Rubi destruye a Rubi
UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos
El técnico catalán está tomando una serie de decisiones rayanas en el más puro estilo estrambótico de Lillo
El encaramiento de Lázaro como síntoma de la crisis del Almería

Almería/Comentó Rubi al término del encuentro ante el Elche que no quería que ningún jugador se borrase de mapa rojiblanco y que todos permanecieran unidos por la causa final del ascenso. Sin embargo, el que parece haberse borrado de ese mapa rojiblanco es el propio Rubi con sus extrañas decisiones, rayanas en el más puro estilo estrambótico de Lillo. El técnico catalán ha vuelto a activar el fuego que él mismo apagó cuando, ante el peligro de anidar en los puestos de descenso, decidió darle un matiz más conservador a su equipo, pese a las repetidas manifestaciones de Rubi dándole siempre más importancia a golear que a encajar. El entrenador rojiblanco tuvo que hacer de tripas corazón y equilibró un esquema que en las primeras jornadas hacía aguas como el de ahora.
El hecho de restar algún delantero del once inicial para ocupar el terreno de juego de forma más coherente con un centrocampista de banda de más vocación defensiva (Arnau o Pozo, los llamados dobles laterales), le dio resultado a un conjunto que, a través de juntar líneas y de ser intenso, le otorgó la confianza que se necesita para el éxito. Si a todo esto le unimos la calidad de varios componentes del plantel rojiblanco, la ecuación final no podía dar otro resultado diferente a lograr batir el récord de imbatibilidad de catorce partidos. Lo que parecía idílico se transformó de nuevo en un infierno futbolístico. Si en Albacete se cometió el primer error queriendo volver a lo que nunca dio resultado, en sucesivos encuentros se incidió, echando más leña al fuego.
Y lo que es peor, sin reaccionar durante los descansos de los dos últimos choques, dejando intacta la ignominia futbolística exhibida en las primeras partes ante el Deportivo y Elche. No sólo el equipo pedía a gritos volver durante las segundas partes al esquema más adecuado para esta UDA con ese volante de más y con al menos un cambio en el descanso, sino que con las sustituciones durante la segunda mitad se corre el riesgo de consumir las tres ventanas de cambios (en el descanso no cuentan) que ante el Elche le obligó a tener que jugar con Arnau lesionado pese a haber realizado Rubi tan sólo cuatro cambios. Está claro que ha perdido el norte futbolístico. Ojalá que lo recupere, porque todo lo expuesto se vio aderezado con la participación de Lázaro, que vino a emborronar aún más lo que ya se tornaba oscuro.
El delantero brasileño no tiene culpa de que su técnico le concediera tantos minutos en Riazor y de que como premio le vuelva a conceder la titularidad al siguiente partido ante el Elche y no lo sustituya hasta que la grada explota de indignación por la aptitud y actitud de un jugador que nunca debe jugar por banda, pues su virtud es el regate corto y el disparo (cuando está en forma), pero nunca el progresar por la banda. Pese a todos los últimos desmanes y de lograr tres de los últimos quince puntos, los puestos de ascenso están a un partido, como si los rivales le concedieran una segunda vida al Almería, tal y como también hizo un Elche que bailó por momentos a su rival, pero que al final rescató un sólo punto y perdió el average con la propia UDA. Para tirarse de los pelos.
Si Rubi no aprovecha esta segunda o tercera oportunidad y dota a su equipo de un espíritu más guerrero, coherente en las posiciones sobre el terreno de juego, incisivo por bandas y con un toque más conservador, la entidad lo puede pagar muy caro, pues el ascenso no deja de ser clave para el devenir de la UDA y de todo su proyecto. A ver si el gol ante el Elche de Arnau, que también fue protagonista del empate que tanto se valoró después ante el Alcorcón en aquella penúltima jornada de la liga del ascenso a Primera, le sirve de acicate a un técnico que ha deshecho lo que tanto le costó construir.
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