Fuerzas y Cuerpos de Seguridad

Culturismo de élite en la Guardia Civil

  • Jennifer Fernández, campeona de la Copa Nacional de España Bikini Fitness Senior +169

  • Compatibiliza este deporte con su labor en el puesto de Roquetas de Mar

Jennifer Fernández, campeona de la Copa Nacional de España Bikini Fitness Senior +169 l Compatibiliza este deporte con su labor en el puesto de Roquetas de Mar

Jennifer Fernández, campeona de la Copa Nacional de España Bikini Fitness Senior +169 l Compatibiliza este deporte con su labor en el puesto de Roquetas de Mar

La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla en el Castillo de Santa Ana de Roquetas. La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla en el Castillo de Santa Ana de Roquetas.

La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla en el Castillo de Santa Ana de Roquetas. / Jennifer Fernández (Almería)

Jennifer Fernández suma una gran pasión por la Guardia Civil y un amor decidido por el deporte. Ingresó en el benemérito cuerpo en 2006, en septiembre hará ya trece años, y antes incluso de ese momento ya sabía de la importancia de mantenerse en forma. Baloncesto, hockey hierba... son sólo algunas de las disciplinas deportivas que ha practicado a lo largo de su vida. Sin embargo, su traslado a Almería fue decisivo para que se introdujese en el mundo del culturismo y llegar a ser una deportista de élite, alzándose el pasado 16 de junio campeona de la Copa Nacional de España Bikini Fitness Senior +169.

En la Copa Nacional de España FEFF 2019 celebrada en la localidada madrileña de Alcalá de Henares, “compiten varias categorías, entre ellas el Bikini Fitness”, explica a Diario de Almería la guardia civil. “El viernes se comienza con los pesajes y el domingo es la competición en sí. El domingo me proclamé campeona de mi categoría, la de más de 169 centímetros. No me lo esperaba para nada. Hacía cuatro años que no me presentaba a ese campeonato y la primera vez que lo hice ni me clasifiqué. Tenía malos recuerdos y cuando quedé campeona, no me lo creía, estoy muy contenta”, relata.

Para llegar a este punto, han sido necesarios once duros meses de preparación. Todo ello sin contar con el entrenamiento que ya de por sí hace la agente de forma habitual. “Mi objetivo era la preselección para el Europeo pero la línea que presenté no era la que buscaba el seleccionador de España. No tuve la oportunidad de representar a nuestro país y dije de plantarme pero luego empecé a calentar y dije de ir a la Copa y cerrar la temporada”, apunta.

"A este cuartel, el que viene, sabe que viene a trabajar, hay muchísimo trabajo en Roquetas”

Jennifer asegura que siempre acude con “mentalidad ganadora”pero que en este caso sólo pensaba en “disfrutar”del momento. “Venía de la preselección y sólo quería pasármelo bien tras pasar mucha hambre y penuria. Creo que una de las claves para ganar es que me vieron disfrutando. La Copa iba a ser un poco un antes y un después porque quiero para y descansar, no dejar la dieta y los entrenamientos pero sí de competir. Disfrutar es lo que me hizo ganar”, insiste la agente.

La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla. La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla.

La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla. / Jennifer Fernández (Almería)

No es para menos porque ponerse a punto para una competición de este nivel no es fácil y requiere de sacrificios físicos y alimenticios. “El hambre es esencial”, afirma Jennifer, quien durante estos meses ha tenido que pasar por una fase “vulgamente llamada de volumen”en la que se aumenta la ingesta de carbohidratos para ganar masa muscular. “Esa es la etapa bonita, comes, te entrenas fuerte y te sientes bien. Cuando se acerca la competición comes menos. Subes un poco las grasas pero comes menos. Un mes y medio antes de competir se acaba eso de tener una comida libre, sólo lo que incluye una dieta que es muy estricta. Cuatro semanas sin hidratos, con mucha verdura y ensalada. Ycuando llegas a la recta final es cuando se suele hacer una ‘puesta a punto’, se juega con el agua y la comida para conseguir la tonalidad que se ve en los campeonatos, con la piel pegada al músculo”, aclara.

Todo esto mientras desarrolla su trabajo velando por la seguridad de todos los roqueteros. Algo que requiere de mucha entrega. “En la Guardia Civil se trabaja por turnos, tienes mañanas, tardes y noches. En Roquetas además tenemos dos dobletes. Te levantas por la mañana cada día para preparar los táperes y cada tres horas tienes que comer, estés dónde estés. Lógicamente si hay alguna incidencia, no comes, por lo que trato siempre de llevar alguna barrita encima”, cuenta Jennifer a este periódico.

"Como el culturismo no es un deporte olímpico, no se le da la importancia que debería”

Para ella, lo peor son las noches. “Cuando trabajas mañana y noche, son 16 horas y el cuerpo lo nota. En este nivel de competición el estrés se nota muchísimo y es difícil. Para poder ir a la Copa tuve que pedir unos días de asuntos particulares porque tenía dos noches seguidas”, confiesa la guardia, quien a pesar de todo mantiene que es fácil compatibilizar su labor y el deporte porque ambos “requieren de mucha disciplina, tienes que cumplir tanto en uno como en el otro”.

Como ya se ha apuntado, su traslado a la provincia almeriense fue decisivo para que el Bikini Fitness llegara a su vida. “En Almería hay muchísima devoción por el culto al cuerpo. Hay mucha afición al culturismo, tenemos atletas buenísimos. Al principio, me apunté en un gimnasio sin intención de competir pero un preparador me animó. Me dijo que probáramos y tras probar ya llevo cinco años”, dice entre risas. Admite en este sentido que no esperaba “para nada”dedicarse a este deporte. “Entré en el cuerpo cuando tenía 19 años, no había salido nunca de casa. Como cualquier joven salía de fiesta y siempre he hecho mucho deporte pero nunca a un nivel tan extremo. Al principio pensaba sobre el culturismo como muchas mujeres, que no quería pesas ni ponerme como un hombre. Hasta que no entras, no te das cuenta de que no es verdad, que no te masculinizas, sino al contrario”, revela.

El recorrido vital por el Instituto Armado de la guardia es igual de apasionante que su faceta deportiva. Ha dado “muchísimas”vueltas desde sus inicios como eventual en la localidad granadina de Huéscar, pasando unos “años maravillosos” por el aeropuerto de Barajas en el grupo EVA, pasando por Vera, de Vera de nuevo a Madrid, otra vez a Vera, por la USECIC de Almería, otra vez por Vera y luego a Granada en la Policía Judicial haciendo un “trabajo superbonito”. Pero como “echaba de menos Almería, pidió el traslado y recaló finalmente en Roquetas de mar.

Defiende que a este cuartel “el que viene, sabe que viene a trabajar, hay muchísimo trabajo. Es un puesto importante en la provincia”. También bromea entre risas contando cómo sus compañeros le han “dado caña”. “Es normal, la gente no está acostumbrada a ver a una persona que saca un táper cada tres horas con merluza o pollo. A las tres de la mañana no es normal. Al principio te dan un poco de caña pero han aguantado mucho, porque que a las tres de la mañana abras el táper con merluza en el coche... Se han portado muy bien”, añade todavía entre risas.

Aspira a representar a España en el Europeo:“Aparte de guardia, me siento muy española”

Ahora su plan es continuar entrenando para buscar el físico que le “gusta”sin centrarse en las competiciones, algo que, piensa, también repercute en su capacidad como agente en un municipio que cada vez tiene más población. “Es bueno estar en forma para atender cualquier actuación”. Se confiesa “cabezona”y apunta que algún día le gustaría representar a España en el Europeo porque “aparte de guardia civil, me siento muy española. Si algún día lo consiguo, sería un sueño cumplido”.

La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla en el Castillo de Santa Ana de Roquetas. La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla en el Castillo de Santa Ana de Roquetas.

La guardia civil Jennifer Fernández muestra orgullosa su medalla en el Castillo de Santa Ana de Roquetas.

Lamenta, eso sí, el poco apoyo público que existe a aquellos que practican disciplinas como la suya. “Como el culturismo tampoco es un deporte olímpico, no se le da la importancia que debéria. En Estados Unidos uno vive de este deporte. En España no, te tienes que buscar mucho la vida”. En este sentido, subraya el respaldo de la marca ‘Propharma Nutrition’ de La Cañada, cuyo responsable, Carlos Román, es el delegado provincial en Almería de Fisioculturismo y Fitness, por su ayuda en este “deporte bastante caro”en los gastos que tiene derivados. “Ese es otro de los motivos por los que quiero descansar un poquito. Es un deporte muy caro. Competir internacionalmente, algo que quiero hacer ahora que he ganado la competición máxima de España, supone pagar vuelos, estancias, comidas... Un bikini puede costar entre 450 y 500 euros. Y los premios no son económicos, son trofeos y normalmente te dan poquito dinero, si es que lo dan alguna vez”, concluye Jennifer.

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