Una "desgracia" que obliga a levantarse con las manos vacías
Los agricultores se afanaban ayer en recoger la poca producción que el granizo ha dejado Las empresas de construcción de invernaderos tienen ahora 'overbooking'
Los hermanos López ayer vivieron su particular vía crucis. Sus caras les delataban. A pie de invernadero, pisando plástico, alambre y su producción, sus pimientos de colores. Sus caras reflejaban la impotencia de un sueño roto. "Nunca habíamos sufrido un accidente como éste, nos habíamos salvado unas cuantas veces ya. Esta vez nos ha tocado", comentaban. Han perdido dos invernaderos por completo, otros tantos han sobrevivido a la virulencia del granizo que cayó en la tarde-noche del miércoles. "Ha sido una lotería y nos ha tocado a nosotros", aseguran.
Ayer los cuatro hermanos, junto con la cuadrilla de trabajadores que habitualmente tienen durante todo el año trabajando en sus explotaciones agrarias se afanaban en recoger lo poco que la salvaje naturaleza les ha dejado. Clavados con las rodillas en el suelo, recogían minuciosamente los pocos pimientos que han sobrevivido a la catástrofe. "Seguramente sirvan para conservas o para venta directa, todo depende de como nos tasen el producto", afirma uno de los hermanos López.
Es el trabajo previo para volver a empezar, "a levantarse con las manos vacías y seguir trabajando", afirman. Les queda por delante más de un mes laborioso en el que recogerán todo el género que sea productivo y aprovechable para después comenzar a limpiar toda la parcela seleccionando por un lado los plásticos y por otro todo el alambre y la estructura metálica que conforma y vertebra un invernadero.
Con suerte, y si se van cumpliendo los plazos, podrían volver a plantar dentro de dos meses. Antes se habrán gastado más de 60.000 euros para poder volver a reconstruir cada uno de los invernaderos que ahora yacen en el suelo. Una aportación económica que para los hermanos López "nos tocará sacar de nuestro bolsillo porque no nos van a dar nada".
Muestran su incredulidad con las medidas anunciadas ayer por parte del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Gobierno Central.
Una idea que se convirtió ayer en el tema de conversación de muchos corrillos de agricultores, que pese a no querer identificarse, si nos aseguraban que les va a tocar pagar ellos esta "broma pesada".
Al menos, en el caso de los hermanos López, la desgracia solo quedó en eso. Tal y como apunta uno de ellos, José Manuel, "quince minutos antes de que se viniese abajo el invernadero estábamos trabajando dentro. Nos salimos viendo la gran cantidad de granizo que se estaba acumulando y al poco tiempo se desplomó. Si nos llega a coger dentro no sé lo que habría pasado", afirma.
Y mientras unos se afanaban en recoger lo poco que ha quedado entre ese amasijo de hierros, alambre y plástico, el trasiego de vehículos era constante en toda la parte norte de Santa María del Águila. "Ahí vienen ahora las aseguradoras y los bancos, buscando dinero", afirma un agricultor.
Y es que ayer, las entidades financieras destinaron a muchos de sus comerciales para tratar directamente con los agricultores y empresarios afectados y ofrecerles créditos con los que volver a levantar sus invernaderos. Mismo objetivo, el de las empresas que fabrican los plásticos y se encargan de la construcción de estas instalaciones, que visitaban todas las explotaciones afectadas para comenzar a trazar una hoja de ruta.
En este sentido, uno de los responsables de Asaja, Juan Manuel Vidaña, explicaba a Diario de Almería que ahora va a producirse un "colapso" porque "todos los agricultores van a requerir los servicios de estas empresas especializadas en el montaje de invernaderos y no van a dar abasto ya que el número de éstas se había normalizado ya y era acorde a las necesidades reales del campo".
Una problemática que muchos ya empezaban a comentar ayer también a pie de invernadero con la cara totalmente desencajada y la sensación de que había llegado el fin.
"Los agricultores ahora están totalmente bloqueados. No ven ninguna solución a corto plazo y por esa razón es importante que las entidades financieras que les van a tramitar ahora créditos para volver a empezar ejerzan también como asesores", explica Vidaña.
No en vano, la tormenta de granizo que cayó con virulencia en menos de una hora ha "venido en la peor época del año", nos explica otro agricultor. "Ahora es cuando íbamos a empezar a recoger los pimientos, las berenjenas y los tomates, cuando los precios estaban empezando a repuntar", añade.
De ahí el interés de la inmensa mayoría de afectados, tal y como ha señalado el alcalde de El Ejido, unas 500 familias, de acelerar el proceso para la reconstrucción de sus invernaderos para volver a plantar y reducir lo máximo posible las cuantiosas pérdidas económicas.
Una desgracia que ayer volvía al recuerdo de los afectados en forma de barro y granizo, aún muy presente en distintos puntos del término municipal, y que marcaba su semblante serio y casi anodino, mientras se afanaban voluntariosamente en adecentar la tierra que cada día les da de comer y que según el presidente de Asaja, Francisco Vargas, "necesitan toda la ayuda del mundo porque por encima de todo necesitan comer y alimentar a sus familias, y por eso nuestra primera prioridad es solucionar ese problema de forma paralela a la llegada de las ayudas para la reconstrucción de los invernaderos".
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