Memoria y Libertad: el adiós de Paco Ortega sin monumento y con exhumaciones fallidas

La asociación Memoria y Libertad volverá a concentrarse este viernes 14 de abril en la Puerta del Ingenio, la entrada principal a la desaparecida fábrica situada entre Los Molinos y El Puche que se convirtió en prisión durante la dictadura franquista, con motivo del 92 aniversario de la proclamación de la Segunda República española. Lo vienen haciendo desde hace más de dos décadas con el objetivo de recordar a los represaliados por defender el régimen democrático y las libertades frente al levantamiento militar, pero en esta ocasión será una cita especial con la historia. El colectivo memorialista fundado en 2002 por Paco Ortega Rayo, hijo de Torcuato Ortega que fue uno de los alcaldes republicanos condenados a muerte tras la contienda, deberá regenerarse al completo porque su promotor dará un paso a un lado. Después del homenaje a las víctimas del franquismo, más de 7.000 almerienses procesados como presos políticos y 371 fusilados en el cementerio de San José, la asociación mantendrá un encuentro en el que Francisco Ortega cederá el testigo después de más de dos décadas de lucha y reivindicación para honrar la memoria de las víctimas republicanas de Almería.

El balance de su gestión no ha sido el esperado porque no ha conseguido levantar el monumento en el camposanto que han venido reclamando al conjunto de las administraciones publicas locales desde principios de siglo y las exhumaciones que se realizaron acabaron en un fiasco porque los cadáveres que había en las fosas comunes se habían desenterrado previamente y se habían tirado a la basura sin que constara en los registros municipales. Junta, Ayuntamiento y Diputación tramitaron la propuesta de la asociación Memoria y Libertad de construir un monolito en el cementerio, pero nunca se llegó a materializar porque todo eran obstáculos. Ortega Rayo ha repetido por activa y por pasiva que lo único que han pretendido siempre, desde que se constituyó este colectivo, "es un lugar en el que poder recordarlos y depositar las flores, el dolor y la incomprensión que hemos llevado en el corazón durante tanto tiempo".

Pero no ha habido suerte en su batalla contra el olvido de sus familiares, al menos hasta la fecha, ni tan siquiera con un almeriense al frente de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. A partir de ahora será otra directiva la que lidere la asociación Memoria y Libertad con el objetivo de completar ese monolito de mármol para el que ya tenían un diseño del arquitecto Ramón de Torres y el compromiso solidario de los empresarios del mármol de realizar el trabajo de manera altruista. Llegaron a conseguir una subvención, poco después de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica de Andalucía, pero la acabaron perdiendo porque el consistorio de la capital quiso extender el recuerdo a todas las víctimas en lugar de atender la demanda de los represaliados republicanos de la dictadura. Querían incluir el listado nominal de todos los que fueron fusilados y enterrados sin ninguna dignidad, pero se frenó esta propuesta.

Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia. Las palabras de José Saramago son el eje del discurso de un colectivo que ha chocado una y otra vez con la administración municipal a la hora de buscar encaje a su monumento, un monolito de mármol que nada tiene que ver con aquel templete instalado sobre una fosa común en recuerdo a todas las víctimas de la Guerra Civil con el que les quiso contentar tiempo atrás. El tiempo pasa y 84 años después del final de la contienda se han frustrado casi todas, por no decir todas, las iniciativas de los colectivos memorialistas con las que honrar a las víctimas del franquismo. Tan sólo el acto que cada año celebran en la antigua cárcel de El Ingenio el 14 de abril o la concentración que realiza en el acceso al cementerio cada 14 de noviembre han salido adelante sin problema porque no requieren colaboración alguna de las instituciones.

Más de 400 muertos desde la contienda

El resto de iniciativas, incluido el monolito y todas las búsquedas de los cadáveres, se mantuvieron en el cajón de la amnesia por falta de voluntad política en determinados momentos o acabaron fracasando como las exhumaciones del cementerio. Las exhumaciones de Sierro son las únicas que llegaron a buen puerto. Se pudieron recuperar los cuerpos de los maquis Rafael Jiménez y Fuentes Agüero. En la provincia sólo existe una fosa común en el cementerio de la capital, según el historiador Rafael Quirosa, y ya no queda nada. Su publicación Política y Guerra Civil en Almería (1986) cifra en más de 7.000 los procesados y 60.000 expedientes contabilizados en los tribunales de responsabilidades políticas, siendo más de 400 los muertos, de los que 371 fueron fusilados en el camposanto de San José.