Misa en el cementerio por los difuntos
Tradicional eucaristía El obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, ofició la ceremonia
Un centenar de fieles acude al camposanto más grande de la capital para escuchar la oración y honrar a los fallecidos · La Legión rinde homenaje a los militares muertos en acto de servicio con coronas de laurel
Como ya es tradición cada día 2 de noviembre, cientos de almerienses acudieron ayer al cementerio más grande de la capital para escuchar la oración. El obispo, Adolfo González Montes, presidió la Eucaristía del Día de los Difuntos en la plaza de Santa Gema. Ha sido el quinto año consecutivo que se ha oficiado en el recinto la misa al aire libre.
El incienso dominaba el ambiente y la gran cruz presidía el lugar. La solemnidad del acto, en el que se pidió por el alma de los fallecidos, dejó una sensación de paz e incluso de felicidad entre los numerosos creyentes que no quisieron faltar a su cita.
"El día 2 de noviembre la Iglesia celebra en todo el mundo la conmemoración de los fieles difuntos, donde se recuerda a los fieles la comunión y la obligación para con los que, bautizados e incorporados a la Iglesia y hoy, separados temporalmente por la muerte, pueden estar necesitando de nuestra ayuda por la oración y los sufragios ofrecidos por ellos, al mismo tiempo que pueden ser intercesores ante el Señor Misericordioso", según la diócesis de Almería.
La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados"; y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos. Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso", indicó el obispo de Almería durante la misa ofrecida en el cementerio de San José de la capital.
Bajo un sol que hizo agradable la estancia en el camposanto, los almerienses también pudieron asistir al acto de homenaje que cada año protagonizan los militares de la Legión. Los mandos de la base ofrecieron una corona de laurel, que dejaron a los pies de la santa cruz, en honor a los compañeros muertos en acto de servicio.
A las 11:30 horas, en el monumento a los caídos del cementerio de San José, el capellán de la Brileg realizó una oración que estuvo acompañada por la solemnidad del toque de silencio ofrecido por el cornetín.
A pesar de haber pasado ya el día festivo del Todos los Santos, fueron muchos los ciudadanos que aún ayer acudían a poner flores y sacar brillo a las lápidas de sus seres queridos. Unos por falta de tiempo, otros por tradición e incluso algunos porque van todos los días, el camposanto acogió miles de visitas desde primera hora de la mañana hasta bien entrado el mediodía.
Durante toda la mañana hubo un importante trasiego de autobuses que tenían parada y recogida en los alrededores del cementerio, gracias a un dispositivo especial que ha sido coordinado por el Ayuntamiento y la empresa concesionaria Surbus.
También la presencia policial en las instalaciones fue llamativa, tanto por la sensación de seguridad que aseguraban tener los ciudadanos, como por el control en los aparcamientos y en el tráfico. Los almerienses elogian las mejoras en el camposanto.
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