Almería

ABLA. Sacerdote y paradigmático historiador

ABLA. Sacerdote y paradigmático historiador

ABLA. Sacerdote y paradigmático historiador / D.A.

Tapia Garrido, sacerdote-historiador Tapia Garrido, sacerdote-historiador

Tapia Garrido, sacerdote-historiador / D.A.

El infatigable investigador natural de la villa abulense es el paradigma por excelencia de cuantos han dedicado inteligencia, esfuerzo y tiempo en rescatar, clasificar y divulgar nuestro rico acervo, histórico, geográfico y humanístico acumulado en siglos. Su fichero, depositado en parte en el Instituto de Estudios Almerienses (IEA), es colosal: de culturas periclitadas, efemérides, toponimias, mujeres y hombres que han hecho posible el conocimiento de la historia almeriense. Se afirma que su archivo atesoraba más de 50 mil fichas con anotaciones de campo. Siempre desde la más estricta individualidad, los equipos multidisciplinares comenzaban y terminaban en él mismo, por muy variada que fuese la temática abordada. Eran otras épocas, otro carácter.El infatigable investigador natural de la villa abulense es el paradigma por excelencia de cuantos han dedicado inteligencia, esfuerzo y tiempo en rescatar, clasificar y divulgar nuestro rico acervo, histórico, geográfico y humanístico acumulado en siglos. Su fichero, depositado en parte en el Instituto de Estudios Almerienses (IEA), es colosal: de culturas periclitadas, efemérides, toponimias, mujeres y hombres que han hecho posible el conocimiento de la historia almeriense. Se afirma que su archivo atesoraba más de 50 mil fichas con anotaciones de campo. Siempre desde la más estricta individualidad, los equipos multidisciplinares comenzaban y terminaban en él mismo, por muy variada que fuese la temática abordada. Eran otras épocas, otro carácter.

Almería piedra a piedra Almería piedra a piedra

Almería piedra a piedra / D.A.

Nacido en Abla el 14 de marzo de 1914, era hijo de un modesto matrimonio que pronto emigró a la ciudad, donde su padre se empleó de auxiliar de farmacia. Vivió la niñez en la calle Gran Capitán (barrio del Quemadero), frente a las tapias del convento de Las Adoratrices y a la escuela pública del Ave María, donde cursó la educación primaria. Con 13 años sus padres lo matricularon en el seminario de San Indalecio, en la plaza Catedral. La modesta economía familiar le impidió estudiar en Roma puesto que la posible beca no cubriría los gastos de desplazamiento y estancia.

Coincidente con el centenario de su nacimiento, en junio de 2014 una entrañable nonagenaria, su hermana Conrada, descubría una placa en la Placetilla de las Monjas, en Berja, donde vivió de 1957 a 1958 como responsable de la parroquia y en la que escribió uno de los primeros monográficos de su repertorio: Historia de la Baja Alpujarra. Un lustro atrás, la AA.VV. Casco Histórico hizo lo propio ante su casa de calle Lope de Vega -en la que habitaba cuando falleció el 3 de agosto de 1992-, junto al pequeño callejón que lleva su nombre y del que por lo diminuto no estaba muy satisfecho. No cesaron ahí los homenajes y reconocimientos, en vida o a título póstumo, cosechados por el académico de la Real de Historia desde 1967:-Premio de la Casa de Almería en Barcelona por Historia de la Baja Alpujarra. Haciéndose merecedor más adelante del VII premio especial de dicha entidad-Cronista oficial de la Ciudad (1971), tras publicar Almería, piedra a piedra-En 1982 el IEA lo nombró Socio de Honor y más adelante instauró un premio de investigación con su nombre-Diputación Provincial le concedió en 1986 la Medalla de Plata de la Provincia con motivo del Iº Encuentro de la Cultura Mediterránea. Por aquellas fechas le editaron el volumen “Homenaje al Padre Tapia”, en el que colaboraron amigos y especialistas-Este mismo ejercicio se hizo merecedor al VII premio especial periodístico de la Casa de Almería en Barcelona-Dos años después Vélez Blanco le dedicó una plaza céntrica; recordando que en la década de los cincuenta lo había declarado Hijo Adoptivo, agradecidos por la edición de Vélez Blanco, villa señorial de los Fajardo. En una de sus biografías comprobamos que “los tres años de contienda los vive en Valencia y Ciudad Real”, aunque desconozco si marchó movilizado o no, puesto que ya tenía la edad reglamentaria. Sea como fuese, al terminar vuelve a Almería, trabaja en las oficinas de Hidroeléctrica del Chorro y reingresa en el Seminario, donde concluyó el Bachillerato y Magisterio. En 1943 fue ordenado sacerdote en Granada, leyendo su tesis de Teología tras estudiar en la Facultad de la Cartuja.

Placa de la AA.VV. Casco Histórico Placa de la AA.VV. Casco Histórico

Placa de la AA.VV. Casco Histórico / D.A.

Vida pastoral

Dado su incansable quehacer, se impone un mínimo deambular por los “empleos” del abulense. Después de ejercer como docente en el Seminario que tan bien conocía y de ostentar la capellanía del Hospital, comienza la labor pastoral que durará dos décadas: en Vélez Blanco y Berja. Trasladado a la capital, una providencial beca de la Caja de Ahorros y la ayuda prestada por el obispo Suquía Goicoechea aceleró su tarea investigadora, no solo en archivos capitalinos, sino recorriendo la provincia, escuchando a la gente, comprobando in situ el dato y confeccionando miles de fichas, imprescindibles para futuras publicaciones. Su labor fue inmensa. La del hombre solitario que se sumerge en el estudio y divulgación de temas muy divergentes: de la Almería morisca al folclore popular; de canciones de niños a topónimos callejeros; de un episcopologio a semblanzas biográficas, temas marianos, etcétera.Y su obra cumbre e inconclusa en el volumen XIV: Historia General de Almería y su Provincia. Además de otras dos de obligada consulta: Almería, hombre a hombre y Almería, piedra a piedra, dividida en cuatro apartados en su edición de 1992:

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