Almería pondrá GPS al carrito del barrendero para un control estricto de la limpieza

El Ayuntamiento sabrá si el peón cumple la ruta, las paradas, si llena el cubo y hasta la velocidad de la marcha

La nueva limpieza de Almería se adapta al viento, divide la ciudad en cuartelillos y trae máquinas silenciosas

Uno de los barrenderos de la actual empresa concesionaria de la limpieza.

Una partición de la ciudad con cuartelillos más amplia, mayor número de papeleras o una flota de vehículos al completo a estrenar son algunas de las novedades del nuevo contrato de la limpieza viara y de playas de Almería. Ya en licitación, el Ayuntamiento de Almería no ha perdido la oportunidad de introducir medidas dirigidas a establecer un rígido control sobre la correcta prestación de los servicios por los que la capital está dispuesta a pagar 27,57 millones al año, más del doble que en la actualidad. Los nuevos vehículos de la limpieza portarán cámaras exteriores que captarán si el trabajo realizado es o no el adecuado y llevarán incorporados GPS. Incluso los carritos de los barrenderos. El Ayuntamiento sabrá a tiempo real si cada peón cumple su ruta al completo, si se para, la velocidad de paso o cuánto y dónde llena el cubo. Todo un rosario de datos que servirá de mucho. O, al menos, así lo espera el equipo de gobierno.

El control mediante GPS de los vehículos no es, desde luego, una novedad. Los inspectores municipales se sirven desde hace años de la información que suministra el sistema de posicionamiento para conocer si los camiones de la recogida de residuos urbanos se detienen en cada una de las calles asignadas. Sin embargo, este seguimiento no ha sido posible sobre los carritos de los barrenderos, sujetos a inspecciones visuales aleatorias. El funcionamiento de los sistemas de control dará pues un paso de gigante con el nuevo contrato en el que se le exige a la próxima empresa concesionaria sistemas de monitorización y seguimiento de última tecnología, así como la geolocalización en tiempo real de todos los carritos manuales de limpieza, tanto en zonas urbanas como en playas, para su control operativo. Las papeleras, además, dispondrán de sensores inteligentes, equipadas con tags (etiquetas electrónicas RFID o similares) que permitan el registro de su mantenimiento y vaciado.

Lo mismo ocurre con la flota de vehículos. Las barredoras, por ejemplo, contarán con sensores que detecten el estado de trabajo, incluyendo la activación o desactivación de cepillos, turbinas o sistemas de agua, para poder diferenciar los tramos efectivamente limpiados de los recorridos en vacío o sin actividad de limpieza.

Todo forma parte de una plataforma de gestión y control que le permitirá al Ayuntamiento y a la empresa concesionaria el ajuste de servicios en función de las necesidades y disponer de informes sobre la actividad diaria por equipo, paradas y trayectos, excesos de velocidad, etc.; y comparativas sobre el servicio ofertado con el servicio realmente ejecutado, a aplicar a la facturación mensual. Es decir, pagar por lo que realmente se limpia.

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