El Almería pasa el rodillo y luego sestea ante el Eibar (3-1)

Beñat San José, técnico del Eibar, tuvo una mala tarde cuando se le ocurrió ordenarle al exrojiblanco José Corpas que cubriese la marca de Álex Muñoz en las acciones defensivas a balón parado del conjunto armero. El jiennense fue un coladero y por ahí vinieron los grandes males del conjunto vasco, que a los cinco minutos ya perdía debido a un forcejeo dentro del área con agarrón prolongado de Corpas sobre Muñoz con el árbitro encima de la jugada para decretar un claro penalti que Arribas convertía desde los once metros.

El Almería saltó enchufado al verde porque antes del 1-0 Nico Melamed ya había probado los reflejos del guardameta armero con un disparo pegado a la línea de fondo, casi sin ángulo, que lo obligó a meter la manopla para despejar el esférico. El equipo de Rubi, tal y como vaticinó el propio técnico catalán para los meses de octubre y noviembre, está atravesando un momento dulce de juego en el que todos los jugadores están bien engranados en el sistema.

Capítulo aparte merece la aportación de un futbolista como Álex Muñoz, que está resultando diferencial desde el carril zurdo. Lateral a la vieja usanza, es atento atrás y se incorpora al ataque con mucho sentido. Si a eso le añades buen juego aéreo el resultado es top para un fichaje que llegó a coste cero. El 2-0 también llevó su sello, ya que se impuso en el salto al propio Corpas (esta noche soñará con él) para rematar de cabeza a la red un buen servicio de Melamed desde el córner.

Apenas se había rebasado el ecuador del primer acto y los rojiblancos ya mandaban por dos de ventaja, aunque el Eibar no le había perdido la cara al encuentro e incluso estuvo cerca del 1-1 en una buena combinación de Álvaro Rodríguez con Javi Martínez, cuyo disparo repelió Andrés Fernández metiendo una buena mano abajo, una parada de esas que mantienen a tu equipo a flote en los momentos clave. Fue el escaso bagaje ofensivo de los visitantes.

El Almería siguió creciendo en lo colectivo, gustándose, y a la media hora de partido casi anota el tercero tras una gran jugada coral con participación de varios efectivos y disparo final raso y cruzado con la zurda, cerca del poste, de Soko, que repitió titularidad en la punta de ataque, siendo la única novedad la introducción de Embarba por el tocado Baptistao.

El propio extremo iba a zanjar el primer tiempo sumando la sexta muesca a su revólver este curso. Fue gracias a un gran pase en profundidad de Dzodic -vaya descubrimiento el serbio- al desmarque del madrileño, que sorteó la salida de Magunagoitia para marcar a portería vacía el 3-0. No faltó la tarjeta amarilla absurda de Lopy (ya acumula cuatro y se llevó la bronca del banquillo) antes de que el colegiado decretase el descanso.

Sin cambios de salida, en el segundo acto la UDA buscó contemporizar bien el juego para aprovechar la buena renta en el marcador. Todo iba como la seda hasta que Rubi, viendo que Lopy estaba coqueteando con la expulsión tras cargarse con esa ridícula amonestación, optó por retirar del campo al senegalés a la hora de partido para dar entrada a Gui Guedes. El centrocampista africano se marcó un Vinicius, negándole el saludo al entrenador, que luego tuvo unas palabras en el banquillo con él. Los bailes para festejar los triunfos y el calor de la grada empiezan a subírsele a la cabeza al de Bambilor y conviene que desde el club alguien le baje los humos.

Luego el Eibar introdujo un triple cambio (Martón, Toni Villa y Magunazelaia) que lo revitalizó y lo metió en el partido. Eso, unido a la siesta local, casi cuestan un serio disgusto. Tanto es así que los azulgrana lograron recortar distancias en el 70' gracias a un cabezazo de Arbilla, que se impuso a Dzodic en el salto para rematar un córner. Los indálicos se olvidaron de atacar y los eibarreses dieron un paso al frente, rozando el 3-2 en el 81', si bien Martón la picó excesivamente alto tras quedarse solo frente a Andrés Fernández.

Por fortuna la sangre no llegó al río y el Almería acumula su séptima jornada consecutiva sin conocer la derrota (ocho partidos contando la eliminatoria copera en Lorca) antes de visitar el Alfonso Murube de Ceuta el próximo domingo en un choque que no se da desde hace más de dos décadas.