El Almería, como los malos estudiantes
UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos
El equipo fue brillante por momentos, otros descuidado y otros muchos confiado
De la escasa motivación solo hay un culpable: Rubi
Tiempo de cambios en el Almería
Este Almería de la temporada 24/25 ha sido sumamente irregular. Por momentos fue brillante, por otros descuidado (por no decir vago) y por otros muchos confiado, en espera de estudiar la lección dos días antes del examen, como los malos estudiantes. Cuando esto último ocurre ya sabemos lo que pasa, pues cualquier contratiempo de última hora trastoca los planes. Grosso modo, es lo que le ocurrió a la UDA con el tema Suárez. Dejó la tarea para los play-off y le surgió la contrariedad de la convocatoria del delantero colombiano.
Y es que la UDA jugó con fuego por doble motivo: por haberse dejado llevar durante la temporada, ratificándose en la eliminatoria ante el Oviedo que esa misma UDA era mejor conjunto de lo que muchos pensaban (incluso sin Pubill y Suárez) y por la escasa motivación en determinadas jornadas del curso, como si la cosa no fuera con ellos. De la escasa motivación sólo hay un culpable: Rubi. El técnico catalán fue el responsable de agitar o no a los suyos durante toda una campaña.
Si en gran parte de ella no lo logró, su cometido fracasó en esa área tan importante del juego, porque es muy sencillo sentirse estimulado ante un play-off de ascenso e incluso ante la llegada de un nuevo propietario con todos los extra que el flamante presidente haya podido agregar, como el mental e incluso, por qué no decirlo, el monetario. O sea, que en esa decisiva parcela un suspenso para Rubi y una asignatura que le quedó pendiente para el curso venidero.
Otra asignatura que se suspendió y se dejó en el aire en espera de que la mala fortuna no apareciera de forma súbita, fue el no haber hecho la tarea durante el mercado de invierno cuando algunos pedíamos a gritos como prioridad la contratación de un delantero centro en prevención de cualquier accidente deportivo que se le pudiera presentar a Suárez. Y por desgracia también se pagó aquella osadía, cuando se priorizaban en el mercado otras posiciones que más o menos estaban cubiertas o que con un apaño se podían cubrir.
Al final, todo confluyó en el mismo punto a la hora de finalizar en el sexto puesto de la clasificación, habiendo sido esta misma UDA campeona de invierno. Ese punto no era otro que el resumen de lo expuesto hasta el momento, como la referida falta de motivación de unos jugadores que parecieron dejarse llevar en infinidad de choques (más como visitantes) ante la escasa reacción de su técnico y la nula respuesta a la hora de ajustar las necesidades reales de la plantilla por parte de quien correspondiera en el momento de la llegada del mercado de invierno, al que también podríamos acuñar como el de la segunda oportunidad.
Para rematar la faena, Rubi se hizo el harakiri cuando en mejor momento de la temporada se encontraba su equipo, al haber encontrado cierto equilibrio defensivo sin lastrar el ofensivo, de por sí demoledor. Aquel partido de Albacete marcó una tendencia contra natura de lo que es la categoría de plata, pensando Rubi en poner una marcha más para intentar ascender en primavera, sin pensar que en Segunda División no cabe el fútbol más ofensivo y utópico. Demasiados errores se cometieron pese a disponer de varios jugadores más que interesantes, con experiencia en Primera.
Lo malo también fue que el equilibrio a la hora de elaborar ese plantel fue nulo, mezclando grandes peloteros para la categoría con otros que no daban la talla ni para Tercera. Aun así, Rubi podía haber sacado mayor rédito con otro proceder. Tras la rueda de prensa del nuevo mandatario rojiblanco, Mohamed Al-Khereiji, en la que transmitió tranquilidad e ilusión de cara al inmediato futuro de la entidad, llega la comparecencia de Rubi, donde me temo que el tema estrella será la supuesta adulteración de la competición ante la convocatoria de Pubill y sobre todo de Suárez, que taparía todos los males expuestos en esta acta, que a la postre han llevado a un conjunto llamado a alcanzar cotas más altas, a una vuelta atrás en espera de que quien o quienes hayan errado sepan rectificar dando un giro de 180 grados. Medios suficientes se tendrán tras la valiosa venta de varios activos del club. Estaremos ojo avizor.
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