Por una vez, y debería servir como precedente, las aficiones estuvieron por encima de cualquier prejuicio. Mucho se habló en la previa del derbi andaluz entre Almería y Granada sobre el peligro que suponía el desplazamiento masivo de aficionados nazaríes y los problemas para controlarlos dentro del Estadio. 

Incluso llegó a ponerse sobre la mesa la posibilidad de no vender entradas a los seguidores que lucieran vestimenta granadinista o por su DNI se demostrase que venían de la vecina provincia. El objetivo de las fuerzas de seguridad era evitar que las aficiones se mezclasen y eludir de este modo posibles tensiones.

No hizo falta por la lección de sentido común que las Federaciones de Peñas mostraron en las horas previas sacando un comunicado conjunto en el que abogaban por la fraternidad entre dos equipos hermanos por proximidad geográfica. La lección también sería de deportividad una vez arrancado el encuentro, con cada cual dejándose la garganta para animar a los suyos. En ese escenario quienes van agrupados suelen hacer más ruido y por eso los visitantes se hicieron notar tanto, al igual que la afición unionista en Córdoba.

Uno de los momentos más curiosos fue ver cómo los nazaríes encendían las linternas de sus móviles en cuanto anochecía para ver que estaban deseperdigados por todo el Estadio. La mayoría de ellos fueron agrupados en la zona habilitada a tal efecto en la tribuna baja, en principio prevista para 623 personas, pero que finalmente albergó a casi un millar de aficionados gracias a que la UD Almería reubicó a buena parte de sus abonados a la tribuna alta, invitándolos como compensación al catering en el antepalco.

Dos pequeños aficionados indálicos

Como quiera que muchas de las localidades se adquirieron vía internet se hace difícil para el club determinar el número exacto de nazaríes, pero sobrepasó con mucho el millar. La gran afluencia de granadinos influyó sin duda en que el Mediterráneo presentase el mejor dato de aforo desde que el equipo descendió a Segunda hace cuatro temporadas: 13.273 espectadores.

La mejor entrada anterior en la categoría de plata se registró el 22 de junio de 2013, con motivo del duelo por el ascenso ante el Girona, saldado con 3-0. Entonces se congregaron 15.223 espectadores para festejar con los de Gracia la consecución de la meta. 

La otra escena que aleja al fútbol de episodios violentos fue la despedida de ambas aficiones al término del encuentro con cánticos de apoyo y deseo mutuo de suerte. De lo que sí se ha quejado la Asociación de Peñas G19 del cuadro granadinista tras felicitar a la Federación de Peñas de la UDA es del trato recibido en la grada a nivel de seguridad, por lo que anunciaban vía twitter que van a interponer una queja formal ante la LaLiga, la Oficina Nacional de Deportes  (OND) de la Policía y Aficiones Unidas.