Religión

Procesión Magna: con tanto (o más) calor y fervor que en primavera

  • La ciudad estuvo a reventar: se quitó la rojiblanca y dejó la bufanda, para imbuirse del espíritu de la cruz guía y el incienso

  • Una cita que hace historia merece que todos estén a la altura para que la Magna no hubiera echado de menos a ningún paso cofrade

  • Así ha sido la Procesión Magna

Impresionante salida de la Santa Cena, por la estrecha Calle Ricardos.

Impresionante salida de la Santa Cena, por la estrecha Calle Ricardos. / Javier Alonso

Como buen elemento multitudinario que se precie, la Semana Santa de Almería está llena de tradiciones. Y en las últimas fechas, una se ha arraigado en el subconsciente de los cofrades almerienses: mirar el Tiempo en el móvil a ver si llueve. Siempre cae algo de agua cuando los pasos están en la calle. Bueno, siempre que es primavera porque en este otoño ni hay una sola nube (cargada de agua) ni por desgracia se le espera. El calor meteorológico y devoto, se alió con el fervor para crear una atmósfera perfecta para esta Procesión Magna.

Almería tenía ganas de vivir esta cita histórica. Mejor dicho, Almería siempre tiene ganas de disfrutar con el Señor y la Señora de cada barrio en sus calles. No tendrá la espectacularidad ni el folclore de otros lugares de España, pero desde su humildad, el arte hecho procesión de cada hermandad almeriense provoca el orgullo de la ciudad. Y eso se pudo observar durante todo este sábado, en el que vecinos y turistas rompieron con aplausos la aún falta de helor tarde noche de la ciudad.

Con el tiempo justo para quitarse la casaca rojiblanca y dejar la bufanda y la bandera tras haber tenido en el Mediterráneo la primera emoción fuerte del día, fueron miles de personas las que salieron al encuentro de los diez pasos que ya llenaban de religiosidad popular el centro de Almería. El Paseo lucía radiante, la Puerta de Purchena fervorosa y la Plaza de la Catedral era una olla a presión de sentimientos y sensaciones que sólo se pueden relatar a través de la fe. Fe popular, la fe y la pasión que le tiene Almería a su Semana Santa.

Un padre aúpa a su retoña para que pueda tener una buena visión de la Magna. Un padre aúpa a su retoña para que pueda tener una buena visión de la Magna.

Un padre aúpa a su retoña para que pueda tener una buena visión de la Magna. / Rafael González

A los compases de la Marcha Real, las puertas de los diferentes templos se iban cerrando. Lástima que algunos no las hubieran abierto en un día tan significativo. Se echó de menos a muchas Hermandades, como la mía, el Amor. El mundo cofrade almeriense es lo suficientemente maduro para aprender de este error.

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