Almería recupera la Cruz Catedralicia tras una ausencia de 15 años
Almería
Regresa al Claustro del templo desde donde fue retirada para su restauración. El Obispado recobra también la rejería del XVIII del Altar Mayor
Almería ha recuperado la la Cruz del Claustro de la Catedral, un elemento esencial de este patio neoclásico a donde vuelve tras unos quince años de ausencia. Está totalmente restaurada y, aunque ya no forma parte de la fuente –la actual es de nueva factura–, es la guinda a las obras de rehabilitación del que dicen que es uno de los espacios más característicos de la Catedral almeriense.
Obra del arquitecto Juan Antonio Munar, discípulo aventajado de Ventura Rodríguez, quien tuvo en Almería una gran trayectoria profesional –entre otras encomiendas, figura la terminación del el Hospital de Santa María Magdalena, recientemente rehabilitado–, diseñó, como maestro mayor de fábricas del Obispado de Almería, el Claustro en el siglo XVIII, dejando en posición central una fuente sobre la que reposaba la cruz ahora recuperada.
La fuente era el símbolo de los “privilegios de los derechos del agua transferidos por Isabel La Católica. Los regantes de la Vega venían a acordar los precios con el Cabildo”, recuerda el deán del Obispado, Juan José Martín Campos, quien explica que la Cruz Catedralicia fue retirada en el año 2007 con motivo del inicio de las obras de rehabilitación del Claustro de la Catedral de Almería.
Con un presupuesto de 614.718 euros, esta actuación le fue confiada al arquitecto Ramón de Torres (el encargado de reformas en La Alcazaba y de la restauración del Cable Inglés, entre otros proyectos), quien rediseñó este patio, en otras épocas anteriores, rodeado de árboles y plantas.
La intervención sustituyó la fuente por otra. En realidad, aclara el deán, no era la original, réplica de la existente en el Patio de los Naranjos. Las obras finalizaron, como consta en el acta de recepción, a fecha del dos de junio de 2019. Sin embargo, la Cruz no formaba parte de la nueva imagen del Claustro, que puede ser visitado.
Durante el transcurso de los trabajos, fue trasladada a Macael para que las manos profesionales de los Talleres Valentín Sabiote restauraran el esplendor que el transcurso de los siglos había apagado. Cuentan que un grupo de Cofrades de Estudiantes, devotos de Amor y Esperanza decidieron restaura la cruz que se encontraba en un almacén del Obispado en Aguadulce, extremo éste no confirmado.
Lo cierto es que durante quince años, aproximadamente, no ha formado parte del conjunto hasta que el Obispado la ha devuelto por fin a su lugar de origen, aunque no con exactitud. Desvinculada de la fuente, ahora a ras del suelo, la imponente cruz se encuentra situada en un espacio de mayor recogimiento, junto a la puerta que une el Sagrario con el Claustro.
Martín Campos añade la satisfacción que genera en el Obispado otro elemento recobrado. Son las rejas de forja del siglo XVIII. “Estaban bajo los púlpitos del Altar Mayor y toda la rejería neoclásica ha sido recuperada”. A parte de la misa se le ha dotado de ruedas en su nueva misión de elementos separadores móviles y parte ha sido situada como parte del conjunto de la Cruz Catedralicia, la cual también tuvo otro periodo anterior de exilio.
Refresca la memoria histórica en este sentido Ginés Valera, quien apunta el paso de este símbolo religioso por fue trasladada junto a la fuente central, a petición del Jefe Militar francés Louis Liger-Belair, al nuevo Cementerio de Belén en 1810, cuya obra dirigía el arquitecto Francisco Iribarne, curiosamente enfrentado a Munar. El conjuntó retorno en 1823, casi los mismos años de esta ausencia contemporánea.
El deán recuerda que el Claustro está abierto a visitas públicas. Más información sobre horario, precios y reservas en https://catedralalmeria.com.
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