"Tengo contratadas 50 bodas y 100 comuniones y no voy a fallar a mi gente"
El gerente de Restaurante Golf Playa Serena solicitó el concurso de acreedores para asegurar la continuidad del servicio, en medio de un conflicto con los propietarios del Club
Que la Justicia siga su curso. El empresario Gabriel Martínez, propietario de Grupo de Restauración Gaby y gerente de restaurante Golf Playa Serena, en la Urbanización Playa Serena, sigue trabajando a pesar de la polémica suscitada tras el anuncio de que hacía un concurso de acreedores. "Si he tomado esta decisión es precisamente para asegurar el servicio a mis clientes. No tengo ninguna intención de cerrar. Tengo contratadas unas 50 bodas y 100 comuniones para este año y no voy a fallarle a mi gente", asegura.
Desde el año pasado mantiene una tensa relación con la Junta directiva de las instalaciones por la deuda contraída. "Entre enero y septiembre estuvimos negociando y acordamos el pago fraccionado de los 150.000 euros de septiembre a diciembre. Al día siguiente hicieron una Junta y decidieron que no, que debía pagarlo todo el 20 de septiembre y si no se rescindía el contrato".
A partir de ahí la relación se agrió y comenzaron las "coacciones e injurias por parte del Club", que Martínez denunció en el Juzgado de Instrucción correspondiente, y que han supuesto la soldadura de puertas o el conflicto por espacios como la zona denominada La Pecera o el espacio ajardinado junto a la piscina.
El empresario asegura que durante 13 años ha utilizado estas zonas sin problema "y voy a seguir haciéndolo". Afirma que "siempre hemos pagado un canon por su uso, que era puntual e iba a parte del alquiler".
Después de sufrir durante meses "que se tomaran la justicia por su mano" y de que el Club pidiera el desahucio el día 15 de noviembre, Martínez solicitó el concurso de acreedores que "nos ampara y garantiza los eventos de 2014".
De momento están pendientes de la resolución por la vía legal y "hasta que la Justicia no determine lo que hay que hacer", la deuda sigue paralizada, si bien se siguen pagando los suministros como luz o agua.
El contrato de arrendamiento no termina hasta 2016 y "sea aquí o en otro sitio, seguiré dedicándome a la hostelería".
Frente a las acusaciones de incumplimiento de horarios o bajada de calidad que denunció públicamente el Club esta semana, Martínez lo niega rotundamente. "Es mi nombre y no lo voy a manchar de ese modo. No he bajado ni calidad ni incumplo los horarios, cualquier cliente lo puede decir".
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