De 'chalet okupa' con vistas al mar a búnker restaurado por el Consistorio

El Ayuntamiento de Almería encara este año la recuperación de varios búnkeres de la Guerra Civil, que se encuentran en la actualidad en un estado lamentable e incluso reconvertidos en refugios de okupas en primera línea de playa como el situado justo en la desembocadura del río, una parte del cual, además, está derruida.

Frenar este progresivo deterioro y restaurar estos elementos defensivos del patrimonio militar capitalino es uno de los objetivos que el Consistorio ha incorporado en sus presupuestos municipales de 2018, fruto del acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos para sacar las cuentas de este ejercicio adelante. Aún no han entrado en vigor, si bien el Grupo Municipal de Cs ha querido adelantar los detalles de esta iniciativa que la formación naranja ya incluía en su programa electoral. "Hemos considerado que ahora era el momento oportuno, ya que el Gobierno de España va a proceder a la ampliación del paseo marítimo", expone como introducción el concejal Rafael Burgos.

El planteamiento es adecentar mediante su limpieza y reparación, en el caso de que la estructura la precise, estos búnkeres que, como recuerda el representante de Ciudadanos, aunque no están catalogados, forman parte del inventario de la Junta recogido en el Patrimonio de Inmuebles de Andalucía como un conjunto de valor, el de los búnkeres de la Guerra Civil española.

Esta base de datos recopila las diversas "fortificaciones de hormigón armado de baja altura, preparadas para proteger de bombardeos y permitiendo disparar armas ligeras o pequeñas piezas de artillería", que fueron construidas a lo largo de la costa almeriense entre 1936 y 1939. Las hay en El Alquián, en El Toyo o en La Fabriquilla, por ejemplo. Las incluidas en el documento presupuestario municipal son, como introducía Burgos, precisamente las afectadas por el ámbito de actuación de la segunda fase de ampliación del paseo marítimo, que Ayuntamiento y Gobierno pretenden afrontar este mismo año. En concreto, el búnker situado justo al final del actual paseo marítimo, y el conjunto de varias fortificaciones en su momento levantado en la desembocadura y que, pese al peligro estructural -una parte está derruida-, sirve de alojamiento a personas sin techo.

"Es una pena en las condiciones en las que están y es el momento de recuperarlos", incide Burgos con vistas a esa inversión en el paseo marítimo, "contextualizándolos, como un elemento más. Tienen interés en su conjunto y pueden ser un perfecto atractivo para hacer más agradable los recorridos por el paseo marítimo", sin entrar, añade Burgos, en connotaciones históricas, entendiendo la iniciativa como "una recuperación patrimonial lo mismo que se recupera la arquitectura industrial o civil".

Además de su limpieza, la pretendida actuación de adecentamiento conllevaría la adecuación necesaria a la hora de que se pudiera acceder a su interior, llevando a cabo las reparaciones y refuerzos que fueran detectados en una inspección técnica, similar, "salvando -matiza el concejal de Ciudadanos- las diferencias", a la de la Torre de San Miguel de Cabo de Gata. El proyecto quedará completado con la instalación de una leyenda explicando la historia de los búnkeres y cartelería indicativa a lo largo del recorrido del paseo marítimo.