Epidemia de agresiones al personal sanitario en la provincia de Almería
Salud
A falta de un mes para cerrar el año, Almería registra 153 casos de violencia en centros de salud y hospitales
“Si no me encierro en la consulta creo que me habría matado, estaba furioso”

Almería/Cada día unos 40 profesionales sanitarios son agredidos en España. Almería era el año pasado la segunda provincia con mayor tasa de violencia en los centros de salud y hospitales de Andalucía. Este año, sin que aún se hayan publicado los datos estadísticos generales de la comunidad autónoma, Diario de Almería sí ha tenido acceso a los datos provinciales recopilados por el sindicato CSIF y ha podido comprobar el incremento de las situaciones complejas que han tenido que vivir los enfermeros, médicos, celadores, auxiliares y en general los trabajadores de la sanidad. En lo que va de año en la provincia de Almería se han registrado 153 agresiones a profesionales del ámbito sanitario (18 físicas y 145 verbales) y es el Hospital Universitario Poniente el centro que registra la tasa más alta de violencia con un 42% de los episodios que han sido denunciados, seguido del Hospital Universitario Torrecárdenas que suma 28 incidencias (7 agresiones físicas y 21 no físicas), los centros de salud de Distrito Almería con 23 casos, Área Norte con 20 y Distrito Poniente con 17.
Si las cifras hacen saltar las alertas, los testimonios son espeluznantes. Sin ir más lejos, el último episodio que ha publicado este periódico, el de una enfermera que asegura que un paciente le salvó la vida cuando sujetó a un individuo que con extrema violencia arrancó del suelo una bancada de asientos metálicos con la intención de lanzársela. Los hechos ocurrieron en el centro de salud Casa del Mar del barrio almeriense de Pescadería. Todo comenzó porque el individuo, que más tarde fue detenido por la Policía Nacional, solicitaba un documento en el que le indicaran que su enfermera no había querido curarlo y que si le ocurría algo sería bajo su responsabilidad. El paciente, que llegó más de una hora tarde a su cita, se negó a ser atendido por otra enfermera que no era la suya y arremetió violentamente contra ella hasta en dos ocasiones. “Tuve que encerrarme en la consulta con el cerrojo de la puerta echado. Pensé que arrancaba la puerta de las patadas y puñetazos que le dio. Temí por mi vida y ahora estoy atemorizada. He pedido que me trasladen de centro de trabajo por miedo a represalias. Tengo el miedo metido en el cuerpo y llevo sin dormir desde el martes que ocurrieron los hechos”, relata la víctima a Diario de Almería justo después de declarar en un juicio rápido en el que ella misma retiró la acusación como “un acto de buena fe” tras hablar con la familia del detenido y confiar en que iban a intentar reconducirlo para que no volviera más a agredir a los sanitarios que lo atienden en ese centro de Atención Primaria.
Como este caso hay decenas y cada día la lista va engrosándose más. Algunos incluso más duros, en los que la agresión física se ha llegado a consumar.
Las evidencias visibilizan que las medidas adoptadas para frenar este tipo de situaciones no están dando el resultado esperado. Y los propios profesionales indican que “en la mayoría de las ocasiones el punto de inflexión está en la “falta de personal para atender a los pacientes”. Los propios sindicatos protestaban la semana pasada precisamente por este incremento de las agresiones a los sanitarios y responsabilizaban de la situación directamente a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
Los sindicatos con representación en el ámbito sanitario CSIF, SATSE, CCOO y UGT han manifestado su preocupación por el aumento exponencial de actos violentos que se está dando en todos los ámbitos pero especialmente en Atención Primaria. Y lamentan la situación que padecen los centros, inmersos en una vorágine de colas, citas que no llegan, demoras en la atención y falta de personal que aseguran “son el cóctel perfecto para que se produzcan episodios violentos”.
Denuncian que desde “la Consejería de Salud se está proporcionando la gasolina necesaria para que nuestros profesionales sufran más agresiones. La dejación de funciones que se está haciendo es más que manifiesta y nuestro Sistema Sanitario Público está cada vez más deteriorado”. Y advierten que “hace falta un plan de choque para evitar que sigan creciendo estas agresiones físicas, verbales y psicológicas que proporcionan un ambiente laboral bastante poco parecido a lo que debe de ser en nuestros centros sanitarios”.
El lema de la protesta que llevaron a cabo las organizaciones sindicales en la puerta de los centro de salud y hospitales el pasado martes en la provincia de Almería y en el resto de Andalucía “stop agresiones, los incumplimientos de la Administración los sufrimos los/las profesionales”, es un reflejo de la impotencia que sufren el personal de las instituciones sanitarias y el hartazgo ante tanta agresividad que se viven en los centros, como indican.
“No podemos pagar nosotros las faltas de respeto ni de recursos”
El responsable del Sector Sanidad de CSIF Almería, Antonio Moreno, señala su preocupación por el incremento de los casos que en la provincia de Almería se debe también a la incorporación dentro de esta estadística de las agresiones registradas en el Hospital Universitario Poniente (hasta el año pasado no estaban contabilizadas por ser Agencia y ahora con la integración en el Servicio Andaluz de Salud sí). Señala que “habrá que analizar bien los casos para ver el por qué de esta cifra tan elevada”. Moreno advierte que a falta de un mes para que acabe el año las cifras en la provincia son más altas y las agresiones más numerosas, a la par que las verbales son cada vez más violentas, con amenazas de muerte. “Posiblemente la sociedad no perciba la agresión verbal como una agresión en sí, sino como un insulto. De ahí que sean tantas, especialmente en Atención Primaria”, como ha indicado el responsable del CSIF, quien subraya que a veces la realidad supera a la ficción. Desde el sindicato piden a la administración andaluza que analice la situación porque con todas las medidas que hay en marcha “puede que no sean suficientes o algo no está funcionando bien; y que la falta de personal no sea ni una sola vez más lo que de pie a los pacientes a llevar a cabo una agresión. El sistema tiene que dar respuesta a muchas de las demandas de la sociedad y que no seamos los sanitarios los que paguemos la falta de recursos”.
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