Desde El Acebuche a la calle, vía Parot
Iñaki Erro, uno de los etarras más sanguinarios y con más condena será liberado en breve Fernando del Olmo podría esperar preso hasta el año 2015
Las puertas de la prisión provincial de El Acebuche podrán vivir en los próximos días escenas similares a las de otros centros penitenciarios españoles donde, después de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que tumbó la doctrina Parot, se ha asistido a un goteo de liberaciones de presos etarras a quienes la ingeniería jurídica de aplicación del Código Penal del 73, había mantenido entre rejas. En el caso de la cárcel almeriense hay un caso que con toda probabilidad se dirima en cuestión de días. Se trata de Iñaki Erro Zazu, uno de los etarras más sanguinarios en la ya de por sí luctuosa trayectoria de la banda terrorista y que ya había pedido su liberación atendiendo a causas médicas ya que fue víctima de una arritmia que engañó a pocos (fuentes penitenciarias dijeron entonces que el interno realizaba actividades deportivas de esfuerzo mientras solicitaba su excarcelación). Fue ingresado en Torrecárdenas en la Unidad de Custodia Policial donde fue sometido a una cateterismo en el corazón; apenas unas horas en la Unidad de Observación fueron más que suficientes para devolverlo a su celda de la prisión.
Sobre el otro, Fernando del Olmo Vega, hay más discusión; Diario de Almería ha podido saber que no será hasta 2015 cuando pueda ser puesto en libertad, ya que aún no ha cumplido los años suficientes como para estar afectado por la eliminación de la doctrina.
El pamplonica Erro tiene poco más de medio siglo de vida y cuenta con una condena de 947 años, 9 meses y 14 días de condena. Fue detenido en 1987 después de un intenso tiroteo con la Guardia Civil que lo buscaba como integrante de los comandos Donosti y Nafarroa Zarra de ETA, donde fue el autor material de los crímenes más abyectos, entre ellos el del inspector del Cuerpo Superior de Justicia, José Antonio Álvarez Díez.
Lleva más de un cuarto de siglo entre rejas, repartido entre varios centros penitenciarios de toda España, aunque es el de Almería el de su cumplimiento efectivo; desde aquí ha sido trasladado a cuantos juicios ha tenido pendientes en la Audiencia Nacional y han sido muchos, siempre de acuerdo a uno de los historiales más negros de la banda asesina. Lleva cuatro asesinatos cometidos y 22 frustrados; se le ha condenado por seis atentados terroristas en los que se probó su participación directa, tres más contra la seguridad colectiva, uso ilícito de vehículos a motor, diez robos, coacciones, falsedad y tenencia de explosivos y depósito de armas; a eso hay que añadir sendas condenas por tres detenciones ilegales (secuestros) y sustracción de placas de matrícula (para los coches bomba). Todo eso en apenas seis años de pertenencia a ETA.
Ha sido siempre encuadrado entre el sector duro del frente de makos de la banda terrorista. Opuesto a cualquier medida de reinserción o de que los presos de la banda terrorista se acogieran a cualquier tipo de beneficio penitenciario, esa postura le valió estar a más de 900 kilómetros de su ciudad natal donde previsiblemente regresará en breve. La próxima reunión de la Audiencia Nacional, puede ser definitiva para su puesta en libertad.
Sobre Fernando del Olmo, el segundo de los afectados por la anulación de la doctrina Parot, existen más dudas. Aunque se daba por segura su inclusión entre aquellos que serían beneficiarios de la misma, fuentes penitenciarias confirmaron que aún no ha cumplido el tiempo suficiente para ser afectado y que su salida de El Acebuche, puede retrasarse al menos hasta dentro de un año.
Su detención data de los años de plomo de la banda asesina, en 1991 como parte de un grupo de colaboradores liberados a sueldo de ETA. Habían sido detenidos meses antes por la sustracción de un coche, pero fueron puestos en libertad a la espera de juicio. Esa torpeza judicial costó, según su propia confesión, que se cometiera el atentado con coche bomba a la comisaría de la Policía de Burgos que causó 20 heridos. A del Olmo se le atribuye el atentado contra una garita de la Guardia Civil en los muelles de Uribitarte en pleno centro de Bilbao, que causó la muerte a un agente de la Benemérita y a un ciudadano, así como heridas a dos policías municipales. También participó en las labores de información que facilitaron la colocación de un coche bomba en el que murieron dos integrantes de la patrulla.
Del Olmo es otro de los históricos y seguidores de la línea dura; tiene una condena de 155 años por un total de 9 asesinatos, otros 6 más frustrados y tiene acusaciones por tenencia ilícita de armas y pertenencia a banda armada. Tendría que ser puesto en libertad en el año 2020. Ahora, se encuentra pendiente de una evaluación que podría retrasar su salida a la calle.
Refugio de etarras recalcitrantes, paradójicamente lo que negaron a otros compañeros, ha sido o que les ha permitido salir en una libertad para la que no han hecho nada para ganársela. Ni un ápice de arrepentimiento y menos aún de petición de perdón a sus múltiples víctimas. Un funcionario de la cárcel almeriense confesó a Diario de Almería que, "cuanto más lejos esté semejante calaña y gentuza mucho mejor; iban a salir de todas formas dentro de un par de años, así que tampoco ha sido para tanto. Eso sí, lo que les deseo es que se encuentren con sus víctimas todos los días de su vida y que tengan que mirarles a la cara. No hay mayor condena que esa. Que no descansen jamás".
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