Las murallas de Jayrán o del cerro de San Cristóbal en Almería han abandonado la Lista Roja, ese listado de monumentos que están en grave peligro de desaparición por su pésimo estado de conservación. Sin duda, una gran noticia para este conjunto defensivo del siglo XI que preocupaba desde hace décadas.

La asociación Hispania Nostra, encargada de realizar la Lista Roja del patrimonio desde 2007, ha retirado las murallas de Jayrán de la misma este 1 de marzo, tras permanecer listadas desde el 11 de octubre de 2021.

La asociación justifica la retirada de la Lista Roja (y, por tanto, su paso a la Lista Verde), al desaparecer el riesgo que había sobre este monumento. Señalan que se han realizado obras de restauración de las murallas del Cerro de San Cristóbal y la al-Mudayna en Almería, dirigidas por los arquitectos de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC), Antonio Orihuela Uzal y Luis J. García Pulido. Con la colaboración externa de Antonio Puertas Contreras, arquitecto técnico, María de la Barca Domech Villarmea, restauradora y Esther Navarro López, arquitecta.

Estas obras se han desarrollado durante un periodo de 13 meses, concluyendo el pasado 19 de enero, y han tenido un presupuesto global de 1.007.636 euros, financiados con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR).

"Gracias a esta intervención se ha posibilitado el acceso público al adarve del tramo comprendido entre las torres 1 y 5, así como la subida a las terrazas de las mismas.En el recinto de la al-Mudayna se ha intervenido por primera vez en la consolidación de los restos arqueológicos de cinco torres y de algunos vestigios de lienzos intermedios", añaden en la justificación.

En las fotografías que aparecen en la página web de Hispania Nostra se puede apreciar claramente el cambio que ha experimentado el monumento tras las obras de rehabilitación.

Antes y después de las obras de rehabilitación de la muralla.

Durante la inauguración de las obras, la delegada del gobierno andaluz, Aránzazu Martín, dejó además buenas noticias para todo el conjunto de la Alcazaba: "Estos trabajos forman parte de una actuación global que estamos llevando a cabo en el Conjunto Monumental de la Alcazaba, donde vamos a invertir más de 11 millones de euros con la restauración de la muralla norte, el muro de la Vela, la torre del Homenaje, así como el aljibe califal o los baños de la tropa, entre otras muchas mejoras”.

La mala noticia: la central hidroeléctrica de Bayarque

Si las murallas del cerro de San Cristóbal son la cara de la moneda, la cruz es para la central hidroeléctrica de Bayarque, que desde el 29 de febrero ha pasado a engrosar la Lista Roja del patrimonio.

Estado de la central hidroeléctrica de Bayarque.

La central fue construida por la empresa Hidroeléctrica del Almanzora, entre 1910 y 1914. Daba fluido eléctrico a la comarca, gracias al agua del río Bacares, que era desviada por una canalización de más de 3 kilómetros de longitud y posteriormente hacía caer por un desnivel de 117 metros lo que permitía obtener la fuerza necesaria  para mover los generadores y producir electricidad.

Según se explica en la ficha del monumento en la Lista Roja, se encuentra en estado progresivo de deterioro. "Las cubiertas en mal estado, maquinaria expoliada casi en su totalidad, puertas y ventanas destrozadas por los actos vandálicos y pérdida de revoco y mortero en los paramentos externos", detalla. La sala de máquinas de la central hidroeléctrica bayarquina fue reutilizada hace unos años como aprisco.

Sobre su historia, se cuenta que la maquinaria de la fábrica de electricidad llegó por ferrocarril a la estación de Tíjola en febrero de 1912 y fue transportada a Bayarque en carros tirados por bestias. A principios de enero de 1914 la central ya se encontraba operativa. En 1929 Hidroeléctrica del Almanzora es absorbida por la entidad Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín, en 1946 la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro absorbe a Valle de Lecrín y en 1967 la Compañía Sevillana de Electricidad S.A. absorbe a la Hidroeléctrica del Chorro. Finalmente, la potencia insuficiente, la aleatoriedad del suministro eléctrico (dependiente de la menor o mayor abundancia de lluvias), una creciente demanda de electricidad y las carencias hidroeléctricas a nivel provincial propiciaron su cierre definitivo en 1969.