Crónicas desde la ciudad

El desconocido Cementerio Inglés

  • Propiedad del Reino Unido desde su apertura en 1877, en él están enterrados súbditos ingleses y de otras nacionalidades y religiones distintas a la católica, incluido el médico almeriense José Litrán

HACIENDO abstracción del áurea triste y melancólico que envuelve a las ciudades de los muertos, Andalucía dispone de cementerios dignos de visitarse despojados de perjuicios y supercherías. Espacios de enorme interés histórico y etnográfico al que se suma, en diversos de ellos, su belleza paisajística y ornamental. El de San Fernando, en Sevilla, reúne una apreciable muestra de la arquitectura funeraria entre la que destaca el mausoleo de los toreros Joselito, Rafael el Gallo y Sánchez Mejías, coronado por un grupo escultórico de Mariano Benlliure. En Málaga capital se ubica el anglicano "Saint George´s (1830), primero en España y paradigma de los jardines-botánicos anglosajones, y en su provincia dos ejemplos de camposantos mediterráneos: Casabermeja y Casarabonela. En Benalúa de Guadíx (Granada), por no agotar el catálogo, otro sorprendente, con sepulturas excavadas en la propia ladera que lo limita. Todos bajo la figura protectora de Bien de Interés Cultural otorgada hace años.

Ninguna de tales circunstancias -salvo su antigüedad- concurren en el cementerio inglés, desconocido para la mayoría y abandonado a su mala suerte por la mano de dios y de los hombres, anejo al almeriense de San José. De un tiempo a esta parte, por cierto, suelen añadir: "y de Santa Adela". ¿Alguien me puede aclarar el por qué del estrambote?, ¿en qué sesión plenaria se aprobó? Con la mínima bibliografía disponible, la escritura de cesión gratuita del Ayuntamiento y la información proporcionada por Gaspar Cuenca, vicecónsul de aquel país durante siete años (el actual cargo, honorífico, recae en Alejandro Guerrero Salvador), repasaremos los orígenes y vicisitudes del recinto. Escritura de cesión -expedida el 28 de febrero de 1906 por el notario Rosendo Abad Sánchez a petición del vicecónsul Mr. John Murrison, siendo alcalde Gregorio Rodríguez Dionis- que deja meridianamente claro que desde octubre de 1877 su propietario, tal como se reitera en la 4ª copia de la original entregada en su día al Sr. Cuenca, es el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda: perpetua e irrevocablemente.

Colonia británica

Salvo fluctuaciones demográficas puntuales motivadas por conflictos políticos, Almería ha sido en el transcurso del siglo XIX asentamiento de una considerable colonia inglesa ligada a la actividad comercial y marítima, al sector minero y a la exportación de frutas, esparto y albayalde. A estos debemos sumar las tripulaciones que navegaban en las proximidades costeras o fondeaban en dársenas de la capital y provincia. Ello justifica la apertura de una legación consular encargada de los intereses de sus representados.

Un grave error del Sexenio Revolucionario de 1868 (La Gloriosa) fue el no secularizar los cementerios en poder de facto de la Iglesia católica, quien prohibía sistemáticamente -en una lectura rigurosa y poco edificante del Derecho Canónico vigente- el enterramiento en "suelo sagrado" a los no pertenecientes a su religión: protestantes, hebraicos, ateos, masones... Ante la disyuntiva de trasladar los cadáveres a Málaga o repatriarlos a Gran Bretaña, el viceconsulado solicitó un espacio propio y separado del recién construido bien alejado del núcleo urbano en sustitución del primitivo de Belén. Así, en el Cabildo de 15 de octubre de 1877:

Se dio cuenta de un escrito del Vice-cónsul Británico Dn. Felipe Barrón… solicitando terreno a espaldas del Cementerio Católico en la extensión de… (888 metros cuadrados, traducido de las varas primitivas) para dar sepultura a los cadáveres de los que profesan la Religión protestante; y enterado el Ayuntamiento, acordó que dicha solicitud pase a la comisión respectiva para que informe y proponga lo que crea procedente…

Bajo la alcaldía de Juan de Oña atendieron favorablemente la petición al "ser esta humanitaria y entendible por las circunstancias". El arquitecto Trinidad Cuartara determinó el solar en el Marchal de Iniesta -al sur del católico, del camino real y lindero a la cañada del Gitano-, trozo de secano que con anterioridad perteneció a Dª Isabel Quesada Ruano y por permuta posterior al Municipio. El viceconsulado corrió con los gastos de la sólida cerca perimetral -frontera física entre la ciudad de los vivos y de los muertos-, camino independiente por el exterior y la apertura y colocación de puertas y rejas (la construcción de la capilla es más tardía sería muy posterior). Completamente aislado, se unió al general cuando a finales de aquella centuria edificaron la necrópolis "neutra" o Civil. A comienzos del siguiente año (1878) se sucedieron los enterramientos bajo el ritual evangélico. Sin embargo el expediente administrativo se paralizó, debido tal vez al fallecimiento del Sr. Barrón, no otorgándose la definitiva escritura hasta marzo de 1894. Su valor catastral se estableció, sólo a efectos fiscales, en 888 pesetas, una por cada metro cuadrado.

Mantenimiento

El desconocimiento de todo lo anterior llevó al alcalde Francisco Gómez Angulo, en los Setenta, a clausurar impunemente la puerta de acceso (¿dónde iría a parar la artística rejería forjada?) y abrir un portillo de comunicación con el resto. El hoy desolador recinto estuvo gestionado por el llamado Fondo del Cementerio Británico, presidido por Gabriel Cuenca, y sostenido por ciudadanos ingleses con pequeñas donaciones y las tarifas correspondientes: 10 o 2 mil pesetas según la sepultura fuese a perpetuidad o por cinco años; y mil más para el mantenimiento. Se calculan en un millar los acogidos en tierra. Allí se distinguen las cruces, lápidas y estrellas de David, borrosas o semidestruidas, de la familia Fischer, del almeriense José Litrán, apellidos judíos o marineros ingleses tras ser atacados en 1937 por la Escuadra nazi. La última inhumación fue la de Mr. Harold Arbeiter -residente en la urbanización La Parra-, el 18 de junio de 1986.

Vergüenza ajena

Quien sienta curiosidad por visitarlo se abochornará ante el vergonzoso estado de conservación en que se encuentra: maleza cubriendo los senderos, hierros oxidados, lápidas esparcidas, sepulturas en desorden… ¡Lo más parecido a un Kosovo bombardeado! En vísperas del Día de los Difuntos y ante la posible necesidad de procurarse titulares positivos a su gestión, el nuevo concejal responsable anuncia conversaciones con el Consulado británico con el fin de que ceda su propiedad al Municipio. Bienvenidas sean y démosle un voto de confianza, pero le recuerdo al joven edil que su credibilidad está bajo mínimos vistas las mentiras e incumplimientos de su Partido con todo lo relacionado a cementerios. Aún seguimos esperando que cumplan el solemne compromiso hecho por el mismísimo señor alcalde, ¡en un Pleno!, de retirar el ominoso templete alzado sobre las fosas de republicanos fusilados por el régimen franquista. ¿No lo iban a trasladar a la N-340 una vez desdoblada la carretera? ¿Debemos entender que si el Cementerio Inglés no es donado graciosamente su Área no intervendrá en el necesario decoro? ¡Adecéntelo la empresa concesionaria y pásenle la factura a sus propietarios!

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios