La tele más real: la de los 9 minutos del discurso de Felipe VI
La Casa de Correos (y V)
Crónicas desde la ciudad
El antiguo edificio de Correos lo proyectó Cuartara Cassinello en 1894. El actual, del arquitecto Manuel Valdés Gámir, lo inauguraron los entonces príncipe Dº Juan Carlos y Dª Sofía en mayo de 1970
CON la crónica de hoy finalizo las cinco dedicadas a la presencia en Almería del servicio estatal de Correos: desde finales del siglo XV en que los ínclitos Reyes Católicos nombraron al mercader Hernando de Ávila "contratista mayor de Postas". Ante la dilatada trayectoria de la empresa pública, otra opción habría sido abordarlo en una monografía en la que hubiesen cabido el mayor número posible de citas biblio-hemerográficas. Y una mínima semblanza de sus más significados funcionarios, hombres y mujeres (inexistentes las mujeres en sus primeras etapas). En cualquier caso, abierta queda la línea de investigación para estudiosos de las comunicaciones. Aviso a los navegantes: confío en que sin la obligada referencia al autor y medio escrito, este trabajo no sea "fusilado" con desfachatez e impunidad tal y como ocurrió el sábado anterior, en un periódico local, con otro mío -"Casa-palacio de los Jover"- en Diario de Almería el 2 y 3 de enero del pasado año. Para mayor sonrojo de la por otra parte responsable de las visitas guiadas municipales, se equivoca hasta plagiando.
Lo adelantaba en el primer capítulo: en aplicación de la normativa urbanística vigente hoy no habrían permitido la demolición del emblemático edificio (1894) del arquitecto Trinidad Cuartara. El construido para Colegio de Jesús por encargo del sacerdote José Mª Navarro Daráx -posterior redacción y talleres del diario La Independencia, Diputación Provincial y Correos- reunía suficientes méritos arquitectónicos para ser considerado Bien de Interés Cultural.
Sin entrar en consideraciones técnicas que no dominamos y teniendo en cuenta que los conceptos de belleza y fealdad se relativizan según el espectador que contemple el objeto en cuestión, la mayoría de ciudadanos que lo conocieron coinciden en señalar que su derribo constituyó una agresión gratuita e irreversible al patrimonio cultural, al paisaje y a la memoria sentimental de los almerienses: ¿quién no recuerda el león de bronce de la esquina de Dr. Gómez Ulla en el que introducíamos las cartas?, ¿quién de niño no consumió tardes enteras en dar vueltas en su puerta central giratoria hasta que el conserje nos echaba con cajas destempladas? En esta ocasión el responsable -Dirección General de Correos- no sólo corrió con los gastos de las excavadoras en 1967 sino que invirtió un dineral en el inmueble bastante menos armónico, clásico y elegante que el precedente. Hay quien piensa y no sin razón (¿verdad Dionisio Godoy?) que en el hipotético caso de construir uno nuevo debería rescatarse la fachada principal de antaño.
CAMBIO DE USO
En la primera década del siglo XX cesó en su actividad docente como Colegio. Tras un intento de traslado de la Escuela de Artes y Oficios desde la plaza del Carmen, en su planta baja se instaló la Presidencia y Secretaría de Diputación hasta que en 1915 fue invitada a marcharse por impago de determinadas cantidades. Seguimos ahora a la prensa capitalina. Vía gobernador Civil, en enero de 1909 Correos devuelve las ofertas de venta presentadas por cuatro propietarios de otras tantas posibles dependencias: Adolfo Viciana, Ramón Orozco, José Rodríguez Ramón y el propio Navarro Daráx (en agosto fue nombrado deán de la catedral de Valencia). En febrero la Junta creada ex profeso vuelve a rechazar otros diez ofrecimientos al tiempo que continúa atendiendo al público en la misma calle Conde Ofalia.
En esta tesitura nos encontramos hasta el día de Reyes de 1917 en que La Crónica Meridional inserta una gacetilla: "Como indicábamos días pasados ya ha llegado a Almería el arquitecto de la Dirección de Comunicaciones, señor Caballo, con objeto de visitar el edificio adquirido por el Estado con destino a casa para Correos y Telégrafos". A la inspección del inmueble le acompañó el arquitecto de Hacienda y el representante del la propiedad, Sr. Bueso, quienes con ligeros retoques dieron su visto bueno. Formalizada la escritura de compra-venta, en abril comenzaron las obras y el 20 de septiembre del siguiente año se instaló las oficinas de Telégrafos, frente al Paseo del Príncipe: "Las de Correos no se sabe cuando realizarán también su traslado al mismo edificio", aunque fue en el mismo año.
HASTA AHORA
Necesariamente debemos dar "saltos" cronológicos en el relato. El primero -dado lo trágico de la fecha- al 21 de julio de 1936. Ese día el Batallón de Ametralladoras acuartelado en La Misericordia se alzó en armas contra la República con la ayuda de carabineros y algunos paisanos. Lo resume Rafael Quirosa en "Política y Guerra Civil en Almería: "El capitán Navarro Chacón y sus hombres, tras tomar Radio Almería, continuaron su avance y ocuparon el edificio de Correos y Telégrafos. La resistencia ofrecida por los guardias de Asalto allí destacados fue completamente nula…".
El siguiente paso nos lleva a enero de 1966 y al acuerdo adoptado por el Ayuntamiento de trasladar la Central de distribución a la Estación de Autobuses -dejando una estafeta urbana en la glorieta de San Pedro- como paso previo a su derribo. La suerte estaba echada. El 19 de marzo del 67 el entonces único periódico local informaba de que pretendían construirlo en dos años: "El arquitecto, don Manuel Valdés Gámir (fallecido en Madrid en 2002), hombre joven y de grandes entusiasmos profesionales, ha concebido una obra que hermosee la plaza donde quedarán montados los servicios (…) Y, teniendo en cuenta la prestancia arquitectónica que desde comienzos del siglo proporcionó a este céntrico lugar el antiguo Colegio de Jesús… lo que pueda perder en orden a su actual tipismo lo ganará el nuevo edificio en la suntuosidad y modernidad que corresponde al rango que está adquiriendo Almería en su desenvolvimiento comercial y turístico… ". ¡Y un jamón con chorreras! El mamotreto se levantó con todas las bendiciones, siendo inaugurado el 12 de mayo de 1970 -a la par que el puente de la Rambla con Gregorio Marañón, Hogar "José Antonio" de Auxilio Social, Delegación de Educación y Ciencia (Cortijo Fischer) y Colegio Especial "Princesa Sofía"- por los entonces príncipes Dº Juan Carlos y Dª Sofía.
Dos últimos apuntes y concluyo. En la actual plaza Juan Cassinello -con el esquemático monolito al Educador de Martín Lao-, desde el "bienio de Derechas" de la II República lucía el kiosco de la Música (éste sí diseñado por Guillermo Langle Rubio); con unos urinarios públicos en su sótano y almacén para guardar material de la Banda Municipal. El recordado buzón, a modo de león mitológico, fue donado en 1917 por la Escuela de Artes de la que José Rocafull era su director. Modelado por el alumno de Composición Decorativa y Escultura, Rafael Plaza Madollel, y fundido en bronce por el del Taller de Metales, Manuel Muñoz Garbín, este lo dirigían los maestros Pérez Rull y García Bretones. Estaba previsto exhibirlo en una futura Biblioteca Postal, pero de aquí voló y ahora échenle ustedes un galgo. En mi casa, de alquiler, desde luego no está. Salud y suerte.
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