Il Brigantino ha arriado el ancla y ha tomado rumbo hacia una nueva travesía gastronómica, eso sí marcada por el sabor de Italia. En concreto, este restaurante italiano abrió sus puertas a una nueva temporada el pasado 27 de febrero. Este 2015 se cumplen 30 años desde que este rincón gastronómico dedicado a saborear los mejores platos de la cocina italiana iniciara su andadura en San José. Este establecimiento, situado en la calle Correos, está capitaneado desde 1.999 por el italiano Carlo Quaglietti, al que acompaña en el puente de mando María Ridao Belmonte. El resto de la tripulación -ahora en temporada baja- la conforman otras cuatro personas. En alta, la plantilla puede alcanzar 15.

La apertura de temporada llega con novedades en la carta. "Como todos los años hemos introducido algún plato nuevo, por ejemplo, se ha añadido unos gnocchis caseros con crema de parmesano, azafrán y espinacas frescas y tallarines caseros a la carbonara con trufa negra -importada de Italia- y parmesano", ha informado Carlo Quaglietti.

"Desde hace unos años -ha añadido- una de las máximas de nuestra cocina ha sido aumentar la producción de platos caseros y artesanales en los que se emplean materias primas de calidad, evitando emplear productos envasados". En el área de sugerencias de la carta todos los platos se confeccionan con pastas hechas en este establecimiento.

La oferta gastronómica se seguirá completando con entrantes y ensaladas, una amplia selección de pizzas y calzones, propuestas a las que se añade una sugerente selección de platos vegetarianos, que "incorporamos a la carta hace tres años", matiza.

El restaurante Il Brigantino es un restaurante con una decoración cuidada y peculiar, en la que priman los detalles marineros y sus paredes exhiben exposiciones que cambian cada cierto tiempo pertenecientes a Damián Lago, Jordi Bulí y la fotógrafa Felisa Sánchez Callejón.

En el interior de este espacio dedicado a la cocina tradicional italiana -pero con grandes dosis de innovación- no se ha dejado nada al azar y, por ello, en el centro de la sala se cuenta con horno de leña del que salen sus pizzas artesanas. "Tener el horno a la vista del público además de que da un toque muy visual a nuestro establecimiento, llama la atención de los clientes a los da confianza, porque les permite ver como se trabaja", ha aclarado Quaglietti.

El capitán de Il Brigantino desde sus inicios ha trabajado trabaja bajo la filosofía de crecer y mejor. En este sentido, ha declarado: "Los locales son como las personas. Si tú le das algo al local, ya sea a través de la carta, del servicio que ofrecen los camareros y de otros muchos detalles, la gente percibe que tras el negocio hay personas que trabajan y luchan para que el proyecto salga adelante".

Es más, "para mí siempre ha sido muy importante que haya buen ambiente entre los trabajadores, que se sientan a gusto con el trabajo, ya que creo que es esencial que haya armonía para que todo fluya mejor, y los clientes sin duda agradecen disfrutar de un tiempo de ocio en un ambiente ameno".