Perovic y Thalys no van en broma

Rubi se trajo varias noticias positivas de la visita copera al estadio Francisco Artés Carrasco de Lorca, la mayoría en clave deportiva, pero también una, quizá la más importante, a nivel social: la afición está con su equipo, tal y como pudo comprobarse con el desplazamiento masivo de más de un millar de seguidores pese a tratarse de un día laborable. Este detalle no es baladí, pues un equipo que busca el ascenso lo primero que necesita es tener el viento a favor de la grada, algo que la temporada pasada estuvo en duda en ciertos tramos de la competición, pero que este curso parece garantizado.

Luego están las lecturas meramente deportivas, que fueron muchas. En primer lugar hay que poner en valor el partido de dos jóvenes puntales de futuro como Marko Perovic y Thalys. El jugador montenegrino, que esta vez actuó como extremo (no de lateral), donde puede dar la verdadera medida de sus posibilidades, materializó su primer tanto oficial con la elástica rojiblanca al transformar el 0-1 y cuajó 62 minutos -hasta que fue sustituido por Melamed- de alto nivel. Cierto que el rival era un equipo de Segunda Federación, pero el balcánico, interacional absoluto ya con su país, no se arrugó y empieza a atisbar que está preparado para batallas mayores.

El tanto inicial de la UDA sirvió también para que la afición comprobase que los detalles que se le ven a Thalys en los entrenamientos el brasileño es capaz de mostrarlos a la hora de la verdad, sobre el verde, que eleva o defenestra a los futbolistas. El doble reverso que le tiró a su marcador dentro del área tras recibir un buen pase de Arnau Puigmal y antes de asistir a Perovic para que marcase, no está al alcance de cualquier tuercebotas. El ex del Palmeiras tiene algo y hay que confiar en el proceso que sigue bajo la atenta vigilancia de Rubi para que termine explotando como lo que es, la gran apuesta del club en el último mercado de fichajes, abonando la cantidad más alta (6 millones) por un efectivo de la categoría de plata.

Hay otro valor joven que pasó más desapercibido pero merece una atención. Se trata del central canterano cartagenero Pedro Fidel. Lleva mucho tiempo picando piedra en dinámica de primer equipo esperando este tipo de oportunidades y esta vez supo aprovecharla. Tiene la envergadura idónea (mide 1'92) para la demarcación y la cualidad añadida de ser zurdo, que supone un valor extra, ya que los defensores izquierdos en el eje escasean. Estuvo expeditivo al cruce formando tándem con Aridane Hernández, si bien sufre algo más en la salida de balón.

La cita copera le vino de lujo particularmente a Aridane. El central canario llegaba de dos apariciones atropelladas ante el Valladolid y el Córdoba saliendo desde el banquillo que habían despertado sospechas de su condición a los 36 años de edad. Siendo cierto que apenas tuvo exigencia por parte de los atacantes del Lorca Deportiva, el duelo le sirvió para coger ritmo competitivo y ponerse a punto físicamente para cuando la dupla titular Monte-Bonini necesite un respiro ahora que Chumi estará un par de meses en dique seco al lesionarse de nuevo en el tobillo donde ya sufrió un esguince.

Por último, y no menos importante, está la reaparición de Lucas Robertone. Quien más y quien menos pensaba que el centrocampista argentino tenía complicado salir del ostracismo ante su frustrada salida en forma de venta durante el mercado veraniego. No había disputado ni un solo minuto en el campeonato doméstico, también debido a la enorme competencia que este curso hay en la medular, pero Rubi siempre alegó que era uno más de la plantilla y ahora ha demostrado que puede contarse con él cuando la situación lo requiera. Cuajó un partido muy serio y rozó el gol con un buen cabezazo a centro de Centelles. La Copa, en vez de una piedra en el camino, esta vez le ha servido al cuerpo técnico para darle minutos de calidad a los menos habituales y para ir puliendo detalles. Que pase el siguiente.