Cuando el destino Almería (integrado entonces bajo la marca Costa del Sol) iniciaba su gestación a principios de los años sesenta, la provincia sólo tenía una planta hotelera de seis establecimientos (Hotel Goya, residencia Fátima, Pensión Andalucía y hotel Simón en la capital; Hotel Abdera en Adra y en Pulpí la Pensión Calipso) que no sumaban ni 300 habitaciones en su conjunto. Hoy son 306 establecimientos hoteleros que suman 35.252 camas, lo que se traduce en la mayor oferta de la historia de la provincia por el crecimiento de la infraestructura turística más pronunciado que nunca en la segunda década de este siglo y a pesar de haber salido de una pandemia que mermó por completo su actividad.

El Registro de Turismo de Andalucía contabiliza hoy en esta categoría 4 albergues (246 camas), 57 hostales de 1 estrella (1.451), 20 hostales de 2 estrellas (744), 25 hoteles de 1 estrella (698), 36 hoteles de 2 estrellas (1.684), 24 hoteles de 3 estrellas (2.220), 57 hoteles de 4 estrellas (20.413), 4 hoteles de 5 estrellas (1.614), 15 hoteles-apartamento (4.614) y 64 pensiones con 1.568 plazas. Los establecimientos hoteleros sumaban 19.237 camas en 2002, 30.599 en 2007 y en 2019 eran 35.239. En septiembre de 2022 se han situado en cifras similares a las anteriores a la policrisis del coronavirus con 35.252, pero el número de alojamientos creció en 34 en la última década (272 en 2012 y 306 en la actualidad) y la oferta de plazas ha ganado casi 5.000 desde el verano de 2007.

Un avance significativo de un sector lastrado por el déficit de comunicaciones de la provincia y por las nuevas tendencias de un turismo que con la pandemia se ha ido alejando de experiencias masivas vacacionales para crecer en segmentos como alquileres de apartamentos y casas rurales. El auténtico boom de este negocio fundamental para la provincia no lo han vivido los hoteles, sino las viviendas con fines turísticos, alojamientos que desde mediados de 2016 se han regularizado en la comunidad en base a un decreto de la Junta por el que han tenido que inscribirse en el Registro de Turismo de Andalucía. Este tipo de inmuebles, ya sean completos o por habitaciones, han pasado en la provincia de ofertar 11.388 plazas en marzo de 2018 a las más de 38.000 que suman en la actualidad.

El alquiler vacacional va a jugar un importante papel en las nuevas formas de viajar tras la pandemia y este tipo de establecimientos ya han superado en plazas a los que ofrecen los hoteles. De hecho, el incremento permanente de las viviendas con fines turísticos está detrás de la considerable evolución del número de alojamientos censados en la provincia que ha pasado de 2.913 en 2017 a 4.820 en 2019, 8.213 el pasado año y 9.599 en septiembre del actual. La oferta de camas de Almería, en el conjunto de alojamientos hoteleros y extrahoteleros, se ha situado este mes en 107.465, su registro más alto de la historia.

En 2007 eran 46.002 las plazas, 53.000 en 2016, 70.000 en 2018, 89.300 en 2019 y 97.382 al inicio del pasado verano, según la estadísticas del Registro de Turismo de Andalucía. Ni tan siquiera la pandemia ha frenado en seco un crecimiento de la infraestructura hotelera provincial asociado en los últimos quince años a la maduración del destino Costa de Almería que ha ido ganando peso en el mercado internacional con operativas aéreas y consolidando su importante cuota doméstica.