Certamen Jóvenes Artistas Realistas Españoles
Mínimos y máximos históricos en otro año hidrológico para olvidar
Después de un periodo de fuertes precipitaciones, el fantasma de la sequía reaparece en la provincia con el ejercicio menos lluvioso en décadas · Sólo los pueblos afectados por la gota fría equilibran su balanza
Parecía un problema superado, pero la provincia vuelve a tener sed. El fantasma de la sequía ha vuelto a merodear gran parte de la geografía almeriense después de un periodo de precipitaciones considerables. El año hidrológico que acaba de concluir (empiezan el 1 de octubre y concluyen el 30 de septiembre) ha sido uno de los más secos de las últimas décadas.
Hay que remontarse a principios de la década de los noventa para encontrar menos lluvias que las registradas en algunas comarcas de la provincia. Y es que ha sido un año hidrológico de contrastes porque, a pesar de la escasez de precipitaciones que caracterizan el periodo 2011-12, otros núcleos urbanos y rurales han duplicado sus estadísticas en la recta final de septiembre con la gota fría que tantos daños materiales y humanos causó en los municipios del Levante. De hecho, estaciones de la Red Hidrosur de la Agencia Andaluza del Agua como la de El Saltador contabilizaron 366,9 litros por metro cuadrado, siendo su máximo anterior de 333 en el año 2003-04. Ocurre igual en la del embalse de Cuevas con 337,8 litros por metro cuadrado y con un récord el 28 de septiembre. En solo una hora cayeron 98,7 litros por metro cuadrado, el mayor volumen de la Red Hidrosur en las últimas décadas. En la Sierra de Almagro se marcó otro registro muy superior a los del resto: 240 litros por metro cuadrado en un sólo día, una cantidad de agua que supera en mucho a las precipitaciones acumuladas en todo el año. Pero han sido situaciones puntuales que no han contribuido a paliar, por ejemplo, la sed de una treintena de pueblos que siguen sin tener acceso a una red de abastecimiento de agua potable. Entre los mínimos históricos que deja el año hidrológico aparece el de la capital, con solo 80,3 litros por metro cuadrado, cuando hace tan solo un par de años registró más de 422. También ocurre en Bayarcal, cuya estación ha contabilizado 328 litros siendo en el anterior ejercicio 772,9 e incluso rondando los mil si nos remontamos en el tiempo. En Félix sólo se han registrado 225 litros, tras llegar a 978 en 2009-10 y también en Terque (Andarax y Nacimiento) con 140,7 litros, la cifra más baja fue desde 1998.
La situación de los embalses también muestra un desequilibrio. Con el temporal, el pantano de Cuevas ha subido hasta los 44 hectómetros, siendo 10,4 los que tenía el año pasado en estas fechas. El embalse de Benínar, sin embargo, ha caído a la mitad. Tiene 6 hectómetros cúbicos y el año pasado en octubre eran 12,1. La provincia vuelve a mirar al cielo.
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