Restaurante Bodega Bella Vista cumple 35 años de placeres gastronómicos

Dicen que Sevilla tiene un color especial, que Cádiz es la Tacita de Plata o que Córdoba y Granada siguen desprendiendo un aroma árabe que las hacen diferente. Aseguran que Andalucía es tierra de contrastes, de buen humor y un lugar paradisíaco para estómagos agradecidos.

Pero centrémonos en lo que toca. De norte a sur y de este a oeste, Almería y su provincia destacan por tener preciosas playas que son el mejor reclamo para los lugareños o para los turistas que año tras año no dudan en descansar el duro día a día en privilegiados lugares o refugiándose en sus frescas montañas. Almería, plaza inconfundible, apertura andaluza del Mediterráneo por el este de la Península, tiene vistas preciosas, destacando entre todas el Bodega Bella Vista, un restaurante reflejo de la cocina casera, el cariño de una familia entregada por el negocio y el cliente y el saber hacer de una cocina sublime al alcance de todos los bolsillos.

En pocas semanas (en octubre), se cumplirán 35 años de la apertura del local. Por allí pasaron hasta ahora personalidades políticas de la zona o el país, personajes del mundo del deporte y su entorno, haciéndose un hueco también la aparentemente ya indispensable farándula que a muchos de ustedes le acompañarán por las tardes conciliando la siesta (o no) y el corazón. Pese a su hermetismo y discreción, Teresa y Francisco, los míticos Freniche, dos currantes de los de antaño, tienen las paredes rebozadas de retratos en su espacioso, limpio y acogedor recinto. Pese a que más de un centenar de fotos dan color, en el Bella Vista sucede como en Las Vegas; todo lo que pasa allí, allí se queda. La aventura del matrimonio comenzó en 1976. Envalentonados por un proyecto ilusionante, el paso de los años les llevó a verlas de todos los colores, aunque las responsabilidades familiares eran más importante que cualquier otra cosa. Remar con fuerza, cocinar con finura, servir con arte y agradecer con humildad los miles de elogios por su trabajo, su relación calidad precio y su infinito agradecimiento por la visita. El que acude, repite para acabar sintiéndose como en casa, algo que en pocos lugares, ya no de la ciudad ni de la comarca, si no de la Península, acaba sucediendo. De ahí que el Bella Vista sea un lugar de referencia para todos los almerienses y sus cada vez más numerosos visitantes.

El repertorio de manjares es espectacular. Desde carnes a pescados, pasando por una variedad interminable de frutas y verduras, casi todos de la zona. El comensal sale saciado y contento. Además, por su fuera poco, la carta de vinos es inagotable. Aconsejados por Paco Freniche (hijo) el excelente y cada vez más reconocido sommelier encargado de la bodega de la casa desde que "regresé del servicio militar allá por el 88", tal y como explica con su inconfundible acento y su salero andaluz.

El valorado líquido no tiene fin hasta el punto que si abriesen un grifo estaría años y años chorreando, dada la gran reserva que tienen en una de las zonas más codiciadas del recinto. Si quieren carne, éste, si es pescado si elección, aquél, como los rodaballos salvajes de mar.

Lo que deseen. Siempre servido en su temperatura adecuada y su punto necesario para que la combinación sea la perfecta. Es excelente.

La progresión del joven es tan grande, que en el corazón de El Alquián (avenida número 68) abrieron a finales de 2010 (11 de diciembre) la taberna Vin´68, un local meticulosamente decorado en el que se puede degustar una interminable lista de exquisitas tapas cocinadas en el momento.