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Pollos San Juan se muda a 20 metros

El establecimiento celebra este mes su 43 aniversario El propietario prevé la apertura del nuevo local junto a la Cafetería California para finales de junio

Richard Fernández atendiendo a sus clientes.
Carmen Fenoy

10 de mayo 2015 - 01:00

El emblemático establecimiento Pollos San Juan afronta una nueva etapa con aires renovados. Si los plazos para la ejecución de la obra se cumplen, en apenas dos meses, el local se ubicará en la acera de enfrente, a tan solo 20 metros de su ubicación actual (en la avenida Cabo de Gata y con fachada también a la calle Jaúl) junto a la Cafetería California. Tal y como explica su propietario, Richard Fernández, el objetivo es hacer coincidir la apertura con el Día de San Juan como guiño al nombre del negocio.

Pollos San Juan cumple 43 años, tiempo en que se ha convertido además en punto de referencia en el Zapillo para los ciudadanos: "¿Dónde quedamos? Nos vemos en Pollos San Juan". El almeriense conoce perfectamente su localización, además de su servicio, siendo un enclave característico de la capital.

Si bien faltan siete años para que el local celebre su edad oro, pues su licencia de apertura data de mayo de 1972, fue hace cuarenta años cuando el negocio pasó a manos de la familia Fernández. Fue entonces cuando Pedro Fernández y Julia Andrés se hicieron con el asador, regentándolo hasta su jubilación. Su hijo, Richard conoce perfectamente la profesión. Lo ha vivido desde sus primeros pasos y es que el propietario cumplirá este verano 42 años, estando tras el mostrador algo más de 25, más de la mitad de su vida.

Ahora llegan momentos de cambio, pero manteniendo la esencia, "por el bien de todos, para servir lo mejor posible a nuestros clientes, dándoles el mejor servicio, pues a ellos nos debemos", señala Richard, quien no duda en elogiar y agradecer a quienes han depositado su confianza en el establecimiento y han sido fieles al mismo.

El local en que Pollos San Juan ha permanecido cerca de medio siglo era alquilado y el entorno abandonado ha dado pie a tomar la decisión. El edificio bajo el que se ubica se viene abajo. Una malla metálica lo cubre desde hace años, sin ser impedimento para okupas. Hace dos ejercicios Richard ya hizo una denuncia pública, uno de sus últimos recursos tras los diversos escritos de denuncia formulados ante las administraciones. "Existe un gran abandono y falta de interés", recalcaba entonces el propietario del establecimiento. El deterioro del edificio comenzó hace nueve años, cuando dejó de funcionar como residencia de la tercera edad. "Quedó deshabitado, los propietarios murieron y lo heredaron cinco hermanos, que no han hecho nada desde entonces y el estado es lamentable", incidía Richard.

Pollos San Juan da un paso al frente. Afronta la nueva etapa con decisión y mucha ilusión. El cambio de ubicación no vendrá solo. El nuevo espacio contará también con una renovación en el servicio, ya que además de los sabrosos pollos asados que indudablemente habrán sido plato de muy buen gusto para numerosos comensales de esta ciudad y lo seguirán siendo, el establecimiento ofertará otro tipo de comida para llevar, platos caseros para diversificar la oferta al alcance del consumidor, lo que, posiblemente, repercutirá en el empleo con nuevas contrataciones.

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