El 'ángel' de la A-7 ya tiene rostro: el Ejército elige al héroe de El Ejido para su calendario 2026
El cabo José Vicente González Puertas, que salvó la vida a una familia en un accidente en mayo manteniéndose en el anonimato, protagoniza el mes de abril
Un regular de Melilla auxilia a dos mujeres heridas en un accidente en la A-7 en El Ejido
Hasta hace apenas unos días, el "ángel de la A-7" era sólo conocido para de una madre y una hija que volvieron a nacer la noche del 18 de mayo de 2025. Un militar anónimo que apareció entre los hierros retorcidos a la altura de El Ejido, tomó el control del caos y se marchó en silencio cuando las luces de las sirenas inundaron la autovía. Hoy, ese héroe ya tiene nombre, rostro y un reconocimiento nacional: el cabo José Vicente González Puertas, natural de Almería y perteneciente al Grupo de 'Regulares de Melilla' Nº 52 , ha sido elegido por el Ejército de Tierra para protagonizar el mes de abril de su Calendario Oficial 2026.
Bajo el lema 'Siempre disponibles', el Ejército ha querido que este año su anuario no sea un desfile de maquinaria bélica, sino un homenaje a la vocación de servicio. Y no había mejor ejemplo que el de este almeriense que, estando fuera de servicio y regresando de su permiso, demostró que el uniforme se lleva tatuado en la piel, no solo en la tela.
Una llamada sorpresa en Almería
"La noticia la recibí de manera exprés hace una semana y media. Curiosamente, yo estaba aquí en Almería de permiso y me pilló totalmente por sorpresa", relata el cabo Puertas a Diario de Almería. No hubo casting ni selección previa. Desde el Gabinete del JEME en Madrid tenían claro que su actuación en el kilómetro 812 de la autovía del Mediterráneo encarnaba a la perfección los valores que querían transmitir a la sociedad española.
Aquel domingo de mayo, Puertas se encontró con un siniestro grave: dos mujeres heridas, una de ellas atrapada en el vehículo con una herida considerable en la cabeza, y su hija adolescente sufriendo una crisis de ansiedad y una brecha. Lejos de pasar de largo, el cabo detuvo su vehículo particular y sus conocimientos sanitarios se convirtieron en el único muro de contención contra la tragedia.
Durante cuarenta minutos que parecieron eternos, el militar se hizo cargo de la situación. Mientras los equipos de excarcelación trabajaban para liberar a la conductora, él se centró en la menor. "Le apliqué un vendaje y técnicas de control de la ansiedad, alejándola del peligro del accidente", explica la reseña oficial que ahora acompañará su fotografía en miles de hogares.
"No todo el mundo lo hace"
El reconocimiento institucional culminó este lunes en el Cuartel General del Ejército, en un acto presidido por la ministra de Defensa, Margarita Robles. Durante el encuentro, que el cabo describe como "muy cercano y humano", la titular de Defensa compartió una reflexión que ha marcado al militar almeriense: "Nos trasladó que, aunque cualquier persona podría tener los conocimientos teóricos para actuar en un accidente así, no todo el mundo da el paso de hacerlo. Asumir esa responsabilidad, sabiendo que algo puede salir mal, es lo que marca la diferencia".
Puertas, sin embargo, insiste en restar importancia a su gesta individual para poner el foco en el colectivo. "Cualquier compañero habría hecho lo mismo", asegura. Pero la realidad, plasmada en la hoja del calendario del mes de abril, dice que fue él quien decidió no mirar hacia otro lado.
Un vínculo que trasciende el asfalto
Lo que el calendario no cuenta, y que Puertas revela en exclusiva, es la calidad humana que desplegó una vez que se apagaron las luces de emergencia. El "siempre disponibles" no terminó cuando la ambulancia se llevó a las heridas. "Me personé en el hospital estando yo allí en Almería para ver cómo estaban", confiesa con humildad.
Desde aquella noche, ha mantenido el contacto con la familia en varias ocasiones. Ese seguimiento, discreto y constante, define el carácter de los Regulares y desmonta los estereotipos que a veces pesan sobre la institución castrense.
Contra los estigmas
El Cabo Puertas aprovecha este escaparate mediático para lanzar un mensaje reivindicativo sobre la verdadera naturaleza de las Fuerzas Armadas en el siglo XXI. "La gente tiene que saber que no estamos solo para ir al campo de maniobras a pegar tiros o dar barrigazos", afirma con contundencia.
"Somos servidores públicos las 24 horas del día, los 365 días del año", sentencia el cabo. Su presencia en el calendario busca recordar que el Ejército está ahí en las grandes catástrofes —como la pandemia, el volcán de La Palma o las inundaciones de la DANA en Valencia —, pero también en la soledad de una autovía almeriense un domingo por la noche.
En abril de 2026, cuando los almerienses pasen la hoja de su calendario, verán a un hombre de mirada tranquila y uniforme de camuflaje. Debajo, un texto recordará que ese hombre salvó dos vidas en El Ejido. Para el Ejército es un ejemplo de los valores de la institución; para Almería, es el orgullo de saber que uno de los suyos estaba allí cuando más falta hacía. "Solo hice lo que debía", repite él. Y en esa frase tan corta, cabe todo el honor de un oficio.
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