Coronavirus Almería

18 rondas, 18 aciertos... la patrulla canina es infalible en la detección de los contagiados

  • Los resultados preliminares de la investigación se darán a conocer el 18 de diciembre 

  • Los ensayos comenzaron hace tres semanas con el adiestramiento de seis perros 

  • Dolce y Angus demuestran sus capacidades este viernes en el hospital de Torrecárdenas 

18 rondas, 18 aciertos... la patrulla canina es infalible en la detección de los contagiados por la COVID-19

18 rondas, 18 aciertos... la patrulla canina es infalible en la detección de los contagiados por la COVID-19

El adiestramiento de perros está dando resultados y son capaces de detectar la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 a través del sudor axial de las personas contagiadas. El ambicioso proyecto que adelantó este periódico en exclusiva está promovido por una spin-off de la Universidad de Granada (DOCRIM) en colaboración con una empresa especializada de canes de trabajo para la detección de explosivos (OPCON) y bajo el paraguas de un equipo multidisciplinar del hospital universitario de Torrecárdenas. Este viernes ha tenido un nuevo ensayo en Almería que se ha saldado con un cien por cien de efectividad y la patrulla canina ha tenido 18 aciertos en las 18 rondas realizadas. Han trabajado con Dolce que está en formación y no ha terminado el adiestramiento y con Angus que tiene más rodaje. Y los dos han resultado infalibles.

El abogado y profesor de Derecho Penal Carlos Aránguez, codirector de un proyecto de investigación pionero en nuestro país en el que participa personal facultativo de los servicios de Neumología, Medicina Interna y Cuidados Intensivos del hospital almeriense de referencia, ha relatado a este medio los últimos logros en los ensayos que se vienen realizando desde hace tres semanas en los que se comprueba la capacidad de detección de los perros de pacientes infectados por la COVID-19. Un estudio que puede suponer un salto considerable en la batalla por la prevención y el control de la propagación del coronavirus al hacer posible su implementación en instalaciones como aeropuertos, centros comerciales, teatros y estadios deportivos. "La ventana de oportunidad va a ser pequeña porque la pandemia quedará atrás en cuanto tengamos la vacuna, pero es un proyecto ilusionante que vamos a poner al servicio de la sociedad", argumenta.

El próximo 18 de diciembre tendrá lugar la presentación de los resultados preliminares en la Facultad de Derecho de la UAL, además de una exhibición pública de las capacidades olfativas de los seis perros para rastrear a los contagiados. Uno de los artífices del ambicioso proyecto cuenta que tienen como referente un grupo de investigación francés que inició los ensayos cuando comenzó la pandemia y el precedente de las experiencias internacionales con perros que ya se vienen aplicando en países como Finlandia, Chile y Arabia Saudí. Y a finales de junio iniciaron esta aventura con la empresa OPCON y buscaron un respaldo sanitario en Torrecárdenas al que consideran uno de los hospitales con mayor producción científica y un referente de la investigación biomédica a nivel andaluz con varios proyectos actuales sobre la COVID-19.

Han venido trabajado en el centro veterinario y de adiestramiento que la empresa especializada en perros de trabajo tiene en Jaén y Madrid con las muestras que han cedido voluntariamente pacientes atendidos en Torrecárdenas y este viernes se desplazaron hasta Almería donde se ha realizado un doble ciego que es un ensayo en el que nadie del equipo que ha adiestrado a los canes entra en contacto con las muestras, siendo los sanitarios los que realizan la manipulación y actúan como evaluador independiente. A través de gasas impregnadas con el sudor axial los perros determinan qué pacientes tienen coronavirus. "El perro encuentra droga y luego un laboratorio certifica, con la COVID-19 el perro rastrea y hace un cribado y a partir de ahí se tiene que realizar una PCR que determine su aislamiento y tratamiento", asegura Carlos Aránguez.

Han recibido 300 muestras hospitalarias de distintas procedencias, entre las que se encuentra 64 positivos tanto sintomáticos como asintomáticos, con hombres y mujeres de entre 18 y 82 años, incluyendo embarazadas y de diferentes razas. La única excepción en esta primera fase han sido los menores que confían en sumar en una segunda etapa de la investigación. Una de las variables que están testando es en qué medida afecta que los pacientes infectados hayan recibido medicación antes de que se tomara la muestra. DOCRIM empezó a formar el grupo de trabajo antes de agosto, pero hasta octubre no empezaron los ensayos.

Después de tres semanas de adiestramiento, están convencidos del éxito del estudio piloto cuyos resultados determinarán el nivel de fiabilidad y eficiencia en base al que se pueden plantear las posibles aplicaciones. Ya han constatado el interés de dos grandes empresas en conocer las capacidades de los perros. En una segunda fase el objetivo sería salir del laboratorio y trabajar directamente sobre el terreno en la calle. También se atreverían a dar el salto de las gasas del estudio experimental al olor directo de las personas siempre que cuenten con la aprobación de los comités bioéticos.

"El resultado de la prueba del viernes ha sido muy esperanzador. Incluso la perrita menos entrenada ha superado la prueba con absoluta fiabilidad sobre muestras con las que no había trabajado previamente y ratificada por profesionales sanitarios independientes que no tienen relación con DOCRIM Y OPCON", argumenta este abogado que reitera la importancia de la imparciabilidad de los médicos con los que no existe ningún vínculo previo al proyecto. Preocupaba que en los hospitales por el nivel de desinfección se pudiera alterar la capacidad de los canes, que son sensibles a olores como lejía, amoniaco, gel hidroalcohólico, pero no ha sido así. De momento son impecables en la detección de los positivos. Cuando alguien se contagia de coronavirus genera unas reacciones metabólicas y orgánicas que se concentran en los órganos asociados con el sudor, un elemento que emplearían los perros adiestrados con la estrategia de recompensa y omisión.

Si ese sudor de pacientes infectados por coronavirus tiene un olor diferente al de personas no contagiadas, los perros actuarían como radares mucho más rápidos e incluso eficaces que una PCR. El olfato de los perros es prodigioso. Su capacidad para oler es aproximadamente un millón de veces mejor que la de los humanos. Los humanos tienen alrededor de 5 millones de células olfativas y los canes casi 50 veces más, entre los 125 millones de los perros “salchicha” y 220 millones de perros pastor alemán. Inhalan hasta 300 veces por minuto en respiraciones cortas, lo que significa que sus células olfativas reciben constantemente nuevas partículas de olor.

Además, las narices de los canes diferencian entre derecha e izquierda, un sentido del olfato espacial que les permite seguir un rastro más fácilmente. Bien adiestrados, ya pueden detectar hasta tres tipos de cáncer o señalar a una persona que tendrá alzheimer o parkinson antes de que se manifieste la patología e incluso alertar de cambios repentinos en la hipoglucemia o hiperglucemia de un diabético. Los perros también pueden identificar el patógeno a partir de una muestra bastante más pequeña que la de las pruebas PCR utilizadas por los profesionales sanitarios. Un perro solo necesita de 10 a 100 moléculas para identificar el virus, mientras que el equipo de prueba requiere 18 millones. Y los canes son capaces de hacerlo en apenas 10 segundos con resultados, según los estudios de diferentes universidades internacionales, con una certeza del 100%.

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