El fuerte tirón del turismo autocaravanas, caravanas y furgonetas cámper en la provincia en los últimos años, sobre todo desde el inicio de la pandemia del coronavirus, está generando un mayor control por parte de la administración andaluza en espacios protegidos especialmente sensibles como el parque natural Cabo de Gata-Níjar y el correspondiente incremento de los expedientes que sancionan los incumplimientos de los usuarios de las casas sobre ruedas. La Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de la Junta ha avanzado a este periódico que durante 2021 se alcanzó la mayor cifra de denuncias por acampadas y pernoctaciones ilegales en la que califican como “la joya del patrimonio natural de Almería” con un total de 1.278 multas, de las que 755 -un 60% del total- se concentraron en los meses de verano en los que se produce una mayor afluencia de visitantes al litoral.

La delegada territorial de Desarrollo Sostenible, Raquel Espín, ha puesto en valor el dispositivo especial realizado por los agentes de Medio Ambiente en la época estival para evitar los estacionamientos en zonas no habilitadas y contra el vertido de residuos en el parque natural. Para evitar la proliferación de estas prácticas perjudiciales para la imagen y conservación del enclave más singular de la provincia se informó personalmente o mediante notas informativas a los usuarios de las autocaravanas y cámper de la prohibición de estacionamiento entre el ocaso y el orto en los lugares no autorizados consiguiendo que la mayoría abandonasen el lugar antes del anochecer y evitando la interposición de la denuncia.

Ante el aluvión de estas casa móviles se ha venido supervisando que su estacionamiento no produjera situaciones de colapso en las salidas de emergencia, vías y caminos de acceso, explicando las prohibiciones definidas en la legislación autonómica y el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de Cabo de Gata-Níjar y denunciando a los propietarios de los vehículos que no se habían retirado pese al aviso. Aún así, las batidas nocturnas y la vigilancia de comportamientos incívicos como el depósito de vertidos conllevaron la interposición de 1.278 sanciones, la mayoría por pernoctar con vehículos que han sido habilitados como viviendas en zonas restringidas. Las infracciones administrativas contemplan multas de hasta 601 euros en el caso de ser leves y de hasta 60.000 euros para las más graves.

Raquel Espín ha manifestado a Diario de Almería que este dispositivo contó con el visto bueno de vecinos, usuarios y empresarios de la comarca para garantizar el buen uso y disfrute de todo el territorio. Ante el auge que está teniendo el turismo sobre ruedas en los primeros meses del año, con la llegada de cientos de turistas centroeuropeos a las playas del litoral almeriense, desde la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible se hace un llamamiento a la responsabilidad de todas las personas que se dirigen en este tipo de vehículos al parque natural de Cabo de Gata-Níjar, para que respeten la señalización vertical y aparquen únicamente en los lugares que están habilitados.

No todas las multas de los agentes de Medio Ambiente son por las acampadas, hay una proporción inferior relativa a vertidos

El 70% de los sancionados por el incumplimiento de la normativa vigente en el parque natural durante los meses de verano procedían de otros países. Los agentes de Medio Ambiente también se han encargado del cierre de los gálibos colocados en los aparcamientos de Mónsul, Genoveses, La Isleta, Los Escullos y el Playazo establecido como medida “muy eficaz”, según la delegada, para evitar la entrada de autocaravanas durante la noche. El Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del PN Cabo de Gata Níjar prohibe la acampada libre en todo el espacio natural protegido, limitando la pernoctación de estos vehículos a los campings y zonas de autocaravanas.

El presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos del parque natural de Cabo de Gata-Níjar (Asemparna), Francisco García, explica que vienen exigiendo al Ayuntamiento y la Junta que sean más exigentes con el cumplimiento de la regulación en vigor. “No es la imagen que debe dar el parque natural, hay caravanas estacionadas en caminos rurales, senderos y lugares recónditos, zonas estratégicas aisladas y con buena vista, sitios privilegiados que no están habilitados para estos vehículos”, argumenta. En este sentido, el presidente de Asemparna entiende que el caravanista tiene que ir a pernoctar a las zonas habilitadas, al igual que va a la gasolinera cuando tiene que repostar. “Si se le ponen mil inconvenientes y se escandalizan millones de personas porque un señor que tiene un cortijo a un kilómetro y medio de la playa lo rehabilita como hotel de 30 plazas no tiene sentido que luego se permita que en esas playas vivan cientos de autocaravanas”.