Antonio y Encarna, un amor que renace 60 años después y se consagra en matrimonio
Todo comenzó en la década de los 50 en el pequeño municipio de Terque. Antonio y Encarnación comenzaron una intensa historia de amor no exenta de envidias. Dos jóvenes que se amaban y que finalmente separaron sus vidas tras cerca de tres años de relación, sin imaginar lo que el destino les tenía preparado. Encarnación se casó y no tuvo hijos. Vivía en Terque junto a su marido, un agricultor de la zona, con el que estuvo casada 34 años, hasta que enviudó hace más de 20. Antonio se casó con una joven de Barcelona y tuvo ocho hijos. Tras 58 años de matrimonio se quedó viudo hace cuatro años. Fue entonces, 60 años después, cuando Antonio decidió buscar a su primer amor para compartir el resto de sus días junto a ella. "La llamé por teléfono y le dije que se sentara que tenía algo que decirle". "Le propuse retomar la relación y casarnos". Encarnación cuenta el estado de shock en el que se quedó cuando escuchó la voz de Antonio, un hombre que la enamoró en su adolescencia, y al que incluso ni cruzaba la mirada cuando se encontraban por el pueblo por respeto a sus respectivos matrimonios. "Yo le dije que como amiga estaba dispuesta a retomar la relación, pero nada más allá". Sin embargo la insistencia de Antonio pudo con la resistencia de Encarnación, y tres meses después, con 86 y 83 años, respectivamente, y después de más de 60 años sin saber el uno del otro, el primer amor renacía y se consagraba en matrimonio. "Fue un día muy bonito", subraya Encarnación. "Nosotros somos muy religiosos y quisimos casarnos por la Iglesia, en la de Ciudad Jardín. Estuvimos acompañados de nuestras familias que están muy contentos de vernos felices". Antes de comenzar su nueva vida con Antonio, Encarnación estuvo en la Residencia de Ancianos El Manantial, de Terque. Cuando contrajo matrimonio con Antonio, los dos iniciaron su nueva vida en la casa de éste, en el centro de la capital, y por el estado de salud de Encarna, por el que está valorada como persona dependiente, disponen de una auxiliar del servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Almería. Un servicio gestionado por la empresa Clece, que permite a Antonia contar con la ayuda de Isa Belmonte cada mañana en su propia casa. "Ya lleva un año con nosotros". Cuando Isa llega a las 09:00 Encarnación ya se ha levantado. "Me ayuda a calzarme, a vestirme, y a veces me ayuda a limpiar".
"Lo que me encantaría es que se pudiera quedar un rato más y poder salir a pasear y a que me diera un poquito el sol". Clece cogía las riendas del servicio de Ayuda a Domicilio en el Ayuntamiento de Almería hace poco más de un año. En este momento, son más de 500 los trabajadores y trabajadoras, en sus distintas especialidades, los que día a día atienden a más de 1.300 usuarios. Personas dependientes que tienen en su haber cientos de historias pasadas, que han marcado sus presentes. Antonio, Encarnación o Antonia. Una usuaria de 76 años que lleva más de 20 luchando contra el párkinson. Una enfermedad por la que ha tenido que ser intervenida y que le ha hecho tener que adaptar su día a día a esta nueva circunstancia. Antonia vive en el barrio de Ciudad Jardín. Es viuda y tiene dos hijos. Un hijo, del que tiene dos nietos, y una hija, que vive con ella. "Afortunadamente vive conmigo. Pero trabaja por la mañana". Esta ausencia la palia Susana Ranera, auxiliar de Ayuda a Domicilio que lleva con ella un año y medio. "Viene a casa tres horas. Me ayuda a levantarme, asearme, cada día me ayuda a limpiar algo de la casa, y salimos a pasear".
"La verdad es que no se qué haría sin ella", asegura Antonia. Susana por su parte confiesa que a lo largo de todo este tiempo, "se ha convertido en parte de mi vida". "Paso muchas horas con ella, y con otros usuarios a los que ayudo a lo largo del día, y esto hace inevitable el cariño y la implicación en todas sus cosas para que ellos estén bien". Este es el objetivo del servicio.
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