Rubi ya ascendió al Huesca pese a acumular ocho jornadas sin ganar
UD ALMERÍA
El técnico catalán ha pasado de catorce partidos consecutivos sin perder a siete ya sin ganar, su peor racha como rojiblanco
Solo ha tenido dos inercias peores en su carrera, con ocho duelos sin triunfo en sus inicios en el Espanyol B y también con el Huesca, al que acabó subiendo a Primera
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El fútbol es tan cambiante que en una misma temporada puede encumbrar o descabalgar a un equipo. Que se lo pregunten a Rubi, que este curso está viviendo las dos caras de una misma realidad. El entrenador catalán fue capaz de encadenar catorce jornadas consecutivas sin perder, estableciendo un récord en la historia de la Unión Deportiva Almería, ya que hasta este año ningún otro técnico había logrado semejante hazaña, estando la marca anterior establecida en doce y compartida por Juan Casuco y Unai Emery, dos símbolos del banquillo rojiblanco.
Esa buena dinámica le permitió al equipo catapultarse desde las posiciones de descenso que había pisado hasta el liderato de la categoría. Fueron días de vino y rosas en los que todo salía a pedir de boca ganando los partidos al son que dictaba Luis Suárez, que acumuló un buen puñado de goles de los que figuran en su cuenta anotadora. Al plantel entonces le salía todo y pocos rivales podían hacerle sombra. La trayectoria positiva arrancó tras caer por 3-2 en Oviedo e imponerse la siguiente jornada al Zaragoza a domicilio (1-2) y duró hasta el empate casero ante el Huesca (0-0), ya que en la visita al Carlos Belmonte se perdía por 2-1. Del 20 de octubre de 2024 al 26 de enero de 2025, más de tres meses de gozo para la afición indálica.
Pero claudicar en Albacete trajo consigo consecuencias más graves de las imaginadas, ya que se enlazó una racha mala que lo ha llevado a permanecer siete partidos ahora sin conocer la victoria, cifra que representa la peor de Rubi en sus dos etapas al frente de la UDA. El 'arquitecto de Vilassar' se adentra por tanto en terreno pantanoso, ya que su anterior peor racha tuvo lugar la campaña del ascenso con una duración de cinco jornadas, apenas un mes, entre el 2 de enero de 2022 y el 4 de febrero del mismo año, cuando se dejó atrás derrotando al Ibiza en casa (2-0). En la actualidad va camino de los dos meses, ya que se inició el 19 de enero ante el Huesca y sigue en vigor.
En su trayectoria profesional Rubi se ha visto en este mismo escenario en otras cuatro ocasiones, y en dos incluso lo empeoró. La primera vez fue en sus albores como entrenador, cuando dirigiendo al Sabadell la temporada 2004-2005 en Segunda B también encadenó siete duelos sin ganar, lo mismo que le ocurrió en la 2006-2007 al frente del Espanyol B, también en la categoría de bronce. Lo mismo le ocurrió con el filial periquito en la 2007-2008 (entre las jornadas 22 y 28), curso en el que enlazó por primera vez ocho duelos sin ganar, en concreto entre las jornadas 3 y 10. En el banquillo del Sporting de Gijón, durante la 2016-2017, no conoció la victoria entre las jornadas 29 y 35 (siete duelos).
El precedente más esperanzador, no obstante, data de la 2017-2018, cuando pese a acumular ocho partidos sin ganar al frente de la SD Huesca entre las jornadas 27 y 34, acabó logrando el ascenso directo a Primera como segundo clasificado con el conjunto oscense. La gran diferencia es que entonces, tras la 29ª jornada, el titular de El Alcoraz sumaba ya 56 puntos por los 47 de la actualidad, un déficit de 9 puntos.
El equipo, que acumula tres igualadas seguidas, parece estar más cerca de salir del atolladero por lo exhibido ante el Málaga, pero sigue despertando dudas por los errores propios que comete y lo condenan una y otra vez. El vestuario se ha conjurado para ponerle fin a esta pesadilla el viernes con motivo de la visita a Ipurúa para medirse a un Eibar que parece haber reaccionado con su nuevo entrenador, Beñat San José. En caso contrario la cifra se elevaría a ocho jornadas sin ganar, aunque el siguiente duelo será en el Juegos Mediterráneos contra el Zaragoza, precisamente el rival con el que se inició la inercia positiva. Reengancharse al ascenso requiere una reacción inmediata.
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