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  • La covid-19 deja más de 750 muertos en los últimos doce meses y millares de contagios, pero las vacunas han permitido alcanzar una “nueva normalidad” que ofrece luz al final del túnel

2021, las dos caras de la pandemia: de la gran ola de enero a la esperanza

En febrero se hacían pruebas de antígenos hasta tras un biombo en plena calle de Almería. En febrero se hacían pruebas de antígenos hasta tras un biombo en plena calle de Almería.

En febrero se hacían pruebas de antígenos hasta tras un biombo en plena calle de Almería. / Rafael González

Como pasó el año anterior, 2021 también ha estado marcado por la pandemia de COVID-19. Ha sido un año de contrastes, marcado por un crecimiento exponencial de los contagios en el primer trimestre y por la caída de los mismos en los últimos meses gracias a la amplia cobertura de la vacunación.

La provincia de Almería ha pasado de poco más de 12.000 casos confirmados en noviembre de 2020 a más de 71.000 en la actualidad. En solo un año los contagios se han multiplicado por seis. Pero tras la oscuridad del 2020, este ha sido un año de esperanza; de ver la luz al final del túnel. Tras una lucha que se ha hecho muy larga, la normalidad —casi como la de la época prepandemia— ha regresado a los 103 municipios de Almería.

El camino a la Navidad de 2020

Echando la vista atrás doce meses, Almería encaraba la llegada de la Navidad con incertidumbre, tras no haber dejado del todo atrás una importante ola de contagios en verano que luego en noviembre volvió a sacudir a la provincia llegando a alcanzar una tasa de incidencia de 486,2 casos por cada 100.000 habitantes el 17 de noviembre de 2020. Pocos días después, entre el 25 y 26 de noviembre, se alcanzaban cifras récord de hospitalización hasta el momento, llegando a haber 143 ingresados en total y 47 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Con los contagios disparados y sin una vacuna aún, a mediados de noviembre la Junta de Andalucía dictaba el cierre de todos los municipios y un toque de queda nocturno, de 22.00 a 7.00 horas. No era un confinamiento tan duro como el de marzo de 2020, pero suponía dar un importante paso atrás con respecto al verano. Los comercios y la hostelería fueron los que más sufrieron, una vez más, con estas medidas. Se impuso el cierre de toda actividad no esencial a las seis de la tarde.

Llegó la Navidad y con ella la relajación de las restricciones, para “salvarla”. Se abrieron las fronteras entre provincias, se permitieron reuniones sociales con aforo reducido y se estimuló el consumo. Las consecuencias, en forma de la mayor ola de contagios de toda la pandemia, se notó en enero.

Reme, la primera vacunada contra la covid-19 en Almería. Reme, la primera vacunada contra la covid-19 en Almería.

Reme, la primera vacunada contra la covid-19 en Almería. / Diario de Almería

Entre tanto, el 27 de diciembre llegaban las primeras vacunas contra la covid a la provincia. Lo hacían en un vehículo escoltado hasta la Residencia Geriátrica Ciudad de El Ejido. Allí Reme, de 71 años, era la primera almeriense en vacunarse con el compuesto de la farmacéutica Pfizer. Pero aún las dosis llegaban con cuentagotas y la cobertura mayoritaria de la población todavía quedaba lejos.

Los peores momentos de la pandemia

El año 2021 comenzó de la peor manera posible. Enero y febrero fueron los meses más duros de toda la pandemia. Casi 14.000 personas contagiadas en enero y cerca de 10.000 más en febrero. En solo dos meses hubo un tercio del total de casos positivos de covid que ha habido en toda la pandemia —algo más de un 32,5 por ciento de los 71.000 contagios—.

Si en todo el 2020 la covid se había cobrado la vida de 289 almerienses, en los dos primeros meses del 2021 fueron 346 los fallecidos por culpa del coronavirus —146 en enero y 200 en febrero, siendo este último el mes con mayor mortalidad de toda la pandemia—. Los hospitales llegaron a estar al borde del colapso, con hasta 465 personas ingresadas a la vez y 98 de ellos en la UCI. Los rastreadores no daban abasto y se convirtieron en habituales las colas de personas y coches para hacerse las pruebas diagnósticas PCR.

La tasa de incidencia alcanzó su pico máximo histórico el 27 de enero con 1.312,3 casos por cada 100.000 habitantes. Una cifra desorbitada, teniendo en cuenta que a partir de 250 ya se considera “riesgo extremo”.

Controles en Vera para evitar la entrada de personas de otros municipios sin causa justificada. Controles en Vera para evitar la entrada de personas de otros municipios sin causa justificada.

Controles en Vera para evitar la entrada de personas de otros municipios sin causa justificada. / V. Visiedo P.

En este contexto, la Junta de Andalucía volvió a endurecer las restricciones. Desde el 17 de enero se dictó el cierre perimetral de la provincia, así como de los municipios con una tasa de incidencia mayor de 500 casos por cada 100.000 personas, con cierre además de hostelería y comercios no esenciales cuando la tasa superase los 1.000 casos. Así, llegó a haber municipios que estuvieron hasta dos meses aislados y Vera y Antas sufrieron el cierre de comercios más largo, estando un mes entero, hasta el 27 de febrero, con la persiana cerrada.

El verano del retorno del turismo

Hasta finales de abril no se eliminaron los cierres por provincias. En marzo la provincia sumó 3.840 casos y en abril 4.145. No fue hasta mayo cuando se notó la bajada, en parte también gracias a que las vacunas ya empezaban a llegar a un mayor porcentaje de población. Que en mayo hubiera 1.675 casos y tan solo 1.158 de junio era una buena noticia de cara a un verano que debía ser el de la recuperación del turismo. Y lo fue: llegaron visitantes como hacía mucho que no se recordaba, regresaron las ferias a los pueblos (aunque les pusieran un “no” delante), y como consecuencia también aumentaron los contagios produciéndose la segunda mayor ola de la pandemia: 6.152 en julio y 6.094 en agosto. La tasa de incidencia alcanzó su pico el 5 de agosto con 634,3 casos por cada 100.000 personas.

La playa de Almería en agosto de 2021. La playa de Almería en agosto de 2021.

La playa de Almería en agosto de 2021. / Rafa González

Pero las vacunas, que ya se inyectaban por miles cada día, lograron reducir notablemente la mortalidad. Si en la ola de enero y febrero hubo casi 350 muertos, en junio solo fueron cuatro, en julio 12 y en agosto 52. La Junta fue relajando las restricciones progresivamente hasta que en octubre, primero el Distrito Sanitario del Poniente y después toda Almería, recuperaron la ansiada normalidad, llamada “nueva”, pero que salvo por el uso de mascarillas y geles hidroalcohólicos no se diferencia en nada de la anterior a la pandemia.

Han desaparecido los límites de comensales en las mesas de bares y restaurantes, los aforos han vuelto al 100% en todas las actividades, regresó el público a los grandes eventos deportivos, la gente baila de nuevo en las discotecas hasta bien entrada la madrugada...

La incidencia en la provincia de Almería ronda actualmente los 50 casos por cada 100.000 habitantes, unas cifras que no se veían desde julio del 2020. La mortalidad ha caído a mínimos en el último mes, con solo seis decesos en octubre. Todos los parámetros invitan a la esperanza, de cara a una Navidad que se mira con recelo por lo que sucedió el año pasado, pero a la vez con optimismo, pues parece que la pandemia va dando sus últimos coletazos.

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