Delincuencia artesanal

Delincuencia artesanal

27 de mayo 2013 - 01:00

LA invasión de delincuencia internacional por la que viene atravesando el país ha relegando definitivamente a un segundo plano a la delincuencia española que se ha visto reducida a grupos un tanto inexpertos que se han convertido en meros colaboradores de las grandes redes y en otros casos, en delincuentes solitarios en su mayoría adictos a la droga, poco imaginativos, sin unos determinados "registros" y en los que solo prevalece la violencia para conseguir sus objetivos.

Por ejemplo en materia de narcotráfico, los españoles se han visto absorbidos por los marroquíes. Igual ha ocurrido en el tema de la prostitución donde rumanos y rusos son los líderes. Los robos son cosa ya de los delincuentes de los países del Este, así como los atracos o las mafias dedicadas al robo por butrón, "alucineros" "murcigleros" secuestros y extorsión. De Iberoamérica se han exportado diversos "registros", los peruanos y sus robos en autopistas- ya mas controlados- el timo de la "mancha" que sigue teniendo una fuerte incidencia junto a los "cogoteros" importados de Chile. La cocaína viene siendo cosa de los delincuentes colombianos. El hachís se lo repartes entre españoles y marroquíes, aunque estos últimos son los que hora llevan la batuta. La heroína sigue teniendo una fuerte implantación en algunas capas de la etnia gitana. En definitiva toda la delincuencia tiene desde hace mas de una década nuevas y variadas perspectivas.

En Almería, esta línea es la misma protagonista. Atrás quedaron los años cincuenta y sesenta cuando la delincuencia en la capital tenia una escuálida nomina entre los veinte y treinta rateros perfectamente controlados. Delincuentes de poca monta y que en su mayoría a la vez eran confidentes de la Policía. Estaban muy al tanto de todo aquello que se moviera por la capital y si por "la plaza" había aparecido "competencia" de otras provincias. De inmediato canuteaban en Comisaría. No había tanta disgregación. Se sabia que en los aledaños de la plaza Vieja y en el conocido barrio de Las Perchas se movía todo ese tipo de delincuencia, ladrones ocasiónales en viviendas, "la tanganica", alguna que otra paliza, asalto a un a tienda cuyos casos se resolvían casi siempre en el mismo día. Solo hacia falta que Don Antonio Hita- quizás el mejor policía nacido en nuestra tierra, les diese un "toquecillo" de atención y zas…Por arte de magia aparecía "el consumado", el botín del robo. Y aquí paz y después gloria. Las muertes violentas, homicidios o asesinatos no pasaban de más dos casos al año, a veces tres, en toda la provincia.

Quizás sea el momento de detenernos en el tiempo y de alguna manera evocar los nostálgicos recuerdos de aquellos delincuentes de los años cincuenta o sesenta, auténticos "especialistas" en birlarnos las carteras en el autobús o en los toros y tras llevarse las cuatro perras, nos la devolvían en los buzones de las casas o las remitían por correo a la dirección de la victima respetando escrupulosamente cualquier documento o DNI.

La delincuencia artesanal es la crónica de una muerte anunciada. En los años setenta y ochenta fundamentalmente los delincuentes establecieron un código de seguridad basado en la propia comunicación entre ellos. Nació "el caliente". Una mezcla entre el argot carcelario, el cheli y el caló que se mantuvo durante veinte años y que hoy ya no se practica en el "gremio" de la delincuencia. La jerga que utilizaban los chorizos, timadores y delincuentes de cualquier tipo en esos años se ha visto reducido a un corto vocabulario que solo en las cárceles tiene vigencia y desconocido para las nuevas generaciones de "mangutas".

Un gran profesional en materia de sucesos, el incomparable Enrique Rubio llevó a la radio sus comentarios en "caliente" utilizando el argot de los delincuentes con la sana intención de que fuese conocido como medida de defensa para los ciudadanos, por que si bien es un arma defensiva para ellos y los protege, a su vez les denuncia y les delata. En aquellos años un policía que "chamullase" y "chanelase" bien el argot era más respetado que el resto de sus compañeros por los propios delincuentes. Si era un buen dominador del "idioma" incluso interrogaban así a los detenidos.

DICCIONARIO DE MANGANTES

Aguaor: Delincuente encargado de controlar la presencia de la Policía o Guardia Civil y avisar a los compinches con el grito de "Agua".

Bragao: Delincuente o agente de Policía conceptuado como una persona valiente y que no se amilana fácilmente.

Bola: Dar bola. Darle la libertad al delincuente

Boquera: Funcionario de prisiones. También "boqui" o "boquera del saco"

Bolsilleros: Delincuentes que roban carteras y monederos utilizando las manos para sacarlos de los bolsillos.

Bujarrón: Maleante de homosexuales.

Butroneros: Delincuentes que cometen robos en domicilios, comercios, locales haciendo un agujero en la puerta, pared o en el techo. A esta ultima modalidad se les llama "rififís"

Camello: Traficante de estupefacientes a pequeño escala o al "menudeo".

Cogoteros: Especialidad delictiva procedente de Sudamérica. Son aquellos que mediante violencia física y por el método del tirón atacan por la espalda a sus victima.

Compinche: Compañero de fatigas de un delincuente. También se les llama "tapias" o "consortes"

Consumao: Botín producto del robo

Currar: Pegar. Darle una paliza a alguien. Otra variedad es "curripen"

Chabolos: Celdas de la prisión.

Chaperos: Jóvenes que se prostituyen a los hombre por dinero.

Chata: Escopeta de caza a la que se le han cortado los cañones. Conocida también como la recortada.

Chorizo: Delincuente de poca monta. También se les llama "mangutas" o "mangurrinos".

Chotas; Sujetos considerados en el gremio delictivo como confidentes o informadores de la Policía. También se les llama "soplones", "membrillos" o "mamonas".

Descuideros: Maleantes habituales en aeropuertos, estaciones de bus o ferrocarril que al descuido roban maletas, bolsos, etc

Encalomarse: Esconderse en un sitio seguro después de cometer un delito.

Espadistas: Ladrón de viviendas o comercios que utiliza para robar llaves falsas o ganzúas.

Estupas: Policías o agentes de la Guardia Civil de paisano dedicados a combatir el narcotráfico.

Fusca: Arma corta de fuego. Al revolver se le llama "fusco". También usan la palabra "hierro" y "pipa"

Gateras: Prostitutas que en unión de un cómplice o una cómplice desvalijan a su cliente ocasional mientras realizan el acto sexual.

Grillos: Así se le conoce en el argot caliente a las esposas o grilletes.

Hacerse un boquete: Es el robo que le hacen los drogadictos a los propios camellos que los abastecen.

Julay: Individuo fácil de engañar o robar. También se les llama "primo", "lila" o "pringao".

Lumi: Nombre genérico dado a las prostitutas.

Luneros: Delincuentes dedicados al robo de comercios rompiendo las lunas de los escaparates con un objeto contundente, también se les llama escaparatistas.. Si utilizan un vehículo se les llaman alunizeros

Marrón: Causa judicial. Cumplir condena por un delito.

Mecheras: Mujeres especializadas en cometer hurtos en establecimientos, Suelen actuar en grupo y una o dos de ellas son las encargadas de entretener a los dependientes.

Mojada: También "mojá". Dar un pinchazo o puñalada a alguien

Muleros: Individuos que arriesgan su vida para ganar dinero rápido con el narcotráfico transportando bolsas de cocaína dentro del intestino.

Palo: Especialidad delictiva. También se conoce como "registro".

Palquista: Ladrón sumamente hábil en escalar fachadas para entrar en las casas a través de ventanas o balcones.

Pampa: Lista de lotería amañada y que se utiliza en el timo del "toco mocho"

Papela: Nombre aplicado al Documento Nacional de Identidad.

Pasma: Policía. Además "pestañí", "madero", "chapas"

Pastillero: Delincuente que comete sus fechorías drogado con anfetaminas, hipnóticos o cualquier otro tipo de pastillas.

Pendolista: Falsificador hábil en el proceso de manipulación y falsificación de documentos

Peras: Receptadores de objetos procedentes de robo. Los peristas se dedican a comprar lo que roban los delincuentes y luego le dan salida en el mercado clandestino.

Pico o Picoleto: Cualquier agente de la Guardia Civil.

Pincho: Navaja o instrumento punzante fabricado por los presos. Consiguen hacerlo hasta con jabón.

Piqueros(as): Hombres y mujeres perfectamente adiestrados para sustraer carteras con los dedos sin que la victima pueda apreciar su acción.

Queo: Una de las primeras palabras que se aprenden en el argot. Dar el queo. Avisar, advertir de la presencia de la Policía o Guardia Civil

Ruina: Una desgracia. Pena de prisión

Santeros: Individuos que ejercen labores de información facilitando datos a los delincuentes para robar.

Sañeros: Esta denominación la reciben solo los carteristas muy habilidosos y reputados en el gremio delincuencial.

Sirleros: Delincuentes que en el robo con violencia e intimidación utilizan cualquier tipo de armas blancas, objetos punzantes e incluso jeringuillas hipodérmicas.

Tangar: Una de las palabras mas utilizadas en el argot del "caliente". Significa timar, engañar, estafar.

Talego: Prisión, cárcel. Se le llama también estaribel, trullo, saco ,trena, hotel.

Tironeros: Delincuentes que provocan robos por el método del tirón bien a pie o en vehículo preferentemente motocicletas

Toperos: Ladrones especializados en el robo en viviendas rompiendo las puertas utilizando una palanqueta e incluso un gato hidráulico.

Vagineras y Culeras: Mujeres que utilizan la vagina o el ano para pasar droga que alojan en estas partes del cuerpo dentro de un preservativo.

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