Almería

Las empresas de helicicultura abastecen al mercado durante los 12 meses del año

  • Firmas como la Granja Helicícola de engorde, en Pulpí, se dedican a la cría profesional de caracoles

La cría de caracoles no es una actividad nueva, ya la realizaban los romanos allá por el año 50 a.C. Sin embargo, de unos años a esta parte la helicicultura se ha extendido hasta el punto de erigirse en una actividad rentable que asegura el abastecimiento de gasterópodos durante todo el año, independientemente de que se produzcan más o menos precipitaciones. No obstante, la actividad está reservada a unos pocos, ya que se trata de una especie delicada que requiere grandes dosis de paciencia y, sobre todo, de mucha maña en el cuidado, además de unas instalaciones debidamente acondicionadas con, como mínimo, 2.500 metros de superficie. Y es que el caracol es más delicado de lo que puede aparentar a simple vista.

Son varias las empresas que han tenido que cerrar sus puertas, incapaces de sacar hacia adelante este tipo de actividad.

La Granja Helicícola de engorde propiedad de Pedro Sánchez, en Pulpí, es una de las que ha despuntado por su buen hacer y, a día de hoy, es una de las más renombradas de la provincia.

Su producción se divide en dos partes o sistema mixto. En la primera fase, los reproductores ponen los huevos y estos se pasan a una zona donde los caracoles están controlados para evitarles las inclemencias del tiempo. Posteriormente, se les pasa a los parques de engorde en los que disfrutan de un régimen de semilibertad. Cuando alcanzan las dimensiones deseadas, están listos para la comercialización.

El sector de la hostelería es su mercado principal. En el ámbito del consumidor de a pie, es cada vez más frecuente adquirir este tipo de productos en la sección de congelados de cualquier gran superficie o tiendas especializadas en productos en frío.

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