Coronavirus Almería

"Salga inmediatamente de la habitación, el paciente al que acompaña tiene covid"

  • Desalojan del hospital al familiar de un anciano a punto de fallecer al confirmarse la infección cuando días antes le habían realizado las pruebas y un test rápido con resultado negativos en la residencia Ballesol de la capital: "Si lo hubieran detectado antes mi abuelo estaría vivo" 

"Salga inmediatamente de la habitación, el paciente tiene covid"

"Salga inmediatamente de la habitación, el paciente tiene covid" / Rafael González

Mateo falleció a sus 93 años el 24 de octubre en el hospital universitario de Torrecárdenas. Pero no murió por su avanzada edad. Es otra víctima más de un cruel virus que está golpeando con inquina y contundencia a los mayores en la provincia, sobre todo a los geriátricos aunque incomprensiblemente esta muerte no figure en la estadística. En cuestión de días le arrancó la vida asestándole todo tipo de embestidas en forma de insuficiencia respiratoria, neumonía bipulmonar y hasta un paro cardiaco que resultaron letales. No tenía graves problemas de salud, los propios de una personas de avanzada edad, hasta que llegó la covid19 con sigilo, casi a hurtadillas. Lo peor de todo es que no se constató su positivo hasta el momento en el que fue sedado tan sólo unas horas antes de morir.

Nadie le había diagnosticado el contagio ni se había percatado de sus síntomas. Su familia ha querido denunciar públicamente ahora la gestión que ha realizado la residencia de mayores Ballesol en la que estaba internado desde hace años. "Si lo hubieran detectado antes, si le hubieran diagnosticado correctamente, mi abuelo hoy estaría vivo", comenta la joven nieta Eva María Muñoz. Su padre, hijo del fallecido, ha hecho llegar una carta a este periódico para narrar el funesto episodio que han vivido en la última semana, pero no tiene fuerzas para revivirlo por teléfono y responde su hija.

En su escrito plantea una serie de incógnitas sobre la muerte de su progenitor a las que nadie ha respondido. Si un trabajador de la residencia había dado positivo una semana antes y le hicieron las pruebas a todos los residentes y todos resultaron negativos y si cuando Mateo comenzó a presentar todo tipo de achaques como taquicardias y falta de oxígeno se le hizo otro test rápido antes de que los servicios sanitarios lo trasladaran al hospital y tampoco se verificó su contagio, ¿por qué horas antes de morir la prueba que le hicieron en Torrecárdenas sí confirmó que tenía COVID19? ¿Negligencia o ocultación? La situación fue tan esperpéntica que que después de invitar a la familia a estar con el paciente en sus últimos días tuvieron que desalojar al acompañante de turno, en ese momento su nuera, de la habitación aislada en observación en la que permanecía esperando el fatal desenlace a su lado.

"Vinieron corriendo los médicos para pedirle que se desinfectara y permaneciera aislada hasta hacerse las pruebas, se echaron las manos a la cabeza porque todo el mundo confiaba en los negativos que le habían realizado en la residencia y pidieron perdón", añade Eva María Muñoz. Ha sido citada para hacerse la prueba este miércoles y conocer si se contagió durante el acompañamiento del fallecido. Nada más salir del hospital comunicaron a la residencia su malestar por el error en el diagnóstico y su falta de previsión en la detección de los síntomas porque, de llegar con antelación esa sospecha o positivo, se podría haber evitado la muerte del anciano. Tienen claro que su bajón de salud está asociado única y exclusivamente a la infección covídica.

De hecho, cuestionan la estrategia que han empleado en la residencia en esta segunda ola de la pandemia porque entienden que en los primeros meses supieron controlar la situación y comunicar en todo momento la evolución a los familiares. En su carta, el hijo del fallecido asegura que tras la desgracia del rebrote en el geriátrico de El Zapillo se cerró a cal y canto la Ballesol y se restringieron las visitas sin que supieran nada de los residentes. Hasta que un día antes de su ingreso hospitalario les llamaron para pedirle permiso para hacerle un electrocardiograma a Mateo a modo de revisión rutinaria.

Pero fue el principio del fin. "Nos enteramos del positivo de un trabajador y también del brote del que se informó por error a través de los periódicos. Y sobre su salud preguntábamos y nos decían que estaba bien. Pero no fue así. ¿Por qué no nos dijeron que se encontraba tan mal hasta el último momento? ¿nos ocultaron información?". Demasiadas incógnitas para una familia envuelta en unos momentos caóticos, insufribles y dolorosos. Ni el positivo de Mateo ni su fallecimiento han sido incorporados a la estadística de la Consejería de Salud y Familias sobre la situación COVID-19 de las residencias, que acumulan 38 de los 138 fallecidos en la provincia, siendo más que evidente que el contagio de Mateo se produjo en ese centro que les comunicó a los allegados de la última víctima que ya habían activado el protocolo para conocer si había más casos.

La residencia llegó a estar medicalizada en la fase aguda de la pandemia durante el estado de alarma, en la que se produjeron dos fallecimientos, si bien su situación volvió a estabilizarse a finales de mayo. Ubicada en la calle Morato esquina con Rambla Belén, el centro cuenta con 209 plazas residenciales para estancias permanentes o temporales. Los geriátricos de la provincia almerienses suman 218 contagios durante la pandemia, tres en los últimos siete días.

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