El riesgo chabolista

Coronavirus Almería

Organizaciones humanitarias advierten de la situación de emergencia de los asentamientos en condiciones de insalubridad y sin servicios esenciales para la higiene como agua y aseos portátiles

El riesgo chabolista
El riesgo chabolista

Más de 8.000 personas malviven en los asentamientos chabolistas de la provincia, concentrados en las bolsas de actividad agrícola de Níjar y el Poniente, con empleos precarios en el campo o ingresos irregulares, y sin tener acceso ni a agua potable ni unas condiciones mínimas de salubridad e higiene. No es nada nuevo, el fenómeno del chabolismo, antes vinculado a macroasentamientos y hoy más diseminado en pequeños núcleos en torno a cortijos semiderruidos, naves abandonadas, chabolas, cuevas y hasta balsas, se remonta a finales de los años noventa en la provincia. Miles de inmigrantes subieron en patera hacia la tierra prometida para acabar en guetos, entre charcos y basura, atados de por vida a una pobreza crónica y excluyente. Las instituciones y la sociedad en su conjunto, con la excepción de las organizaciones humanitarias, han mirado hacia otro lado ante el drama de los que cruzaron el Mar de Alborán para ganarse la vida cogiendo tomates o cabalacines como jornaleros del campo almeriense, pero la crisis del coronavirus genera un riesgo elevado que podría acarrear unas consecuencias demoledoras si se diera un brote.

Así lo han venido advirtiendo desde el comienzo del estado de alarma colectivos que trabajan con los inmigrantes confinados en infraviviendas que se han levantado con palés, chapas metálicas y cartones sostenidos por cuerdas, clavos y piedras. Sin acceso al agua corriente y en ocasiones sin un suministro de luz, sin red de saneamiento y en la más absoluta insalubridad son un punto de riesgo que requiere medidas urgentes. A día de hoy no cumplen normas higiénicas tan elementales como lavarse las manos con jabón al no disponer de agua y es ínfima la proporción de subsaharianos y magrebíes de estos poblados que consiguieron medidas de prevención como los guantes, mascarillas y geles. De ahí que se hayan sucedido una serie de llamamientos por parte de organizaciones como Cruz Roja, Fundación Cepaim, Almería Acoge y Médicos del Mundo en los que se reiteran demandas como la de los puntos de suministro hídrico, aseos y baños portátiles e incluso hospitales de campaña cuando sean macroasentamientos.

Juan Antonio Plaza, delegado episcopal de Cáritas

“Si nos despreocupamos de estas personas creyendo que no es un problema nuestro, tarde o temprano nos afectará. También China nos quedaba lejos y mira por donde vamos”

Y ayer mismo daban a conocer la firma por "responsabilidad social" de un protocolo de intervención urgente con medidas financiadas por el Gobierno a la espera de que se sumen los ayuntamientos y la Junta de Andalucía. Fundación Cepaim y Almería Acoge seguirán distribuyendo los kits de alimentación e higiene personal y con la desinfección de poblados en el marco del Programa Nacional de Acogida Humanitaria y también pondrán a disposición del plan de emergencia del municipio de Níjar alojamientos provisionales para las personas asintomáticas que den positivo en el test de COVID-19 contando con la colaboración de hostales de la zona. También apoyarán la desinfección exterior de los asentamientos en colaboración con los ayuntamientos y empresas agrícolas y mantendrán abierto el centro de atención diurna de Níjar para los casos especialmente vulnerables. Por su parte, Cruz Roja y Mécicos del Mundo asumirán la realización de las pruebas rápidas, aportando los Equipos de Protección Personal (EPP), así como el traslado de contagiados desde los asentamientos y el seguimiento sanitario, junto a la epidemióloga de la zona, de las plazas que facilita Cepaim.

Cáritas Diocesana ha sido contundente en su llamada de socorro ante lo que podría ser un “brote devastador” si se diera un foco de coronavirus porque correría como la pólvora. “Si nos despreocupamos de estas personas creyendo que no es un problema nuestro, tarde o temprano nos afectará. También China nos quedaba lejos y mira por donde vamos”, valoró hace unos días el delegado episcopal de Acción Caritativa y Social en Almería, Juan Antonio Plaza. El responsable de Cáritas recuerda que el contacto y roce humano es más que frecuente en estas chabolas, haciendo hincapié en el hacinamiento y falta de higiene. La organización eclesiástica ha solicitado la convocatoria inmediata de mesas de emergencia con presencia de los tres niveles (local, estatal y autonómico) para coordinar un plan de acción y seguimiento.

Reparto de Cruz Roja

Rotaciones de mañana y tarde de voluntarios de Cruz Roja están repartiendo por la provincia los kits de alimentación, productos de higiene y agua a un colectivo de alto riesgo de contagio en la crisis sanitaria, los inmigrantes que malviven en los poblados chabolistas y asentamientos. Aveces ofrecen medicamentos y otros utensilios como mantas y sacos de dormir, pero la prioridad hoy es que no falte el agua para que se garanticen unas mínimas condiciones de higiene. A lo largo y ancho de la provincia, de Níjar hasta Adra, atienden a unas mil personas atrapadas en este tipo de infraviviendas y el reparto de cada día alcanza el centenar de kits de alimentos individuales. No son los únicos que se benefician de su plan de acción, Responde para el COVID-19, y otras cien familias reciben cada día tickets para hacer la compra en los supermercados y otros confinados, por contagio o riesgo, reciben incluso la comida sin salir de casa. En las dos semanas de estado de alarma, los voluntarios de Cruz Roja han ayudado a más de 1.500 familias en la provincia.

Desde Cruz Roja Almería, que contabiliza y atiende más de un centenar de asentamientos en el mapa de la provincia, no sólo reparten los alimentos estos días como vienen haciendo desde hace años, sino que además están llevando agua e información a los inmigrantes sobre cómo protegerse del virus. En dos turnos de mañana y tarde, sus voluntarios distribuyen cada día más de cien kits de alimentos a las familias que malviven en los guetos de Poniente y Levante. El coordinador provincial, Fran Vicente, señala que el agua es prioritaria y pide la instalación de puntos de abastecimiento. Fundación Cepaim y Almería Acoge también han exigido a las administraciones una actuación inmediata para la protección de los más desamparados en estos momentos y recuerda que no son los responsables del coronavirus y que los migrantes son una vez más las víctimas porque viven en condiciones inhumanas y siguen trabajando en las explotaciones agrarias “jugándose la vida para que los alimentos de primera necesidad sigan llegando a nuestros supermercados a pesar de la crisis sanitaria del COVID-19”.

Médicos del Mundo asegura que no existe ningún plan para hacer frente a un posible brote en este tipo de concentraciones de inmigrantes en poblados chabolistas

Andalucía Acoge asegura que la situación de los asentamientos ya era insostenible antes de la pandemia por el coronavirus, pero es ahora cuando precisa una respuesta urgente y contundente ante la tragedia que se avecina. “Están en una situación de alta vulnerabilidad al no disponer de recursos higiénicos mínimos, con elevadas tasas de desempleo y sin que entre comida a sus casas. Sería una irresponsabilidad dejar a estas personas a su suerte y sin ninguna alternativa de alojamiento”. Este colectivo con peso significativo en la solidaridad de la comunidad ha propuesto que se usen los pabellones deportivos y centros municipales para que se trasladen los inmigrantes, como ya se hace cuando tienen lugar otras catástrofes. Médicos del Mundo también subraya el potencial foco de un contagio masivo que supone el abandono de los asentamientos y recuerda que no existe ningún plan para hacer frente a un brote en este escenario de pobreza. En los últimos días están haciendo todo lo posible para asistir a las personas con riesgo de abandono terapéutico por no poder salir o costear sus tratamientos médicos en los núcleos chabolistas. No les han faltado motivos para desconfiar al comprobar sobre el terreno que no se están adoptando medidas para neutralizar la propagación.

Fran Vicente, coordinador provincial de Cruz Roja

"Cuando viven doce personas en una chabola sin ventilación y con mucha humedad nadie se puede aislar”

La Asociación Cultural La Resistencia ha impulsado el manifiesto #NadieSeQuedaAtrás por la falta de atención a las zonas chabolistas y asentamientos y desde la Plataforma Acuíferos Vivos, compuesta por 21 asociaciones ecologistas, han exigido al Ministerio de Sanidad medidas urgentes para atender a las pedanías de Roquetas, El Ejido y Níjar en las que se multiplican estos guetos de jornaleros en situación precaria y a veces inhumana. “La mano de obra barata no interesa a ningún organismo público, jamás se han preocupado por la salud y salubridad de estos poblados”, argumentan en un escrito en el que reclaman agua potable para estas familias que viven hacinadas. Este colectivo detalla que los recursos a los que acceden proceden de bidones y balsas muchas veces contaminadas e insalubres y no aptas para el consumo humano. Adelante Andalucía también pidió a la Subdelegación del Gobierno en Almería la intervención de la Unidad Militar de Emergencias para desinfectar los asentamientos y la instalación de duchas portátiles. Demasiadas voces presagiando una tragedia que se avecina si no hay respuesta de la sociedad.

“Sin acceso al agua no se pueden garantizar medidas de higiene”

Los voluntarios de Cruz Roja salen a diario en rotaciones de mañana y tarde a repartir más de cien kits de alimentación y productos de higiene en los más de cien asentamientos que han cartografiado en su mapa de la extrema pobreza provincial. En esta crisis sanitaria han puesto el foco en miles de inmigrantes que viven hacinados entre los palés y plásticos de centenares de chabolas conscientes de que están en una situación de alto riesgo y son los más vulnerables ante un previsible brote de la COVID-19 en un escenario que sería catastrófico. Además de repartir productos de primera necesidad para que coman y se puedan asear, sin olvidarse de los medicamentos a los que no tienen acceso, los voluntarios de la organización humanitaria están haciendo un gran esfuerzo para dotarlos de agua potable. Es, sin duda, uno de los principales problemas de los asentamientos ante la pandemia. “Sin acceso al agua no pueden garantizarse las medidas de higiene necesarias”, argumenta el coordinador en la provincia, Fran Vicente. Lavarse las manos con jabón es la primera recomendación de la Organización Mundial de la Salud y en estos asentamientos es inviable. De ahí que Cruz Roja haya pedido a las administraciones públicas que se instalen puntos de abastecimiento de agua potable mientras tiran de fondos propios y de donaciones de particulares y empresas con los que paliar este grave déficit en tiempos de coronavirus. “Cuando viven doce personas en una chabola, que tiene mucha humedad y sin ventilación, nadie se puede aislar, aunque presente síntomas de estar contagiado y tampoco tienen medios como los guantes y mascarillas”, añade el coordinador provincial. Equipos de protección que sí disponen los voluntarios de la organización, además de haber sido instruidos en un riguroso protocolo ante un posible caso de coronavirus, si bien no cuentan con los recursos suficientes para dotar a los miles de inmigrantes de los poblados y asentamientos. Y ahí es donde se espera que las instituciones sean conscientes del riesgo y activen medidas para que estos guetos de pobreza no sean focos del virus.

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