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Intenta quemar viva a su familia en Almería y le caen 18 años de cárcel

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía desestima el recurso del condenado y ratifica la sentencia de la Audiencia de Almería

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Calle Gabriel Miró de Berja. / DDA

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirma la pena de 18 años y 11 meses de cárcel para un hombre que intentó quemar vivas a su expareja y a sus tres hijas en Berja, municipio clave de la comarca del Poniente almeriense, al incendiar intencionadamente el bloque de viviendas donde residían, un acto que culmina un proceso de maltrato continuado y amenazas graves de muerte.

La Justicia andaluza desestima el recurso interpuesto por el agresor, ratificando así de manera íntegra la dura sentencia que ya dictó la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, la cual considera probados los delitos de maltrato habitual, amenazas, incendio con grave riesgo para las personas y varias lesiones. Esta decisión judicial reafirma la protección a las víctimas de violencia de género y subraya la gravedad de unos hechos que causaron terror no solo en el entorno familiar directo, sino también en el resto de los vecinos del inmueble. El condenado, que tiene tres hijas menores de edad con la víctima, las había amenazado constantemente con matarlas, llegando a advertir que las iba a "prender fuego", una escalofriante promesa que intentó llevar a cabo una noche.

Ratificación judicial de una condena por violencia machista

La sentencia del alto tribunal andaluz, a la que ahora se accede, establece que existen pruebas e indicios suficientes para declarar al acusado culpable de todos los cargos imputados, rechazando así su argumento de un error en la valoración de la prueba presentada durante el juicio oral. La expareja y sus tres hijas menores, que ya estaban separadas del agresor al menos desde mayo de 2019, se habían trasladado a una nueva vivienda en Berja buscando tranquilidad que nunca llegó, pues allí siguieron sufriendo comportamientos de violencia física y psíquica.

La mujer y sus tres hijas menores sufrían un calvario de amenazas reiteradas, incluyendo la advertencia explícita de que iba a matar a las cuatro y que las iba a prender fuego, un contexto de terror que la prima del procesado reconoció en sede judicial, destacando que "había oído de siempre" sus intenciones pirómanas.

El incendio intencionado tuvo lugar pasada la medianoche del 14 de mayo de 2019, cuando el agresor se encontraba en casa de una prima, en el mismo bloque residencial. Fue allí donde anunció que las iba a dejar sin electricidad y, acto seguido, que iba a quemar el cuadro de luces.

La noche del fuego y sus consecuencias

El condenado se dirigió al rellano del portal, abrió el armario de los cables de la luz y los manipuló de tal manera que provocó un fuego que rápidamente alcanzó los contadores eléctricos y de agua. Las llamas se extendieron peligrosamente por el hueco del tiro de las escaleras del edificio.

Los bomberos de la comarca lograron sofocar el fuego una hora después de la ignición, evitando una tragedia mayor, aunque las consecuencias no fueron menores para los habitantes del inmueble.

El incendio no solo puso en peligro real la vida de las cuatro víctimas directas de la violencia machista, sino que provocó lesiones por inhalación de humo a una vecina con la que el condenado había cenado esa misma noche.

Además del riesgo personal, el fuego causó graves daños materiales en la estructura del edificio, valorados económicamente en más de 19.200 euros, sin contar con un vehículo que se encontraba aparcado en la puerta y que también resultó incendiado.

Daño psicológico y ratificación de la condena

La Audiencia Provincial de Almería tipificó la acción como un delito de maltrato habitual, otro de amenazas en el domicilio de la víctima y en presencia de menores, un tercer delito de incendio con peligro para las personas y dos más de lesiones, sumando la pena total de 18 años y 11 meses de prisión.

Las víctimas directas de este intento de asesinato sufren, además de las lesiones físicas por el humo, un menoscabo psíquico y psicológico de calado, manifestado en un trastorno adaptativo mixto con ansiedad y estado depresivo, totalmente compatibles con el continuo proceso de violencia de género al que fueron sometidas.

El TSJA ha sido contundente al respaldar la valoración de la prueba realizada en primera instancia, destacando que el relato de los hechos y los testimonios, como el de la prima del procesado, son coherentes y prueban la culpabilidad del condenado más allá de toda duda razonable.

El pronunciamiento del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía también impone al agresor el pago de las costas procesales, manteniendo así la totalidad de la condena. Contra esta decisión judicial todavía cabe un recurso ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

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