Eliminar la cuota: un "decretazo sin forma, ni estilo ni contenido"
La supresión del pago a las Cámaras devalúa su estructura y el desarrollo de las pymes
La decisión del Gobierno central de eliminar la cuota obligatoria permanente que pagan las empresas a las Cámaras de Comercio ha sentado como un jarro de agua fría a estas instituciones, que ven el mayor perjuicio para las 500.000 pequeñas y medianas firmas que utilizan sus servicios para crecer. "Esta medida priva a las pymes del principal recurso que tenían que es el acceso a la internacionalización, por una tarifa plana, en la mayoría de los casos inferior a los 60 euros", afirma el presidente de la Cámara de Almería y de la Comisión de Regulación Administrativa y Empresa de las Cámaras de Comercio, Diego Martínez Cano.
Para el responsable cameral: "Ha sido un decreto al que le ha faltado la forma, el estilo y el contenido. La forma porque no se puede hacer sin diálogo con las partes, el estilo porque no se ha admitido que fuese tramitado como una ley, donde hay posibilidades de cualquier modificación, y en el contenido porque es claramente perjudicial para la pyme española".
Muchas son las interrogantes que se dibujan ahora sobre el panorama de las Cámaras, "si ahora la cuota cameral no es obligatoria, a lo mejor no tiene sentido que esto sea una corporación de derecho público, puesto que no tiene recursos públicos"; por otro lado insiste en la premura con la que se ha adoptado la medida "política y sin reflexionar", sin dejar margen para adaptarse, ya la normativa entra en vigor el 1 de enero, "no nos han dejado ni un mes para reestructurarnos".
Martínez Cano considera que el sistema redistributivo que se estaba llevando a cabo, por el cual las grandes empresas contribuyen a la internacionalización y mejora de la competitividad de las pymes, "no puede cercenarse con un decretazo. Es un ataque a una institución garante de los derechos de la sociedad civil española".
En cuanto a la desaparición de algunas Cámaras, Martínez Cano apunta que aquellas en que sus recursos estén muy sujetos al recurso cameral permanente, es posible que desaparezcan. Otra consecuencia de la normativa será el despido de profesionales de estas instituciones, debido a que se perderá entre el 40% y el 80% de los ingresos. En la Cámara de Comercio de Almería trabajan actualmente 42 empleados, según su presidente en estos momentos el impacto de la medida, pero confía en vías laborales a través de los programas internacionales o el Palacio de Congresos.
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