Una biblioteca que recorre el mundo
Los alumnos del Colegio Federico García Lorca de Las Cabañuelas dejaron libros infantiles por todo el pueblo para que los lea quien quiera · Participaron 125 estudiantes de 5º y 6º de Primaria
El banco de una calle, una librería y una administración han sido algunos de los espacios donde los alumnos del Colegio Federico García Lorca de Las Cabañuelas de Vícar han dejado un libro para que la pasión por la lectura viaje por el mundo y se convierta en un tesoro para aquellos que lo encuentren. Es lo que se conoce como bookcrossing.
Uno de los profesores organizadores de la actividad, Juan Antonio Oliva, explica que con esta acción se "pretende hacer del mundo una biblioteca, se denomina como liberar los libros en la jungla, en los sitios públicos del municipio".
Oliva señala el proceso que se lleva a cabo para realizar el bookcrossing: "Se deja el libro, alguien se lo encuentra, lo lee, da su opinión, y después lo vuelve a dejar en otro lugar para hacer una cadena".
Aproximadamente 125 estudiantes de cinco clases de 5º y 6º de Primaria dejaron 25 publicaciones infantiles con títulos como La leyenda del Rey Errante, Preocupados.com, Zigurat, El tesoro más precioso del mundo, El libro invisible... "Lo realizamos con motivo del Día del Libro. En el centro tenemos una biblioteca que funciona muy bien con Julia Cruz. Todos los días tenemos media hora de lectura obligada y ellos hablan en clase de libros que han leído por su cuenta, sin que los profesores se los mandemos".
El maestro dijo que no es la primera vez que se celebra esta actividad: "Ya la llevamos realizando cierto tiempo. Nos mandaron un mensaje el año pasado que había llegado uno de nuestros libros a León. Cuanto más lejos lleguen mejor, que sea una publicación viajera que llegue por España y el mundo".
Los alumnos participantes se dividieron en varios grupos con distintos profesores. Papelerías, administraciones de lotería, espacios abiertos y un consultorio médico fueron los rincones que escogieron uno de los grupos, donde su irrupción a los lugares sorprendía a los vecinos vicarios. Los sitios elegidos siempre eran los que más tránsito se intuía en el momento.
Una de las situaciones más entrañables fue cuando los pequeños se acercaron a los bancos llenos de personas mayores y pasaron el testigo de la lectura a otras generaciones.
Algunas de las personas de establecimientos y demás lugares que veían el momento de dejar el libro preguntaban por el significado de este acto y aceptaron todos con una sonrisa desde un primer momento. De esta forma, los más pequeños aprenden la importancia de la lectura y colaboran en el fomento de esta acción con la distribución de ejemplares. Los pequeños salieron de las aulas para jugar con la esencia de la literatura.
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