano volvió a salvar a su equipo.

Leo Baptistao se lesionó en el minuto 80 y, durante los últimos quince minutos, el Almería estuvo sobre el verde con solo nueve futbolistas. Un reflejo maquiavélico de lo que está siendo este curso para los indálicos, ahogados en sus propias contradicciones, temores y mil defectos.

Los últimos minutos acabaron siendo un monólogo de los gallegos en un partido que acabó en área visitante y con el Almería entregando las armas y las posibilidades de seguir en la máxima categoría. El adiós de un equipo cuyo entrenador ha demostrado que las grandes citas tampoco se ganan.

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