Jesús Peregrín, hombre de Dios

Hablar de don Jesús Peregín, es muy fácil y difícil a la vez.

Es fácil porque es un hombre sencillo, cercano, bueno y con muchos valores. Esto precisamente, hace difícil hablar de esta persona, más bien personaje, porque siempre te quedas corto definiendo sus cualidades, su buen hacer y trabajo silencioso y eficaz.

A lo largo de su vida, a parte de ser un sacerdote ejemplar, se ha dedicado a hacer el bien ayudando siempre a los más necesitados de cuerpo y de espíritu. Su trabajo ha ido acompañado de la oración, haciendo de esta su espada, su lema y su bandera.

En el año 1985, lo nombraron Delegado de Misiones, cargo que ha desempeñado entregándose a él en cuerpo y alma ayudando al tercer mundo y viajando personalmente a esas tierras de Dios a visitar a aquellas personas tan desfavorecidas. Nunca ha ido con las manos vacías, se han hecho obras importantes, tal como un pozo de agua potable para la subsistencia de aquellos seres humanos, que bebían aguas contaminadas recogidas de charcas o donde buenamente podían. También se ha hecho un centro multiuso, iglesia, hospital, colegio, centro social…tienen tan poco, que lo poco es mucho para ellos.

En 1995, fundó el Movimiento, E.C.A.S. (EJERCITO DE CRISTO AMOR SEMBRARÁS) Este Movimiento es muy grande en Almería, se trabaja para el tercer mundo, también se ayuda a las personas necesitadas que tenemos aquí, que las hay, aunque no las veamos, pero están ahí. Se colabora con el banco de alimentos haciendo recogida en diversos establecimientos que dan su autorización para esta acción social.

Todo esto es muy bonito y gratificante, pero estaría falto de sentido si olvidáramos nuestro espíritu, ese riego que nos hace falta para seguir creciendo y dando el fruto que Dios nos pide a cada uno. En esto, también tenemos al incansable capitán del barco, DON JESÚS, siempre al frete de todos los grupos, con frío o con calor, pero allí está él, con toda la humildad, cercanía y sencillez que le caracteriza, apacentando su rebaño sin que se le descarríe ninguna oveja.

En la viña del Señor, cuando la siembra es buena se recibe el ciento por uno y, este es el caso de, Jesús Peregín. Él, está recogiendo la cosecha.

El pasado 25 de julio fue su cumpleaños. Cumplía, nada más ni nada menos, que 95 espléndidos años. Sí, espléndidos digo, porque su estado tanto físico como mental están en perfecto estado. En la celebración-homenaje, que le hicimos los grupos de E.C.A.S. él ofició la santa misa concelebrada con don Ginés García , dirigiéndose a nosotros con una cálida y emotiva homilía. Recibió varios obsequios, pero el más importante y valioso de todos, era nuestro cariño y admiración hacia su persona. Yo le obsequié con este soneto sabiendo lo mucho que esto le agrada.

Pero aquí no queda todo!!! Aún le quedaba la mayor y más bonita de las sorpresas que recibiría en este hermoso cumpleaños.

En su pueblo natal, Pulpí, el día 30 de julio, mismo mes y mismo año, se inaugura el Centro Social “El CONVOY”, que lleva el nombre de nuestro ilustre y querido: JESÚS PEREGRÍN.

El acto estuvo presidido por el Acalde del excelentísimo ayuntamiento de Pulpí y la Diputada de Asuntos Sociales de la excelentísima Diputación de Almería.

Ambos resaltaron la gran labor pastoral y social que a lo largo de su vida ha hecho por donde ha pasado, y que, aún sigue en la brecha trabajando por el Reino de Dios, sin cansancio y erguido como la palmera sin miedo al temporal.

El homenajeado cerró el acto con unas sabias, bonitas y humildes palabra. Como siempre, diciendo no sentirse merecedor de tal reconocimiento y honor.

Nosotros, un gran número de personas pertenecientes a la Fundación que honra con su nombre, nos desplazamos en autobús a dicho lugar, para acompañar a nuestro pastor en un acto tan emotivo e importante en su vida, que la ha dedicado sólo y exclusivamente haciendo el bien a los demás.

Querido don Jesús: no quiero cerrar este artículo, que tan dignamente publica este periódico, Diario de Almería, sin transmitirle el cariño y admiración de todos los que tenemos la suerte y el privilegio de haberlo conocido y tenerlo a nuestro lado, contando con sus oraciones y disfrutando de su sabiduría. Tengo la seguridad, don Jesús, que sus oraciones llegan al PADRE, porque estamos disfrutando de un santo en la tierra.