Almería

Rinoceronta de 2.500 kilos viaja de Tabernas al Reino Unido

  • Pertenece a un programa europeo de intercambio de parejas para la conservación de esta especie en peligro de extinción, en el que trabaja la Reserva Zoológica. Llevan más de un año preparando el traslado que se efectuará en un camión especial

Dispuesta a viajar, se ofrece para intercambio de pareja para romper rutina. Este anuncio podría aparecer en cualquier página de contactos, con la salvedad que tendría que aclarar que la hembra en cuestión pesa 2.500 kilogramos y es una rinoceronte blanca, cuyo cometido no es echar una canita al aire y sino poner su granito de arena para evitar que se pierda una especie en peligro de extinción.

En la Reserva Zoológica de Tabernas todos se refieren a ella como "la rino". Se ha convertido en centro de atención porque pronto emprenderá un largo viaje hasta el Reino Unido, donde la espera un macho de rinoceronte blanco al que le han encomendado la cariñosa tarea de su monta. Europa espera de la ejemplar almeriense un flechazo si no a primera vista, sí efectivo.

Llegó al centro de Tabernas en agosto del año 2000 con cinco añitos. Comparte habitáculo, y vida, con su pareja, pero la rutina también pasa factura en el reino animal y los ejemplares acaban "hermanándose". Pierden el interés, explica José María Rodríguez Linde, responsable veterinario de este zoo, dedicado no sólo a atender a los 200.000 visitantes que de media recibe cada año. "Cuando una persona viene, trae una idea preconcebida, antizoo o prozoo pero, al margen de arquetipos, este centro trabaja sobre tres pilares: la educación, la investigación y la conservación", introduce Rodríguez Linde.

Es en esta última línea de trabajo en la que se encuadra la rino. La Reserva de Tabernas pertenece a la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (Aiza), integrada por cuarenta centros de España y Portugal, y a la Asociación Europea (Eaza), con trescientos centros repartidos por la UE, 18 de los cuales son españoles.

Tabernas lleva más de un año trabajando junto a otros dos zoos del Reino Unido y Holanda para la conservación del rinoceronte blanco mediante el intercambio de parejas que, como en el caso de la rino almeriense, están en la edad perfecta para procrear, si bien el apareamiento entre ellos no se ha producido. "Habíamos pensando al principio intercambiar los machos, pero surgieron problemas por el carácter de uno de ellos y decidimos trasladar a las hembras". La operación tiene un coste de 18.000 euros. No es el precio de los animales, porque el zoo no compra, sólo intercambia ejemplares y no lo hace de forma caprichosa, sino bajo la batuta de un coordinador de las citada asociaciones y siguiendo las pautas de un programa de colección que prima las condiciones climáticas por encima de los atractivos turísticos. La maniobra consistirá en el traslado de la hembra holandesa al centro de Tabernas, donde se cargará a la rino almeriense para transportarla hasta el Reino Unido, que se desprenderá de su ejemplar para cubrir el hueco holandés.

El traslado está ya organizado, aunque pendiente de cerrar una fecha concreta en marzo o abril. Se requiere un camión climatizado y con unas características especiales, en los que los animales van acompañados de un conductor con experiencia en zoos y de un veterinario. ¿Pero cómo subir a un animal de 2.500 kilos a un vehículo que, aunque esté acostumbrado a ver humanos, no deja de ser peligroso?

Rodríguez Linde aclara que no utilizan anestesias ni una grúa para elevar al animal. "El camión tiene un container que baja hasta el suelo y se trata de convencer al animal de que suba. Con la última jirafa que trasladamos tardamos dos días y medio para que entrara a la caja. Se sabe cuando se empieza, pero no cuando se acaba", comenta el veterinario.

Aunque la rino lleva once años formando parte de la familia de Tabernas, al equipo humano no les duele desprenderse de ella, cuando piensan que el objetivo último del programa es que el rinoceronte blanco regrese a su hábitat natural. "Ningún animal de zoo va directamente a libertad, se trasladan a reservas y a las crías se les va reduciendo el contacto humano y tienen que pasar por programas de semilibertad", explica Estafía Padules, bióloga responsable de los programas de educación del zoo, que trata de inculcar valores medioambientales a los numerosos escolares que recibe el centro.

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