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Adoratrices: estado de la cuestión (V)

Crónicas desde la ciudad

El nuevo Pgou por aprobar define como "suelo urbanizable" la totalidad de la finca que Las Adoratrices poseen en el Quemadero. Ahora se está a la espera de revisar un convenio urbanístico previo

Adoratrices: estado de la cuestión (V)
Antonio Sevillano / / Historiador

08 de diciembre 2012 - 01:00

TRAS un breve paréntesis retomamos el tema. El pasado 18 de noviembre adelantaba en las páginas de Diario de Almería que en el nuevo Pgou-2012 (pendiente de aprobar), la finca de 13.500 metros en el paraje del Quemadero de la que es propietaria la Congregación de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, pasaba en un 50% a ser "suelo urbano no consolidado, de uso residencial" (es decir la parcela más apetitosa: el otro 50% corresponde a instalaciones anexas de un colegio en régimen abierto); radical cambio ya que en el vigente de 1998 toda ella está clasificada como "suelo urbano consolidado y calificado como dotacional escolar privado". Esto, unido a la ausencia de cualquier tipo de protección urbanística de su convento matriz, me llevó a denunciar la posibilidad real, más o menos inminente, de la demolición del singular e indefenso edificio bendecido e inaugurado en junio de 1920 por el obispo Vicente Casanova Marzol (su escudo episcopal campea en la fachada principal). Este fue diseñado en 1918 por Enrique López Rull, arquitecto almeriense a la altura, cuando menos, de Trinidad Cuartara Cassinello y Guillermo Langle Rubio, pero no tan publicitado como ellos. Vean y juzguen algunas de las obras en la capital de quien fuera responsable en Diputación y Obispado: Círculo Mercantil y Teatro Cervantes, Teatro Apolo, Teatro Calderón (iglesia de San Pedro el Viejo, hoy de las Esclavas del Santísimo), capilla de la Sagrada Familia o de San Nicolás, c/. Reyes Católicos (sin protección en el Pgou en vigor ni futuro; actualmente gestionada por la Iglesia rumana), Casino Cultural (Delegación de Gobierno de la Junta), edificio La Peña (plaza Circular), fachadas del convento Dominico y palacio Episcopal, Plaza de Toros y Barrio de La Caridad (formando tándem con Cuartara Cassinello), conventos de las Hermanitas de los Pobres y Siervas de María, Matadero Municipal, edificio Río de la Plata, en Puerta de Purchena; Cortijo Fischer (autoría adjudicada por el experto Alfonso Ruiz), etcétera.

CONVENIO URBANÍSTICO

Mi sospecha se reafirmó al repasar el convenio previo firmado en el presente año 2012 por D. Luis Rogelio Rodríguez-Comendador Pérez y Dª Mª Elisa Altadill Ardit, alcalde y representante legal de dicha Congregación. De su redacción -en ninguna cláusula se alude al inmueble objeto de mi denuncia-, en la que por ahora no voy a entrar en detalles, fácilmente se deduce que las grandes beneficiadas son las Adoratrices y no la ciudad. Sí se insiste, curiosamente, en la conveniencia de "una ordenación que permita una comunicación en sentido transversal de la parcela, desde la calle Barranco de las Bolas a la calle Gran Capitán". Para entendernos: un vial entre los bloques de viviendas previstos que discurriría por el perímetro ocupado por el edificio de López Rull. Bien entendido que lo acordado entre ambas partes está condicionado a la aprobación definitiva del Pgou en un pleno Extraordinario aún sin fecha.

A los pocos días de mi artículo, el concejal de Economía y Territorio, Pablo Venzal, se interesa en el asunto y enmienda la plana a su superior en el Consistorio. "Ha decidido retirar el convenio urbanístico de Las Adoratrices para renegociar su contenido con las monjas, cuando el acuerdo iba camino ya de su aprobación definitiva. No fue siquiera abordado en el Consejo de Gerencia de Urbanismo", escribía María Victoria Revilla, periodista de esta Casa. El Sr. Venzal ya tenía conocimiento de que tanto Izquierda Unida como el Psoe iban a votar sistemáticamente en contra del acuerdo y de la recalificación en lugar de abtenerse. No puedo por menos que, como ciudadano, agradecer su decisión de parar el golpe en segunda instancia y aguardar los resultados de la anunciada renegociación. No obstante, a pesar de los sorpresivos brotes verdes de optimismo inicial, me van a permitir que mantenga ciertas reservas. Ojalá me equivoque, ¿pero quién garantiza de que solo se trata de una táctica dilatoria y que al final, con la mayoría absoluta del Partido Popular, no se consuma la pérdida del singular espacio monumental? También Mariano Rajoy prometió solemnemente que no iba a tocar las pensiones, los impuestos, la Sanidad, la Educación… Y ya ven (vemos) la gravedad y crispación en que nos están sumiendo sus promesas.

REACCIONES

Cuando advertí del peligro frente las máquinas excavadoras que planean sobre la construcción próxima a cumplir un siglo, no estaba en mi ánimo lesionar los legítimos intereses de sus propietarias. Al contrario, les profeso admiración y respeto por la generosa disposición a favor de jóvenes inmersas en la prostitución más sórdida y miserable.

No quiero caer en el melodramatismo, pero el caso acredita la máxima popular de que cada país, cada época, cada pueblo, tiene lo que se merece. Incluido sus políticos y dirigentes. Esperaba, quizá ingenuamente, cierta reacción ciudadana, colectiva o individual, en defensa del expolio que inmisericorde sufre la capital desde la aprobación en 1962 de un nefasto Plan de Ordenación. Salvo muy contados ejemplos, nada de nada. La rápida nota de prensa de IU y su posicionamiento en contra (tras pasarle a su gabinete municipal copia de mi artículo en Diario de Almería) junto al grupo del Psoe en el Ayuntamiento; un chiste (magnífico) del amigo Antonio Moreno, una columna de opinión de mi no menos amigo Agustín Belmonte y la solidaridad y adhesión mostrada por los Amigos de la Alcazaba en su página web.

¿Dónde está el resto; dónde aquellos que día tras día se autoproclaman sin merecerlo defensores del patrimonio histórico, cultural e inmaterial de Almería y su provincia con manifiestos tan rimbombantes como hueros? Me estoy acordando de individuos concretos con presencia periódica en los medios de comunicación; de las asociaciones vecinales de su barrio, Cehinor y Fuentecica-Quemadero; de la plataforma de la calle Cádiz -muy cerquita a Las Adoratrices- que solicitaba apoyos cuando el Ayuntamiento intentó derribarles toda una acera; de Foros ciudadanos estériles, del Obispado, del Colegio de Arquitectos y del susum corda. Como nos arengaban en la jura de Bandera: ¡Que Dios se lo demande! O como en aquella cita erróneamente atribuida a Bertolt Brecht referida a la persecución nazi sobre los judíos, comunistas, socialistas y sindicalistas, mientras que el individuo, guardando silencio, se inhibía de la atrocidad fascista: "… Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera defenderme".

A la espera de buenas nuevas, mañana concluyo la serie dedicada a la historia capitalina de Las Adoratrices, a su Casa-matriz y capilla abierta en el primer tercio de la pasada centuria en el Huerto de los Navas. Lindante con el Barranco de las Bolas y las Escuelas del Ave María; vecina, entre otros personajes ilustres, del historiador José Ángel Tapia Garrido, el guitarrero Gerundino Fernández y la bruja echadora de cartas, Niña Dormida. En cualquier caso, debemos confiar en la palabra y buenos oficios del concejal Pablo Venzal.

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