Diong C., el hombre que se enfrenta a penas que suman 28 años de cárcel como presunto autor de la muerte de su expareja, que expiró tras recibir numerosos golpes en el rostro con una piedra de hormigón en Roquetas de Mar, ha negado este lunes que la siguiese, acosase o que sea el autor material del crimen.

Así lo ha señalado ante el jurado popular presidido por el magistrado Ignacio Angulo, a preguntas de la fiscal Déborah Díaz-Jiménez y de su abogado, José Luis Martínez, de forma que ha reconocido que previamente a los hechos fue condenado por golpear a su pareja, y posteriormente por ingreso en prisión por incumplir una orden de alejamiento.

No obstante, ha aseverado que tras salir de la cárcel “nunca” más se aproximó a la víctima o se comunicó con ella, sino que se trasladó a vivir a otro domicilio con compatriotas de Senegal, si bien sabía sobre lo que pasaba en la vivienda en la que residía la mujer, ya que ha afirmado que era “suya” y los inquilinos que cohabitaban con ella le trasladaban distintas necesidades.

Ha manifestado que tanto el día previo al asesinato como la misma jornada del crimen trabajó durante todo el día en un salón de juegos, a pesar de que ha admitido que no disponía de “papeles”, que sí consiguió la víctima tras denunciarlo por malos tratos.

Sobre esto, ha precisado que tras salir del trabajo, la noche en la que se produjo la muerte se fue a la playa, dónde estuvo un tiempo indeterminado.

La fiscal considera, sin embargo, que la muerte no se produjo sino cuando el hombre “se hartó de seguirla y molestarla”, así como que aprovechó una calle “muy oscura, pequeña, llena de coches a ambos lados”, para golpearla en la cara “no una sola vez, sino dos, tres y cuatro veces”, también en el suelo, cuando ya había fallecido, para “desfigurarla”.

El letrado de Diong C. ha señalado, por su parte, los “antecedentes” del caso, ya que ha advertido que la mujer se dedicaba a la prostitución en una vivienda que está muy próxima al lugar en el que apareció su cadáver, como lo está el domicilio en el que “dormía su cliente” y el salón de juegos en el que este trabaja, de forma que “todas las calles confluyen”.

La calificación del fiscal, consultada por EFE, señala que el acusado tenía impuesta una orden de alejamiento de 500 metros respecto de la víctima por un delito de maltrato.

El hombre fue novio de la víctima entre 2017 y agosto de 2020, momento en el que se puso fin a la relación debido al maltrato y durante este tiempo el acusado la instó a no trabajar y a quedarse en casa "movido por los celos".

A pesar de la orden de alejamiento, entre abril de 2021 y el momento de la muerte de la víctima, habría intentado forzar encuentros para retomar la relación, con "total desprecio a la resolución judicial impuesta".

El 5 de junio el acusado la habría esperado en el inicio de la calle Pintor Rosales de Roquetas de Mar, donde presuntamente había llegado con una piedra de hormigón de cinco kilos para "causarle una muerte cierta" y entre las 23:45 horas de dicho día y las 00:16 horas del siguiente, se habría encontrado con la víctima y, sin que la mujer pudiese defenderse, le habría propinado "múltiples e incesantes fuertes golpes en el rostro".