Procesión Magna

Almería, capital nacional cofrade

Cientos de personas observan el paso de la Oración en el Huerto.

Cientos de personas observan el paso de la Oración en el Huerto. / Rafael González

Un cortejo magno histórico, que ha puesto de manifiesto a pie de calle y en las diferentes sedes canónicas de las Cofradías y Hermandades de penitencia y de gloria, no solo el fervor y la devoción en el gran Misterio de la Fe de la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, sino un atractivo cultural cívico-religioso con la puesta en escena del patrimonio cofrade y eclesiástico de la capital almeriense, cuya fotografía más notoria fueron las miles de personas que acompañaron el discurrir de los pasos por todas las latitudes del recorrido pasional, con especial referencia al epicentro espiritual en la propia plaza de la Catedral con sentir monacal.

Hemos vivido unas vísperas entre ensayos de costaleros, de bandas de música, colocación de tribunal, traslados de imágenes, exposición magistral en la Catedral de enseres religiosos relacionados con las cofradías, que han puesto de relieve el poder visualizar de cerca elementos sacros fuera del contexto habitual. Del cortejo procesional, destacar entre las escenas e imágenes inéditas, la imagen que acompañó en su paso al Señor de la Vida, una talla de María Magdalena, obra también de José María Leal, propiedad de una Hermandad de Pasión y Merced de Elche.

No solo los sentires de las emociones eran recogidas en su interior por las gentes que participaron como público o fieles presenciando esta catequesis plástica del Evangelio, sino que fueron captadas por millares de teléfonos móviles y tablet, y hasta ordenadores de quienes ocupaban los palcos, que grabaron el paso del cortejo pasionista por todas las zonas de la ciudad, especialmente, por el vetusto casco histórico, estéticamente engalanado para darle la impronta de solemnidad religiosa.

No faltó en ningún de los tramos que precedían a las sagradas imágenes toda la liturgia cofrade, que con gran prestancia fueron acompañadas por los cofrades de cirio y enseres, mantillas y costaleros de sus respectivas corporaciones, que previamente obtuvieron la correspondiente papeleta de sitio, al igual que se realiza en las vísperas de la Semana Santa, lo que conllevó una serie de deberes de obligado cumplimiento en ese hacer de apostolado.

Salida de la Buena Muerte desde la Cía de María. Salida de la Buena Muerte desde la Cía de María.

Salida de la Buena Muerte desde la Cía de María. / Javier Alonso

Fue todo un acontecimiento histórico, una Magna en el epílogo del mes del Santo Rosario, en un otoñal sábado propio de la Pascua florida, que bien podría habernos hecho pensar que nos encontrábamos en un Sábado Santo a la espera de la vigilia pascual; una exaltación piadosa de la fe pública en esta etapa sinodal y del quinientos aniversario de la primera piedra de nuestra Catedral de la Encarnación, con el acompañamiento de grandes bandas de música, que interpretaron toda una sinfonía de marchas procesionales que hicieron de bálsamo a los hermanos costaleros e impregnaban estos compases a quienes presenciaban el cortejo penitencial.

Si impresionante fueron las doce horas de ejercicio espiritual público, entre la tarde, noche y madrugada, todo un disfrute de gran envergadura cofrade, fueron las idas y venidas de personas que con unción visitaron en las iglesias parroquiales y conventos de clausura a venerar a las imágenes sagradas, siendo todo un derroche del catolicismo popular almeriense, pero también, de esencia plena ante la visita al Santísimo Sacramento, notándose el gran esfuerzo y responsabilidad de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, así como, de todo el equipamiento e infraestructuras que el Ayuntamiento ha puesto a disposición de esta corporación agrupacioncita incardinada en la iglesia diocesana, que ha hecho que toda España y Andalucía estuviese pendiente de esta Magna procesión penitencial.

Quienes han vivido todos los acontecimientos relacionados con la Procesión Magna, podemos decir, sin duda alguna, que todo lo ofrecido con humildad del pueblo se ha realizado dentro del principio fraternal de la comunión eclesial y con escrupuloso cumplimiento de las reglas de las hermandades, siguiendo paso a paso y bajo palio el fieles cánones cofrades amanuenses, teniendo siempre un recuerdo para aquellos obispos, sacerdotes y cofrades difuntos que en un pasado forjaron con su buen hacer religioso la configuración actual de este ámbito cofrade.

Bella estampa fue el ver cómo las monjas de clausura de los conventos de las Puras, las Claras y las Esclavas del Santísimo se asomaban entre rejas para ver el tránsito de los pasos, especialmente a la dolorosa Virgen de la Unidad, que por primera vez bajó de su señero barrio de Piedras Redondas al centro de la indaliana capital, así como, desde la propia Casa Sacerdotal San Juan de Ávila, residencia de clérigos mayores, que estuvieron presenciando desde sus recatadas ventanas, todo el esfuerzo realizado en sus vidas eclesiásticas en extender la Palabra de Dios.

Salida de la Soledad de Santiago. Salida de la Soledad de Santiago.

Salida de la Soledad de Santiago. / Javier Alonso

No podemos dejar de señalar la gran colaboración del Obispo Gómez Cantero, así como, del cabildo de canónigos presidido por su Deán Pozo Oller, y curas arciprestes y párrocos, y diáconos, que estuvieron presentes en sus respectivas parroquias y cortejos de todo lo relacionado con la dirección espiritual, la cual fue también direccionada por el consiliario de la Agrupación de Cofradías y prefecto de pastoral en la Catedral Martin Campos. No podemos obviar en este momento tan especial, que este hecho se forjó durante el ministerio episcopal del obispo emérito, Monseñor González Montes, siendo consiliario el Rvdo. José María Sánchez García.

Cuando estén leyendo estas líneas, a buen seguro, se está llevando a cabo en la apostólica catedral la Misa de Acción de Gracias, presidida por el prelado Antonio Gómez Montes y con la presencia de la Agrupación de Cofradías dirigida por Isaac Vilches, y que será el momento de la clausura de la efeméride del 75 aniversario fundacional del ente agrupacionista, a la espera del centenario, pero sobre todo, a unirnos el Día de Todos los Santos, 1 de noviembre, a las 19:30 horas, al traslado de la imagen del Santísimo Cristo de la Escucha al Santuario de la Virgen del Mar, y que durante todo un año visitará las parroquias de la ciudad, todo ello al amparo de la preparación del Año Jubilar concedido por el Papa Francisco que se celebrará en el año 2024 con motivo del V centenario de Catedral de Almería.

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