Un jurado popular ha declarado este martes culpables a uno de los tres hombres enjuiciados en la Audiencia de Almería por matar a un cuarto, al que antes retuvo y torturó para que confesase dónde estaba un dinero que pensaba que había sustraído, y ha declarado culpable a otro de ellos por encubrirlo.

El tercero de los procesados, representado por la abogada Mónica Moya, ha sido declarado no culpable de estos cargos, tras la celebración de la vista oral por este caso, por el que se han enfrentado a peticiones provisionales de la Fiscalía de 27 años de cárcel para cada uno de ellos, por delitos de asesinato y detención ilegal.

Los hechos, de acuerdo al relato de la acusación pública, tuvieron lugar a principios de diciembre de 2019 en El Ejido.

Sobre el principal acusado, M.R., el jurado ha declarado probado por mayoría de siete votos que quitó la vida a la víctima sin que ésta pudiese defenderse al "maniatarlo con bridas, agrediéndolo reiteradamente" y "provocándole con ello un gran y prolongado sufrimiento", toda vez que aceptó que así podía "producirle la muerte".

Han atendido para ello a la declaración del propio acusado y a la de una testigo protegida, que afirmó haber visto una caja con dinero en la casa de M.R., así como que el fallecido había sustraído de ella 20.000 euros.

Los investigadores, de hecho, localizaron una caja de zapatos que coincidía con la descrita por dicha testigo, quien además relató cómo el acusado la llamó para que le dijese a la víctima que se arreglara para salir con él.

El acusado Y.F. añadió además que vio a M.R. y a la víctima en un cortijo de Pampanico, El Ejido, el 4 de diciembre de 2019.

Sobre la muerte, destacan que el informe de la autopsia determinó que se trataba de una de tipo "violento" y homicida", así como que la causa fundamental fue un politraumatismo con predominio del cráneo encefálico, y que las heridas por arma blanca aumentaron el "sufrimiento físico" del finado.

Respecto al acusado J.S., los jurados lo han declarado no culpable de la muerte de la víctima por mayoría de seis votos, y aseguran que su relación con M.R. obedece a cuestiones "totalmente ajenas" al homicidio, y que las llamadas que se intercambiaron también se debieron a estas "cuestiones ajenas".

Sobre el ADN de J.S. en la navaja presuntamente usada contra la víctima, creen que la cogió "por accidente", y recuerdan que este arma revela una mezcla de al menos tres perfiles genéticos, aunque no se detectaron restos de sangre humana.

Además subrayan que el 3 de diciembre se encontraba en un cumpleaños, tal y como declararon diferentes testigos y muestran diferentes fotografías, y apostillan que al día siguiente llamó a M.R. por otras actividades.

Y.F. ha sido únicamente declarado culpable de un delito de encubrimiento, que él mismo reconoció durante la vista oral, además de admitir que así entorpeció la investigación de los hechos delictivos.

Tras esto, el fiscal Manuel Hermoso ha elevado a definitivas sus conclusiones, mientras que la defensa del principal acusado ha dejado al criterio de la magistrada Soledad Balaguer, aunque ha pedido que se tenga en cuenta que hasta ahora no había cometido ningún delito, además de anunciar un recurso a la futura sentencia.

La juez ha ordenado que esta misma tarde sea puesto en libertad el acusado J.S., que abandonará el centro penitenciario en el que permanecía preso.