Apenas diez puestos mantienen la Plaza abierta por las tardes

No llega a reverberar silencio las paredes del Mercado Central, pero el ajetreo de por las mañanas nada tiene que ver con el panorama que la Plaza presenta por las tardes. Una vez que la campaña navideña finalizó y a la espera de que esos clientes de horario vespertino regresaran pasada la cuesta de enero, lo cierto es que poco movimiento respira este comercio minorista, donde apenas permanecen abiertos diez puestos desde las cinco hasta las ocho y media de la tarde.

Pasillos prácticamente vacíos con algunos clientes que pueden encontrar, eso sí, puestos de diferentes tipologías con vendedores deseosos de despachar frutas y verduras, carnes, panes y dulces, o productos delicatesen. De los cerca de 30 puestos que el 30 noviembre optaron por sumarse al esperado empujón de la apertura del Mercado por las tardes, solo continúan con esta decisión de modernizar las ventas a los nuevos estilos de vida en esa búsqueda de clientela renovada, ocho, a los que, días de la semana sueltos, se unen otros dos.

Los que en su momento no apostaron por la apertura de las tardes -entre ellos, todo el sector al completo del pescado-, siguen sin hacerlo, pese al compromiso del alcalde de rebajar la tasa municipal un 50% a aquellos que sí aceptaran y pese a las múltiples iniciativas de animación como las sesiones de cocina. Estas continúan aunque, evidentemente, pasadas las fiestas, su número se ha visto reducido.

"Yo abrí el primer día, pero ninguno más", comenta uno de los vendedores que, de nuevo, esgrime los argumentos de la complejidad de compaginar el nuevo horario con las circunstancias personales -son casi en su totalidad negocios familiares- y una caja que no puede estirarse más para la contratación de personal.

Otros, sin embargo, se mantienen al pie del cañón, como quien dice. No son las ventas ansiadas, pero se muestran conformes y entienden que es una cuestión que requiere de cierta paciencia en aras de la fidelización de la nueva clientela ante una tipología de un consumidor de horario de mañana envejecido. "Hemos conseguido estas Navidades nuevos clientes, y los hay que siguen viniendo. Algunos hasta de otros barrios, como El Zapillo, o de municipios cercanos, como Aguadulce", pone por ejemplo el vendedor de uno de los puestos de frutas y verduras que se mantiene abierto por las tardes, después de haber "podido organizarme con mi mujer", explica.

Lo que echan en falta, no obstante, es un mayor respaldo municipal, con el lanzamiento de nuevas actividades que atraigan al público. El Ayuntamiento sigue manteniendo citas como la del pasado jueves, cuando los cocineros encendían fogones para enseñar a los visitantes -pocos en su número- esas recetas sanas con esos productos de primera calidad que pueden comprarse en la Plaza. O un mostrador donde entretenerse viendo libros que pueden llevarse y dejarse en cualquier otro sitio para otro curioso lector. "Necesitamos actividades como conciertos. Cuando los ha habido, el Mercado ha vivido", sugieren.