No podrá quejarse José Ortiz Bernal del cariño de los almerienses y almeriensistas. En torno a 4.000 almas acompañaron al eterno capitán zapillero en su partido homenaje, disputado sobre el césped del Power Horse Stadium y que estuvo cargado de emotividad, aunque haya pasado una década desde que colgara las botas, después de jugar más de 300 partidos con la elástica rojiblanca.

Muchos, muchísimos amigos y excompañeros del excentrocampista quisieron estar a su lado en un día tan especial, y tampoco faltó la representación institucional, con la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez a la cabeza, acompañada por el concejal de Deportes, Juanjo Segura. El vicepresidente de la Diputación Provincial, Ángel Escobar, estuvo también presente en el estadio, en un choque que además tuvo una vertiente solidaria, ya que todo lo recaudado por la venta de entradas (que tenían precios más que populares) irá a parar a la asociación almeriense ARGAR, de niños con cáncer.

Una foto para el recuerdo de José Ortiz Bernal.

Precisamente un pequeño de este colectivo, Guillermo Martínez Haro, salió al césped de la mano con el gran protagonista de la noche, entre los aplausos de los aficionados y de todos los presentes en el estadio, y sería el encargado de realizar el saque de honor. Los jugadores le hicieron un pasillo de cariño y el zapillero disfrutó cada segundo de ese momento, sabedor de lo que supone, dada su extensa carrera como futbolista del Almería. Tras esto, Ortiz Bernal se dirigió con la emoción a flor de piel hacia la grada, que lo interrumpió con aplausos en varios pasajes de su breve discurso.

El mítico jugador del Almería defendió su elástica a lo largo de 12 temporadas, una de ellas bajo la denominación Almería CF. Jugó 326 partidos oficiales y anotó 42 goles, pese a no ser delantero. Prácticamente toda su carrera fue en el Almería. También jugó para el Zapillo Atlético, CD Roquetas y Ravenna (Italia).

José Ortiz, durante su partido homenaje.

El homenajeado recibió un gran número de obsequios y recuerdos en los prolegómenos del partido. Fueron apareciendo por el centro del campo el exvicepresidente del Almería, Ricardo Martínez; la Federación de Peñas representada por Baldomero Titos (Peña El Tomate); la familia Rojas, representada por David Rojas; la comisión organizadora, a través de Manolo García y David Fernández Borbalán; la Federación Andaluza de Fútbol en la persona de su vicepresidente primero, José Manuel Molina; la asociación ARGAR con su presidenta, Rosa Onieva; así como la Diputación de Almería y el Ayuntamiento de la capital conjuntamente, conel vicepresidente Ángel Escobar y la alcaldesa María del Mar Vázquez.

Guillermo Fernández y Marisol Ruiz cantaron en directo los himnos de Andalucía y del Almería, y en el descanso se celebró la actuación de Miguel Compán.

La convocatoria de las Leyendas del Almería / amigos de Ortiz Bernal estuvo compuesta por Valerio, Manolo Gaspar, Sena, Chico Flores, Kalu Uche, Crusat, Luna, Ortiz Bernal, Rubén, Olivares y Mané (once inicial), junto a Ricardo, Armindo, Edu Fenoy, Ortega, Pía, Ismael, Gorri, Juanlu, Jaime, Esteban Navarro, Juanma Ortiz, Jorge Peralta, Juanito, David Rojas y Álex Hita.

Ortiz, con la alcaldesa de Almería y un pequeño de ARGAR.

Y un extenso banquillo el rojiblanco, comandado por Juan Martínez Casuco, junto a Francisco, Javi Castañeda, Ángel Férez, Francisco José García, Rafa Téllez, José García Jurado, Bernardo.

Enfrente, en el combinado de Leyendas Andaluzas, estuvieron un buen ramillete de futbolistas. Formaron el equipo inicial: Calatayud, Redondo, Mendoza, Varela, Antoñito, Carrión, Capi, Diego Capel, Rafa Fernández y Serrano. Y de inicio en el banquillo comparecieron Campano, Lolo, Bodipo, Aranda, Isidoro, Manu Sánchez, Gaspar y Marco Navas.

Ortiz besa el césped del estadio almeriense en su despedida.

El encuentro se disputó en dos periodos de 40 minutos siendo dominado en el marcador por el equipo visitante por 1-4. No obstante, se vivió uno d elos 'momentazos' del duelo cuando fue señalado un penalti que transformó el propio Ortiz, para después ser manteado colectivamente. Su último gol con la rojiblanca, o el penúltimo... que nunca se sabe.