Almería

Vecinos indignados por ruidos y ocupación de plaza de los Burros

  • Denuncian que a diario hay coches por la zona peatonal y se incumplen las horas de cierre de pubs

Vecinos de la calle Conde Ofalia y de la Plaza Marqués de Heredia, popularmente conocida como de 'los Burros', han trasladado a este periódico su preocupación por distintos y graves problemas que azotan a este espacio público desde que fue peatonalizado, hace unos años. Con la considerable mejora en la habitabilidad y disfrute de la plaza, los residentes se encuentran con una serie de graves problemas añadidos que, hasta ahora, el Ayuntamiento no ha querido o sabido atajar.

Varias son las cuestiones que les preocupan: la paulatina y voraz "privatización" de la vía pública por algunos bares y cafeterías -hay días en los que seinstalan hasta 370 sillas y cerca de 100 mesas-, mayor ocupación de las superficies permitidas; el ruido de los establecimientos hosteleros, sobre todo en la instalación y retirada de veladores de madrugada; la circulación y aparcamiento de todo tipo de vehículos y camiones de reparto en la zona peatonal desde que hace meses se averió la pilona de acceso y no ha sido reparada y, por último, el peligro de atropellos en la entrada y salida de vehículos de los dos garajes de los edificios. Conscientes de que la plaza sí tiene un buen mantenimiento de fuentes y limpieza, las cuestiones referidas han provocado que residentes planteen algunas de las demandas, sin que hayan tenido respuesta hasta ahora.

La existencia de cuatro bares o cafeterías en un tramo concreto de la vía pública y la instalación de sus sillas y meses provoca que en la zona central de la plaza sea complicado caminar. "Hemos visto que las terrazas se extienden y se extienden ocupando zonas que semanas atrás estaban sólo para el esparcimiento. El frontal del número 22 es terrible y en algunos lugares es difícil caminar, como a la altura de la calle Antonio Ledesma donde es muy dificultoso pasar con un carrito o una silla de ruedas; si queda poco espacio libre es porque hay una farola". Del mismo modo, la cafetería ubicada en los bajos de ese número 22, extiende tanto sus grandes maceteros, sombrillas y mesas que casi llegan al portal de un edificio. "Algunos residentes frente al bar comentan que el local ya fue sancionado por eso, pero la multa, si la hubo, efectiva no ha sido". Otro problema grave es el de los ruidos que provoca la instalación diaria de las mesas y sillas. "El restaurante monta la terraza con estrépito a las seis y cuarenta y cinco de la mañana, pero hay días que las desmonta a las dos y media de la madrugada…, siempre con el ruido de arrastrar por el suelo los soportes de metal de las sombrillas, sillas, maceteros y mesas; es como si quisieran joder a los vecinos que duermen, pudiendo hacerlo más silenciosamente. Ya no es cuestión de horarios de apertura y cierre, que se lo pasan por ahí, ya es un problema de contaminación acústica. La vinatería ya no molesta tanto porque ha eliminado las sillas que,cuando se movían, temblaba la plaza. Eso sí, no nos falta música ambiental a la una o a las dos de la madrugada, con pasodobles con acordeón o señoras que cantan por Rocío Jurado incorporando altavoces de una potencia casi de recinto ferial". La discoteca "Mamba negra" es otro cantar. Incumple la normativa porque siempre está con las puertas abiertas. Con horario hasta las siete de la mañana, su acceso es lugar de conflictos nocturnos, peleas y ruidos.

Los cubos de hormigón que se instalaron para marcar la zona de salida de vehículos de los garajes se han movido tanto que sirven de sillas y mesas a los bares o, cuando no, de soporte de sombrillaspara los que se han fabricado una estructura de hierro. Esos cubos tendrían que estar anclados al suelo y servir para advertir a los peatones del peligro de las salidas y entradas de los coches; ya no cumplen esa función y un día, con tantos niños sueltos jugando, habrá una desgracia grave porque el Ayuntamiento tampoco ha colocado señales o pintura en el suelo alertando a los viandantes. Precisamente, por la cercanía a Paseo, muchos conductores aparcan en la zona peatonal al estar rota, desde hace años, la pilona de acceso a residentes. "Aquí no vemos ni una grúa, pero ya conocemos a todos los que aparcan y se van a hacer sus gestiones o repartos, por no hablar de las motillos que suben desde General Tamayo y sortean a niños y peatones, sólo por no dar la vuelta", añade uno de los residentes.

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