La curva epidemiológica de contagiados por coronavirus en la provincia almeriense sigue incrementándose a un ritmo desfavorable, más propio de las fases anteriores con mayor presión covídica, y en las últimas 24 horas han sido otras trece personas las que han dado positivo después de practicarles las pertinentes pruebas detección del virus SARS-CoV-2. Almería sigue liderando la estadística de nuevos afectados por la COVID-19 en Andalucía y estaría en la cresta de esa previsible segunda ola, si técnicamente se decreta que ya está aquí esa anunciada nueva etapa de la pandemia.

Si los municipios almerienses, principalmente los de la comarca del Poniente en la que permanecen los tres brotes en investigación, contabilizaban este lunes 12 de los 18 nuevos positivos de la comunidad, ayer con los 13 confirmados (12 mediante los test PCR) se ha vuelto a poner de manifiesto un crecimiento muy superior al del resto de provincias andaluzas, según la estadística diaria de la Consejería de Salud y Familias de la Junta. En la región han sido 28 diagnosticados, por lo que casi la mitad se han contabilizado en Almería. El informe facilitado ayer mantiene en 50 la cifra de afectados por el contagio masivo surgido entre los empleados y familiares de una empresa hortofrutícola ejidense (el tercero más importante de la comunidad), en cinco el nuevo foco identificado en una vivienda de inmigrantes de Roquetas y ocurre lo mismo con el de seis y epicentro en el municipio de Adra que permanecen en cuarentena domiciliaria y vigilancia médica desde hace más de una semana.

De hecho, la alhóndiga Agrupaadra informó ayer que tras la detección del positivo de uno de sus trabajadores se realizaron 139 pruebas el 7 de julio por el servicio Valora Prevención a toda la plantilla presente en ese momento y han resultado negativas, de manera que la empresa queda libre de coronavirus y retomará su actividad con las medidas de seguridad pertinentes. A pesar de que los tres brotes mantienen las estadísticas estables, mientras sigue el rastreo y cientos de pruebas PCR a los contactos directos de los afectados, el Poniente acapara hoy 11 de los 13 nuevos positivos (9 en Roquetas y 2 en El Ejido). Los otros dos se han confirmado en la capital y Níjar.

La información de la Junta notifica un curado más, elevando a 762 la cifra de personas que han dejado atrás la enfermedad covídica, y también recoge un nuevo ingreso. Son ocho las personas hospitalizadas y tres se mantienen en la Unidad de Cuidados Intensivos. La curva pandémica de la provincia crece en lugar de aplanarse como era de esperar tras la desescalada con un fin de semana para olvidar en el que se han acaparado más de la mitad de todos los casos registrados en Andalucía. Los datos referentes a los últimos cuatro días han sido un jarro de agua fría en la batalla contra la propagación del coronavirus al detectarse 24 nuevos positivos por PCR el domingo, 31 anunciados en la jornada anterior, 12 más ayer y los 13 de hoy. Nada menos que 80 contagiados por la COVID-19 desde el sábado y un total de 944 desde el inicio de una pandemia que se ha cobrado la vida de 53 almerienses.

En la última semana han más de un centenar los positivos los que se han registrado en la provincia, un inesperado tirón de la estadística vinculado a los tres brotes del Poniente que contrasta con la baja tasa de incidencia durante los cuatro meses de batalla contra el coronavirus. El 11 de julio se alcanzó el segundo peor registro de toda la crisis sanitaria en la provincia y habría que remontarse al 27 de marzo para encontrar una jornada con más contagios por coronavirus con 39, siendo muy pocas las ocasiones en las que esta estadística diaria de la Junta ha estado por encima de 20 casos.

El número de casos activos por la propagación de la COVID-19 en la provincia ha vuelto a experimentar una subida en las últimas 24 horas y con los trece positivos de ayer martes ya son 129 personas las que actualmente atraviesan la enfermedad covídica, 61 derivados de los tres focos del Poniente. La mayoría de los diagnosticados son pacientes asintomáticos o con síntomas leves, una dinámica muy diferente a la de marzo y abril con estados de gravedad y críticos.